✎★Bajo el cielo estrellado★✎

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El sol brillaba con fuerza sobre Paper School, iluminando los rostros sonrientes de los estudiantes que caminaban por el campus. Para Oliver, ese día tenía un significado especial. Era el día de la graduación, un hito que alguna vez había pensado que no alcanzaría.

Edward estaba a su lado, como siempre, con una amplia sonrisa. Engel y Claire caminaban un poco más adelante, hablando emocionadamente sobre los planes para el verano. En sus manos, Oliver llevaba su toga y birrete, el símbolo de un nuevo comienzo.

—¿Nervioso? —preguntó Edward, dándole un ligero empujón a Oliver.

Oliver sonrió y negó con la cabeza.

—Un poco, pero es un buen tipo de nervios. —respondió, mirando a su alrededor—. Nunca pensé que llegaría hasta aquí, ¿sabes?

—Lo lograste, Oliver. Superaste todo lo que la vida te lanzó y saliste más fuerte. Estoy orgulloso de ti. —dijo Edward, con un tono que transmitía sinceridad y cariño.

Oliver sintió un calor en su pecho al escuchar esas palabras. Sabía que sin Edward y sus amigos, nunca habría llegado tan lejos. Ellos habían sido su ancla, su luz en los momentos más oscuros.

El auditorio estaba lleno de padres, maestros y estudiantes. El bullicio de las conversaciones y risas llenaba el aire mientras todos se preparaban para la ceremonia. Oliver y sus amigos tomaron sus asientos en la primera fila, con una mezcla de emoción y nostalgia.

Cuando comenzó la ceremonia, cada nombre fue llamado uno por uno. Los graduados subían al escenario, recibían sus diplomas y bajaban entre aplausos. Finalmente, el nombre de Oliver fue anunciado.

—¡Oliver Stone!

Oliver se levantó, su corazón latiendo con fuerza mientras caminaba hacia el escenario. Cada paso que daba lo acercaba más a la culminación de años de lucha, dolor, pero también de crecimiento y superación.

Al recibir su diploma, Oliver miró al público. Desde el escenario, vio a Edward, Engel y Claire aplaudiendo con entusiasmo, sus rostros llenos de orgullo. En ese momento, sintió que todo valía la pena.

Después de la ceremonia, todos se reunieron en el parque de la escuela para una última celebración. Las risas, los abrazos y las fotos llenaban el ambiente. Oliver se sentía feliz, realmente feliz. Había llegado a este punto, y aunque el camino había sido difícil, sabía que estaba listo para lo que el futuro le deparara.

—Tengo algo para ti. —dijo Edward, sacando una pequeña caja de su bolsillo—. Es un regalo de graduación.

Oliver tomó la caja, sorprendido. Al abrirla, encontró un colgante con una pequeña piedra de cuarzo, pulida hasta quedar lisa y brillante.

—Es para que siempre recuerdes lo fuerte que eres, Oliver. —explicó Edward—. El cuarzo es resistente, como tú.

Oliver sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Se puso el colgante alrededor del cuello y abrazó a Edward con fuerza.

—Gracias, Edward. Por todo. —dijo Oliver, con la voz quebrada por la emoción.

—Siempre estaré aquí para ti, Oliver. —respondió Edward, devolviéndole el abrazo.

El sol comenzó a ponerse, bañando el parque con tonos dorados y rosados. Los estudiantes se dispersaban poco a poco, dejando el lugar con la promesa de mantenerse en contacto, de no olvidar los momentos compartidos.

Oliver, Edward, Engel y Claire se quedaron un poco más, disfrutando de la tranquilidad del momento. Habían pasado por tanto juntos, y ahora estaban listos para enfrentar el futuro, sea lo que sea que les trajera.

Mientras caminaban hacia la salida, Oliver miró a su alrededor, respirando profundamente el aire fresco de la tarde. Se sentía libre, liberado de las cadenas del pasado. Sabía que siempre habría desafíos, pero también sabía que tenía la fuerza para superarlos.

—¿Listos para la próxima aventura? —preguntó Claire, sonriendo.

—Siempre. —respondió Oliver, con una sonrisa que reflejaba su nueva confianza.

Juntos, los cuatro amigos dejaron el parque, caminando hacia el horizonte, hacia un futuro lleno de posibilidades y esperanzas. Oliver había encontrado su camino, y con sus amigos a su lado, sabía que todo era posible.

Y así, con el corazón lleno de gratitud y alegría, Oliver cerró ese capítulo de su vida, listo para abrir uno nuevo, uno donde la felicidad, el amor y la amistad siempre estarían presentes.