Capítulo 14

120 13 1
                                    

Justo cuando el ascensor se cerró y se movió durante lo que podrían ser unos segundos, de repente se detuvo y la tenue luz se cortó.

Lisa agarró su falda con mucha fuerza soltando su bolso con miedo.

La oscuridad la rodeaba.

Todo lo que pudo ver fue oscuridad y nada más.

No sabía cómo, pero de repente no había suficiente oxígeno para inhalar. Podía sentir las paredes del ascensor acercándose a ella.

Podía sentir que todo su mundo se reducía a la oscuridad. Se abrazó a sí misma, sus piernas cedieron, sin poder soportar el violento temblor de su cuerpo.

Se deslizó en el suelo, en una esquina del ascensor.

Se arrodilló y se abrazó a sí misma, temblando de un lado a otro tratando de respirar con dificultad.

Cerró los ojos con fuerza porque no quería recordar su pasado.

Ella no podía...

No podía permitirse el lujo de recordar sus recuerdos...

No... No... No....

Pero de todos modos a su mente se le ocurrió uno de sus recuerdos pasados...

De repente, todo lo que podía recordar era su padre encerrandola en el sótano durante dos días.

Lisa le rogó a su madre que no la dejara sola, pero ella lo hizo de todos modos dejándola con esta persona, diciendo que confiara en su padre. Su propia madre estaba bebiendo en algún lugar, sin preocuparse por ella porque Marcos estaba con otra mujer.

Habían pasado dos días...

Dos días enteros allí...

La habitación del sótano dejaba entrar una luz tenue y sólo por la mañana, pero la noche la rodeaba de completa oscuridad.

Lisa tenía tanta hambre, tanta hambre que podía comer cualquier cosa.

Pero lo que le daba tanta vergüenza era que no había baño y la habitación olía mal por lo que tenía que hacer al otro lado de la habitación.

¿La pequeña Lisa estaba sentada en un rincón de la habitación tratando de entender qué había hecho para merecer esto...?

¿Este infierno...?

Tenía mucho miedo a la oscuridad y Marcos sintió un placer sádico al encerrarla en el sótano.

Pero aún así el rostro de la niña no tenía rastros de lágrimas.

¿Cuánto tiempo podría llorar un niño de nueve años durante dos días...?

Su estómago parecía estar devorándose a sí mismo. Su estómago dejó escapar un sonido lastimero, pero no pudo hacer nada para evitarlo. Si tuviera que quedarse aquí un día más, se comería los insectos de aquí porque podría tolerar el hambre por más tiempo que hoy.

Sabía que era asqueroso y que la gente podría llamarla extraña, pero no podía soportar el hambre. No podía morir allí... Tenía que vivir... Tenía que dejar este lugar y aún tenía que ver el mundo...

Le dolía la garganta por gritar pidiendo ayuda y disculpas a su sádico padre y además sin agua durante dos días.

Para colmo, tenía ataques de pánico y sentía que no había suficiente aire para respirar. Se atragantó con el aliento y tosió, con los pulmones jadeando.

También tenía fiebre y resfriado, además de un hambre punzante, negándole cualquier piedad.

Pero no fue todo esto lo que le molestó, lo que más le dolió fueron los moretones que recibió con las recientes palizas que recibió de Marcos.

Amor Sin Límites - Jenlisa/Chaennie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora