Capitulo-29

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Me senté en el suelo contra la pared y seguí llorando y entonces Sergio me mandó un mensaje.
-¿Te has pensado lo que hablamos?
No había pensado nada así que no contesté, estaba fatal.
No pude dormir en toda la noche , me encontraba enfadada, triste y decepcionada.
Al día siguiente me desperté a las 12:15 ya que era fiesta por ser el día del libro. Lo primero que hice fue llamar a casa de María para saber que tal estaba y me atendió su hermana diciéndome que estaba bien pero que todavía seguía dormida, después bajé a desayunar.
Mama: Hola.-Dice muy alegre.-
Yo: Hola.-Cogí una tostada y me subí a mi habitación.-
Allí me tumbé en mi cama pero entonces vi en mi móvil una llamada perdida de María y 20 mensajes de Sergio a los que no contesté, pero si que llamé a María.
-¿Si?-Dice.-
-María, ¿Qué tal estas?
-Fatal, con una resaca impresionante y enfadada y decepcionada a la vez con Aitana.
-No te preocupes, yo tampoco esque esté muy bien.
-¿Qué pasa?-Dice preocupada.-
-Nada, mejor te lo cuento esta tarde ¿Vale?
-Vale.
-Ven a mi casa sobre las 4:00.
-Vale, adiós.
-Adiós.-Termino de decir.-
Como el viernes tenía examen de sociales de dos temas me puse a estudiar hasta que llegó la hora de comer.
Mama: ¡La comida ya está lista!
Yo: Ahora bajo.
Cerré el libro de sociales, lo guardé en la mochila y bajé a comer.
Yo: ¿Qué hay para comer?
Mama: Lentejas, chuletillas y por último natillas.
Yo: ¡Qué bien porque tengo un hambre!
Papa: Esque no has desayunado nada, mas que una tostada.
Yo: Ya porque no tenía mucha hambre y además tenía que estudiar.
Después de unos diez minutos sin que nadie dijera nada mi madre dijo:
-¿Sofía te pasa algo? Esque desde que viniste ayer de la calle estas muy rara y ausente.
Yo: No, que va.
Papa: ¿Seguro?
Yo: Seguro, no os preocupéis tanto por mí.
Papa: Vale, vale. Termínate la natilla que se va a hacer la hora de cenar.
Yo: Si ahora me la termino.Por cierto a las cuatro va a venir María.
Mama: Pues date prisa que van a dar ya las cuatro.
Yo: Es verdad.-Dije mirando el reloj.-
Me terminé la natilla a todo correr y justo llamaron a la puerta.
Yo: Será María, yo abro.
Abro la puerta después de sacudirme un poco el pantalón que se me había llenado de migas de pan y veo a María con un pantalón corto, una camiseta que le dejaba un hombro al descubierto y con unas ojeras increíbles y los ojos llorosos.
Yo: Pasa, y sube a mi habitación que ahora subo yo.
María: Vale.
La veo alejarse hacia las escaleras y voy a la cocina para coger unas pastillas que son para la cabeza y también sirven para las resacas.
Yo: Ya estoy.-Digo al llegar a mi habitación.-
María: ¿Que traes en la mano?
Yo: Unas pastillas que te ayudarán con la resaca.
María: Gracias.
Yo: Mantenla en la boca hasta que se derrita, debajo de la lengua.-La doy la pastilla.-
María: Vale.Como si fuera un caramelo ¿no?-Asiento.- ¿Que querías decirme?
Nos acomodamos las dos rn la cama y empiezo a explicarle todo.
Yo: Pues que cuando te dejamos en casa, volví a la discoteca para recoger mi bolso porque me lo había dejado allí.
María: Vale, despúes de esto ¿Puedes contarme lo que pasó después de enterarme de lo de Aitana y Rodrigo? Esque no me acuerdo.
Yo: Vale. Bueno sigo, pues que llegé a la dicoteca y ahí esta Lucas con una chica muy guapa, alta, rubia y con ojos verdes y por lo que parecía dos años mayor que yo.
María: ¿Y?
Yo: Pues que esa chica nada mas llegar dónde nosotros le besó en la mejilla.
María: ¿Enserio? Aunque en la mejilla no esque signifique algo.
Yo: Si, porque estaban sólos y vi como la miraba, con esos ojos que lo dicen todo.
María: Bueno, esque ya lo digo yo, los chicos no valen mas que para dat disgustos.
Yo: Ya pero, Lucas es diferente me gusta de verdad solo que nunca he querido decir nada porque no quería admitirlo.
María: Ya, se te notaba un huevo, bueno yo hablaría con él mañana, cuando se te haya pasado el cabreo.
Yo: Vale.
María: Bueno ahora dime que no hice mucho el ridículo.
Yo: Bueeeeeno.-Me río.-
Le conté todo lo que pasó y ella a parte de avergonzada no paraba de reírse,por lo menos así se animaba después de todo, aunque después de todo vinieron las lágrimas, los abrazos y las consolaciones.
María: Esque no entiendo porque me hicieron esto, sobre todo Aitana.
Yo: Ya.
María: Por lo menos no salieron juntos cuando yo estaba con Rodrigo.
Yo: Ya.-Dije mintiendo, no podía decirla que sí y hundirla mas de lo que estaba, prefería que se enterase más adelante cuando todo esto estaría casi olvidado, aunque la verdad me sentía fatal por haberla mentido.

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