Después de su recuperación, Oliver intentaba retomar su vida en la escuela, aunque los recuerdos del ataque de Zip seguían atormentándolo. Cada día era un desafío, y aunque Edward estaba siempre a su lado, Oliver se encontraba luchando con la desconfianza hacia los demás.
Un lunes por la mañana, mientras Oliver y Edward caminaban hacia su aula, dos nuevos estudiantes se les acercaron. Engel, un chico con una sonrisa amistosa, y Claire, una chica con ojos brillantes, parecían interesados en conocerlos.
—Hola, soy Engel y ella es Claire. Somos nuevos aquí. —dijo Engel, extendiendo la mano.
Oliver miró la mano extendida con desconfianza y luego apartó la mirada, ignorando el gesto.
—Hola, Engel, Claire. Soy Edward y él es Oliver —respondió Edward, tratando de suavizar la situación—. Bienvenidos a la escuela.
—Gracias —dijo Claire con una sonrisa—. Esperamos hacer nuevos amigos aquí.
Oliver, sin embargo, no pudo evitar sentirse incómodo. La experiencia con Zip había dejado una profunda marca en él, y no podía sacudirse el miedo de ser lastimado nuevamente.
—Edward, vamos a llegar tarde a clase —dijo Oliver fríamente, ignorando a Engel y Claire.
Edward notó la tensión en Oliver y decidió no presionarlo. Los dos se alejaron, dejando a Engel y Claire un poco desconcertados pero sin perder la sonrisa.
—Lo siento, Oliver está pasando por un momento difícil. No es nada personal —explicó Edward antes de irse.
A lo largo de la semana, Oliver se esforzó por evitar cualquier interacción con Engel y Claire. Sin embargo, Edward siguió hablando con ellos y trató de integrarlos en su grupo, esperando que eventualmente Oliver también lo hiciera.
Mientras tanto, otro estudiante, Riley, empezó a mostrar un interés particular en Oliver. Riley era conocido por ser persistente, y desde que había puesto los ojos en Oliver, no dejaba de seguirlo y tratar de hablarle en cada oportunidad.
—Hola, Oliver. ¿Puedo acompañarte? —preguntó Riley un día, sonriendo ampliamente.
—Estoy ocupado, Riley —respondió Oliver secamente, tratando de evitar cualquier conversación.
Pero Riley no se desanimaba fácilmente. Siguió a Oliver durante los descansos, lo esperaba fuera de las clases y hasta le dejaba notas en su casillero. Lo que comenzó como una simple atención, rápidamente se convirtió en algo más insistente.
Una tarde, mientras Oliver y Edward estaban estudiando en la biblioteca, Riley se acercó una vez más.
—Oliver, ¿podemos hablar? —dijo Riley, ignorando la presencia de Edward.
—Estoy ocupado, Riley. Ya te lo dije —replicó Oliver, sintiendo una creciente irritación.
—Solo será un momento. Es importante —insistió Riley.
Edward, notando el malestar de Oliver, intervino.
—Riley, ahora no es un buen momento. Oliver está tratando de concentrarse en sus estudios. Tal vez más tarde.
Riley miró a Edward con una mezcla de frustración y celos, pero finalmente se alejó. Sin embargo, su persistencia no disminuyó. En los días siguientes, continuó apareciendo en los lugares donde sabía que Oliver estaría, siempre tratando de llamar su atención.
Un viernes, mientras Oliver caminaba solo por los pasillos después de clase, Riley lo interceptó nuevamente.
—Oliver, por favor, solo quiero hablar contigo —dijo Riley, bloqueando su camino.
ESTÁS LEYENDO
✎★Bajo el cielo estrellado★✎
Diversos𝔼𝕤𝕥𝕒 𝕙𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒, 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕖𝕤𝕔𝕖𝕟𝕒𝕤 𝕗𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖𝕤 𝕪 𝕧𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕥𝕒𝕤, 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕒𝕤𝕖𝕤𝕚𝕟𝕒𝕥𝕠𝕤, 𝕤𝕦𝕚𝕔𝕚𝕕𝕚𝕠, 𝕕𝕖𝕡𝕣𝕖𝕤𝕚ó𝕟, 𝕖𝕥𝕔 S𝕚 𝕖𝕣𝕖𝕤 𝕤𝕖𝕟𝕤𝕚𝕓𝕝𝕖 𝕠 𝕣𝕖𝕡𝕦𝕝𝕤𝕚𝕧𝕠 𝕔𝕠𝕟 𝕖𝕤𝕥𝕠𝕤 𝕥𝕖𝕞𝕒𝕤...