Aflojando rivalidades

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Snape había organizado su entorno de manera meticulosa, desde el despacho privado de Hermione hasta el laboratorio de pociones y la biblioteca personal. Aunque la mansión estaba bien equipada, el silencio y la solemnidad que la rodeaban resultaban abrumadores para Hermione.

Una mañana, Hermione se despertó temprano, antes de que el sol se alzara, y se dirigió a la biblioteca. La sala estaba iluminada solo por el débil resplandor de las primeras luces del día. Mientras se acomodaba en una de las sillas, se encontró rodeada por estanterías repletas de libros, algunos de los cuales parecían más antiguos que ella misma.

Snape entró en la biblioteca, con una expresión de concentración. 

- Buenos días, señorita Granger. Espero que haya descansado bien.

Hermione asintió, aunque su rostro mostraba un atisbo de cansancio. 

- Buenos días, profesor. Sí, descansé, aunque la casa es muy diferente a estar Hogwarts.

Snape le ofreció una taza de té. 

- La adaptación toma tiempo. Aquí hay un montón de libros sobre los que puedes leer si necesitas distraerte. La mayoría  eran de mi madre, o míos, libros que no he tenido tiempo de leer... creo.. y por lo que he visto en cuatro años, sería algo bastante reconfortante para ti.

Hermione tomó la taza, agradecida por el gesto.

 - Gracias. Estaba pensando en revisar algunos textos sobre magia oscura. Quiero entender más sobre los hechizos y artefactos que podrían estar relacionados con lo que ocurrió con mis padres.


- - -

Las semanas siguientes, Hermione se sumergió en sus estudios, investigando y leyendo en la biblioteca de la mansión. Snape, aunque a menudo reservado, hizo un esfuerzo consciente por proporcionarle los recursos que necesitaba y, en ocasiones, ofrecía ayuda con sus investigaciones. Siempre la observaba de lejos, preocupado por estar haciendo las cosas bien, no podía ni consigo mismo, e iba a poder con una chiquilla huérfana.

Ella le recordaba demasiado a él.

Eso le dolía más, porque ella sí había encontrado un grupo que la quería.

Él había sido un maldito cobarde.

Gruño.

Un día, mientras Hermione trabajaba en una poción complicada, Snape se acercó a ella con una expresión pensativa. 

- Estás avanzando bien en tus estudios. Sin embargo, también es importante que mantengas un equilibrio. ¿Cómo te sientes con todo esto?

Hermione levantó la vista de su trabajo. 

- Es difícil. Hay días en los que me siento abrumada, pero también encuentro consuelo en el trabajo. Me ayuda a mantener la mente ocupada.

Snape asintió lentamente.

 - Es natural sentirse así. Si necesitas hablar o descansar, no dudes en decírmelo.

A pesar del esfuerzo de Snape por ser accesible, Hermione no podía evitar sentir que la casa estaba llena de secretos no revelados. Había momentos en los que percibía una sombra en los ojos de Snape o un silencio incómodo en el aire. Estos pequeños detalles la hacían preguntarse más sobre el pasado de su nuevo tutor. ¿Siempre había sido así? ¿Qué lo impulso a ser siempre tan melancólico?

Una tarde, mientras exploraba la mansión, Hermione encontró una puerta al final de un pasillo que estaba parcialmente oculta detrás de una estantería. Con cautela, la abrió y encontró un pequeño cuarto lleno de objetos antiguos, entre ellos una caja de fotos y cartas. Se dio cuenta de que la habitación parecía ser un refugio personal de Snape.

Hermione se agachó para examinar la caja y, con cuidado, comenzó a hojear las cartas y fotos. Las imágenes revelaban momentos de su vida pasada, incluidas fotos de él con supuestamente Lily Potter y otros amigos de su juventud. Lo sabía porque Harry le había mostrado algunas fotos de sus padres del álbum que Hagrid le había regalado en primer año. El descubrimiento la hizo comprender mejor las complejidades de Snape.

Eso creyó ella.

Al día siguiente, Hermione decidió confrontar a Snape sobre lo que había encontrado. Lo hizo mientras estaban en el laboratorio trabajando juntos. Se sentía incómoda por haber invadido su privacidad. 

- Profesor, encontré una habitación oculta en la mansión. Vi fotos y cartas sobre su pasado... sobre Lily Potter. Lo siento.

Snape se detuvo en seco, y su rostro se endureció parcialmente. 

- Hermione, hay cosas que no están destinadas a ser compartidas. Mi pasado es complicado y doloroso.

Hermione sintió un nudo en el estómago al ver la intensidad en los ojos de Snape. 

- Lo siento si te he molestado. Solo quiero entenderte mejor para poder adaptarme y trabajar contigo.

Snape la miró, y por un momento, su mirada se suavizó. 

- Agradezco tu sinceridad. Puede que mi pasado no sea el más fácil de tratar, pero lo importante es que estamos aquí ahora. Si estás dispuesta a entender y trabajar juntos, eso es lo que más importa.

Con el tiempo, Hermione y Snape empezaron a encontrar un equilibrio. Aunque la vida en la mansión seguía siendo desafiante, también ofrecía oportunidades para el crecimiento y la colaboración. Hermione se volvió más eficiente en sus estudios y pociones, y Snape comenzó a mostrar un lado más comprensivo y mentor.

La relación entre ellos se fortaleció a medida que enfrentaban desafíos juntos, y Hermione empezó a ver a Snape no solo como un tutor estricto, sino como una figura compleja con su propio dolor y lucha.

Una noche, después de una intensa sesión de estudio, Hermione se encontró en el jardín de la mansión, contemplando las estrellas. Snape la encontró allí, y se unió a ella en silencio, observando las flores Lily s plantadas en su jardín de lejos. 

- A veces, las noches tranquilas son las mejores para reflexionar -dijo Snape, rompiendo el silencio.

Hermione asintió. 

- Sí, es un buen momento para pensar en lo que hemos logrado y en lo que queda por delante.

Snape se volvió hacia ella, con una leve sonrisa. 

- Has hecho un buen trabajo, Hermione. A veces, el simple hecho de seguir adelante es un gran logro.

Hermione le devolvió la sonrisa, sintiendo una sensación de paz que no había sentido en mucho tiempo. 

- Gracias, profesor. Estoy comenzando a ver que, aunque todo es diferente, puede haber un camino hacia adelante.

Alguien a quien llamar papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora