╰•★★ ƈą℘ıɬųƖơ 11 ★★•╯

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Los días se convertían en semanas y las semanas en meses en Paper School. Oliver, Edward y Zip se habían convertido en una tríada inseparable. Sus días estaban llenos de risas, estudios y aventuras compartidas. Pero dentro del corazón de Oliver, los sentimientos por Edward seguían creciendo, intensificándose con cada momento que pasaban juntos. A veces, sentía que su corazón estaba a punto de explotar con el peso de sus emociones no expresadas.

Una tarde de otoño, después de una agotadora sesión de estudio, Edward sugirió una salida para despejarse.

—¿Qué les parece si vamos a la colina detrás del campus? —propuso—. Desde allí se puede ver todo el atardecer, y he oído que es un espectáculo increíble en esta época del año.

Zip, siempre dispuesta a una nueva aventura, asintió con entusiasmo.

—¡Me parece perfecto! Necesito aire fresco.

Oliver, aunque nervioso por pasar más tiempo cerca de Edward, también aceptó. Algo en su interior le decía que esa noche podría ser especial.

El camino hasta la colina era tranquilo, bordeado de árboles cuyos colores otoñales creaban un paisaje impresionante. Al llegar a la cima, se encontraron con una vista panorámica de la ciudad y los campos circundantes. El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos rojos, naranjas y púrpuras.

—Es hermoso —susurró Zip, sentándose en la hierba y mirando el horizonte.

Edward se recostó a su lado, y Oliver hizo lo mismo, aunque manteniendo una ligera distancia para intentar controlar los latidos de su corazón.

—Este lugar es mágico —dijo Edward, con la mirada perdida en el horizonte—. Me hace pensar en todas las posibilidades que tenemos por delante.

—Sí —respondió Oliver, tratando de mantener la calma—. Es un buen recordatorio de que siempre hay algo hermoso por descubrir.

El tiempo pasó en un cómodo silencio, cada uno sumido en sus pensamientos mientras el sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte. Finalmente, Edward se giró hacia Oliver y Zip con una expresión seria.

—Hay algo que quiero compartir con ustedes —dijo, su voz tranquila pero con un matiz de nerviosismo—. Ustedes son mis mejores amigos, y siento que puedo ser completamente honesto.

Oliver sintió un nudo en el estómago. ¿Podría ser que Edward también tuviera algo importante que confesar?

—Adelante, Edward —dijo Zip, animándole—. Estamos aquí para ti.

Edward tomó una respiración profunda y comenzó a hablar.

—Desde que llegamos a Paper School, he sentido una gran diferencia en mi vida. No solo por el ambiente seguro, sino porque he tenido la oportunidad de ser más abierto conmigo mismo. Y... —Edward hizo una pausa, mirando directamente a Oliver—. Hay algo que he querido decirte desde hace tiempo, Oliver.

El corazón de Oliver comenzó a latir con fuerza. Sentía que todo su mundo se centraba en ese momento, en esas palabras que estaban a punto de ser pronunciadas.

—Oliver —continuó Edward—, eres una persona increíble. Tu valentía, tu bondad, tu manera de ver el mundo... me inspiras cada día. Y he llegado a darme cuenta de que mis sentimientos por ti van más allá de la amistad.

Un silencio pesado cayó sobre el grupo. Oliver no podía creer lo que estaba escuchando. Su mente corría a mil por hora, tratando de procesar las palabras de Edward.

—Edward... yo... —comenzó Oliver, pero las palabras parecían atrapadas en su garganta.

Zip, con su intuición y empatía, se acercó y puso una mano en el hombro de Oliver.

—Oliver, está bien. Puedes decir lo que sientes.

Oliver tomó una respiración profunda, mirando a Edward a los ojos. Vio la vulnerabilidad y la esperanza en su mirada, y eso le dio el valor que necesitaba.

—Edward, yo también siento lo mismo. Desde hace mucho tiempo, he estado luchando con estos sentimientos porque tenía miedo de arruinar nuestra amistad. Pero ahora que lo dices... —Oliver sonrió tímidamente—. Me siento increíblemente aliviado y feliz de que tú también sientas lo mismo.

Edward soltó un suspiro de alivio y se acercó a Oliver, tomando su mano con cuidado.

—Gracias por ser honesto conmigo, Oliver. Prometo que pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti.

Zip, observando la escena con una sonrisa, aplaudió suavemente.

—¡Esto es maravilloso! Me alegra tanto que hayan encontrado el valor para hablar de sus sentimientos.

Los tres se quedaron allí, en la cima de la colina, mientras el sol se ponía completamente y las primeras estrellas comenzaban a aparecer en el cielo nocturno. La conexión entre ellos se sentía más fuerte que nunca, y el aire estaba lleno de promesas y nuevas posibilidades.

Más tarde, mientras regresaban al campus, la atmósfera era ligera y llena de risas. Oliver y Edward caminaban juntos, sus manos entrelazadas, sintiendo que una nueva etapa de su vida había comenzado. Zip, a su lado, les contaba anécdotas divertidas, llenando el aire con su risa contagiosa.

Al llegar a sus dormitorios, se despidieron con abrazos cálidos. Oliver se quedó un momento más afuera, mirando el cielo estrellado y sintiendo una profunda paz interior. Sabía que, con Edward y Zip a su lado, cualquier desafío que el futuro pudiera traer sería más fácil de enfrentar.

Esa noche, mientras se acostaba en su cama, Oliver pensó en cómo su vida había cambiado desde que llegó a Paper School. Había encontrado verdaderos amigos, había descubierto su propio valor y ahora, finalmente, había abierto su corazón al amor. Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de esperanza, Oliver cerró los ojos y se dejó llevar por el sueño, listo para lo que el mañana pudiera traer.

✎★Bajo el cielo estrellado★✎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora