Donde Mar Serracanta estaba más concentrada que nunca en ganar el siguiente titulo para su equipo cuando alguien del pasado reaparece en su vida para darle la vuelta.
Donde Derek Ortega es convocado a jugar en un equipo de la Kings League así que vu...
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Narra Derek
El día del partido de PIO de Mar había llegado, y aunque ella no podía jugar por su lesión, no iba a dejar de apoyar a las chicas, ni yo a ella. Desde que recibimos la noticia de que debía descansar, Mar había estado algo decaída. Lo entendía perfectamente. Para alguien tan apasionada por el fútbol como ella, quedarse fuera de un partido sin poder ayudar a su equipo era como arrancarle una parte de su esencia.
Estacioné el auto y me volví hacia ella. Mar estaba mirando por la ventana, su rostro reflejaba una mezcla de tristeza y frustración. Le di un suave apretón en el hombro, tratando de transmitirle algo de mi energía.
Derek: Vamos, Mar. Sé que no es lo mismo que estar en el campo, pero necesitan tu apoyo. Eres la goleadora de PIO, incluso desde la banca.
Mar suspiró y me miró, sus ojos cargados de emociones encontradas. Pero, al final, asintió.
Antes de entrar al campo, decidimos pasar por el centro de calentamiento. Las chicas estaban concentradas, estirando y realizando ejercicios de calentamiento. Al vernos, varias de ellas sonrieron y se acercaron.
Aitana: ¡Mar!
Sara: ¡Mar! —gritaron al verla y se acercaron a saludar.
Mar: Hola —dijo, algo cabizbaja.
Nuria: Hola Derek —me saludaron a mi también.
Derek: Hola. ¿Ya listas para el partido? —pregunté, tratando de ser amable.
Berta: Lo más que se puede
Ona: Tenemos fe —lo decían, pero sus caras no lo reflejaban tanto. Y es que Mar no era la única lesión que sufría el equipo. Nuria y Berta tampoco estaban tan bien.
Mar: Chicas, sé que hoy no puedo estar en el campo con ustedes, pero estoy aquí para apoyarlas. Confío en que saldremos de aquí con esos tres puntos. ¡Vamos a demostrarles de qué está hecho PIO!
Las jugadoras corearon "Puro Pinche PIO" y "Creer PIO Creer" con entusiasmo, alimentándose de las palabras de Mar. En ese momento, me sentí increíblemente orgulloso de ella. A pesar de su dolor y frustración, estaba ahí, levantando a su equipo.
Era hora de que Móstoles femenil jugara y después de todo ese sigue siendo mi escudo y mi equipo así que también debo estar ahí para apoyar.
Derek: Voy a entrar —le dije a Mar.
Mar: Estaré en el banquillo con ellas
Derek: Okey. Te veo al salir —le di un corto beso en la mejilla— Suerte campeonas —añadí con una sonrisa.
