Vigilando al enemigo

22 3 29
                                    


Riddle entró en la biblioteca de la mansión Prince, donde Hermione estudiaba en silencio. No había necesitado anunciarse; ella había sentido su presencia al instante. Dejó su libro de pociones a un lado, y por un momento, solo escucharon el leve sonido de las páginas movidas por el viento.

—¿Otra vez, señor Riddle? —preguntó Hermione, sin apartar la mirada del libro.

—Te sorprendes, Granger —respondió él, con una sonrisa que apenas se notaba. —Debo asegurarme de que no conspiren a mis espaldas.

Hermione levantó la mirada, aguantando su respuesta mordaz. Era la tercera vez esa semana que él aparecía en la misma habitación, bajo la excusa de "vigilancia". Pero había algo distinto. No hablaba solo por hablar, había una inquietud casi palpable en su presencia.

Parece un niño aburrido buscando atención, muy tierno. 

Pasaron unos minutos en los que Hermione siguió estudiando, mientras Riddle observaba cada movimiento con calculada serenidad. Entonces, ella preguntó:

—¿Qué es lo que realmente temes? No somos más que tres estudiantes, y tú eres... bueno, Voldemort.

Sus ojos se estrecharon, y por un momento, pareció que su máscara se rompía. Pero se recompuso rápidamente.

—Hay más en el poder que la fuerza bruta, Granger. Debo asegurarme de que ustedes no se conviertan en una amenaza... inesperada. Un bebe ya pudo conmigo. No dejaré cabos sueltos.

Hermione le sostuvo la mirada un instante más, pero esta vez no pudo leer en su rostro la intención clara que había visto tantas veces antes. Había algo diferente. Algo que le hacía pensar que, por primera vez, Voldemort dudaba. Sin más, volvió a sus estudios, aunque ambos sabían que la conversación no había terminado.



Escena con Harry:

Riddle se acercó a Harry mientras este practicaba algunos hechizos en el jardín. El joven no se sorprendió, sabiendo que él aparecía cada vez más seguido.

—Si estás tan obsesionado con vigilarme, ¿por qué no pruebas ayudarme con los hechizos? —Harry le dijo, medio en broma, aunque en el fondo sabía que podría sacarle provecho.

Riddle se acercó, observando el hechizo de Harry. No había respuesta verbal, pero el hombre levantó la varita, moviéndola de manera rápida y precisa. El hechizo que Harry había intentado ejecutar salió con más potencia y gracia de la que jamás había logrado.

—¿Cómo lo hiciste? —preguntó Harry, sorprendido.

—No es cuestión de poder, Potter. Es cuestión de intención. Siempre tiene que haber un propósito detrás de cada movimiento.

Harry lo miró fijamente. Nunca había visto a Voldemort tan... humano. Como si ese simple consejo, lejos del sadismo y la oscuridad, revelara que, en algún lugar, Tom Riddle seguía ahí. Y aunque Harry no lo admitiría jamás, la lección le serviría más de lo que esperaba. Si el hubiese querido ser profesor, hubiera sido más útil que cualquiera de los otros que le hacían DCAO. ¿Por qué Dumbledore no le había dejado ser profesor?

- Habría sido un gran profesor, lástima que tengamos a inútiles como profesores -Riddle se sorprendió al ver que no mentía, luego siguió ayudándole por algunos minutos, sin saber si por el placer de enseñar o ver como se equivocaba y el lo hacia mejor.


Interacción con Draco:

Draco permanecía en su habitación, absorto en la oscuridad de sus pensamientos. Riddle no golpeó, simplemente entró, y se paró en silencio junto a la ventana.

Alguien a quien llamar papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora