Las semanas pasaron y, aunque Oliver comenzaba a sentirse un poco más seguro, no podía evitar la sensación de que Riley no se había rendido. Aunque el acoso había disminuido, cada vez que Oliver la veía en los pasillos, sentía un nudo en el estómago.Un viernes por la tarde, después de clases, Oliver decidió quedarse un poco más en la biblioteca para estudiar. Edward, Engel y Claire habían insistido en acompañarlo, pero Oliver les aseguró que estaría bien y que solo quería un poco de tiempo para sí mismo.
Mientras caminaba hacia su casillero para guardar sus libros, sintió una presencia detrás de él. Antes de que pudiera girarse, una mano le tapó la boca y otro brazo lo sujetó firmemente.
—No hagas ruido, Oliver. —susurró Riley, su voz fría y amenazante.
El corazón de Oliver latía con fuerza mientras Riley lo arrastraba hacia una salida lateral del edificio. Intentó resistirse, pero Riley era más fuerte. Con un golpe en la cabeza, Oliver perdió el conocimiento.
Cuando despertó, Oliver se encontró atado a una silla en un lugar oscuro y frío. Sus ojos se adaptaron lentamente a la penumbra, y pronto reconoció a Riley, parada frente a él con una expresión de satisfacción.
—Finalmente, solo tú y yo. —dijo Riley, caminando alrededor de Oliver—. ¿Por qué me haces esto tan difícil, Oliver? Solo quería conocerte mejor.
Oliver intentó hablar, pero su voz apenas era un susurro debido al miedo y al dolor.
—Riley, por favor, déjame ir. No tienes que hacer esto. —rogó Oliver, su voz temblorosa.
—No, Oliver. Ya tuve suficiente de tus rechazos. Es hora de que me escuches. —Riley se inclinó hacia Oliver, su rostro a pocos centímetros del suyo—. ¿Sabes lo que se siente ser ignorada todo el tiempo? ¿Ser tratada como si no existieras?
Oliver podía ver la ira y la frustración en los ojos de Riley, pero también algo más profundo, una desesperación que la hacía aún más peligrosa.
—Riley, entiendo que estás dolida, pero esta no es la manera de arreglarlo. —intentó razonar Oliver, con la esperanza de calmarla.
Pero Riley no escuchaba. En lugar de eso, comenzó a golpear a Oliver, primero con bofetadas y luego con puños cerrados. Cada golpe hacía que Oliver gimiera de dolor, pero intentaba no gritar, no darle esa satisfacción a Riley.
El tiempo se hizo eterno. Riley alternaba entre monólogos llenos de resentimiento y violentos episodios de abuso físico. Oliver perdió la noción de cuántas veces fue golpeado, su cuerpo estaba entumecido y su mente apenas podía mantenerse consciente.
En algún momento, Oliver escuchó ruidos fuera de la habitación. Las voces eran lejanas al principio, pero se acercaban rápidamente.
—¡Oliver! ¿Estás aquí? —era la voz de Edward, llena de desesperación.
Riley se tensó y miró hacia la puerta, su rostro reflejando una mezcla de pánico y furia.
—¡Aquí, Edward! ¡Ayuda! —logró gritar Oliver con las pocas fuerzas que le quedaban.
La puerta se abrió de golpe y Edward, seguido de Engel y Claire, irrumpieron en la habitación. Al ver a Oliver atado y golpeado, la ira de Edward se desbordó.
—¡Riley, aléjate de él ahora mismo! —gritó Edward, avanzando hacia Riley.
Riley intentó huir, pero Engel y Claire la bloquearon, inmovilizándola hasta que llegaron las autoridades escolares y la policía. Oliver fue liberado de sus ataduras y llevado de inmediato a la enfermería, donde los médicos comenzaron a tratar sus heridas.
Mientras estaba tendido en una cama, con Edward, Engel y Claire a su lado, Oliver sintió una mezcla de alivio y dolor. Las heridas físicas sanarían con el tiempo, pero las emocionales serían más difíciles de superar.
Edward le tomó la mano, su expresión llena de preocupación y ternura.
—Oliver, lo siento tanto. No debimos dejarte solo. —dijo Edward, sus ojos llenos de lágrimas.
—No es tu culpa, Edward. Riley estaba... enferma. —respondió Oliver, su voz apenas audible.
Engel y Claire asintieron, ofreciendo su apoyo silencioso. Sabían que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaban decididos a estar a su lado en cada paso del camino.
La noticia del secuestro y el maltrato de Oliver se extendió rápidamente por la escuela, y Riley fue expulsada y llevada a un centro de rehabilitación juvenil. La seguridad en la escuela se reforzó, y los consejeros escolares comenzaron a trabajar más de cerca con los estudiantes para prevenir futuros incidentes.
Oliver, aunque traumado por la experiencia, encontró fuerza en el amor y apoyo de sus amigos. Con el tiempo, y con la ayuda de terapia, empezó a reconstruir su vida, aprendiendo a confiar nuevamente y a dejar atrás los fantasmas del pasado.
Las semanas siguientes fueron difíciles. Oliver pasó mucho tiempo en terapia, hablando de sus miedos y traumas. Edward, Engel y Claire estuvieron a su lado en cada sesión, mostrándole que no estaba solo. La presencia constante de sus amigos le dio a Oliver la fuerza para seguir adelante.
Un día, mientras caminaban juntos por el parque cercano a la escuela, Engel rompió el silencio.
—Oliver, todos pasamos por momentos difíciles, pero lo importante es cómo los enfrentamos. Tienes un gran grupo de amigos que te apoya, y eso es algo invaluable.
—Gracias, Engel. Realmente aprecio tenerlos a todos ustedes. —respondió Oliver, sintiendo una calidez en su corazón.
—Sabes que siempre estaremos aquí para ti, ¿verdad? —dijo Claire, sonriendo.
Oliver asintió, y por primera vez en mucho tiempo, sintió una verdadera esperanza. Estaba rodeado de personas que realmente se preocupaban por él y estaban dispuestas a luchar junto a él.
Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Oliver seguía enfrentando sus demonios, pero ahora lo hacía con la certeza de que no estaba solo. Edward, Engel y Claire se aseguraron de que nunca tuviera que pasar por ninguna situación difícil sin su apoyo.
Poco a poco, Oliver comenzó a abrirse más, incluso a nuevos amigos. La escuela se convirtió en un lugar menos aterrador y más en un lugar donde podía encontrar consuelo y amistad. Los recuerdos dolorosos de Riley y el acoso empezaron a desvanecerse, reemplazados por nuevas experiencias y momentos felices.
El camino hacia la sanación era largo, pero Oliver sabía que, con sus amigos a su lado, podía enfrentarlo. Juntos, demostraron que la verdadera fuerza reside en la amistad y en el apoyo incondicional de quienes realmente se preocupan por nosotros.
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✎★Bajo el cielo estrellado★✎
Random𝔼𝕤𝕥𝕒 𝕙𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒, 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕖𝕤𝕔𝕖𝕟𝕒𝕤 𝕗𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖𝕤 𝕪 𝕧𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕥𝕒𝕤, 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕒𝕤𝕖𝕤𝕚𝕟𝕒𝕥𝕠𝕤, 𝕤𝕦𝕚𝕔𝕚𝕕𝕚𝕠, 𝕕𝕖𝕡𝕣𝕖𝕤𝕚ó𝕟, 𝕖𝕥𝕔 S𝕚 𝕖𝕣𝕖𝕤 𝕤𝕖𝕟𝕤𝕚𝕓𝕝𝕖 𝕠 𝕣𝕖𝕡𝕦𝕝𝕤𝕚𝕧𝕠 𝕔𝕠𝕟 𝕖𝕤𝕥𝕠𝕤 𝕥𝕖𝕞𝕒𝕤...