XXX. Puro Pinche Pio

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

Era el día del partido de la primera ronda de cuartos de final contra El Rayo de Barcelona.

El equipo que gane, está un paso más cerca de La Rosaleda, un paso más cerca de Málaga. La emoción y la tensión eran palpables en el aire mientras Derek estaba en casa de Mar, ayudándola a prepararse. Estaba vendando su pierna con cuidado, asegurándose de que el vendaje fuera lo suficientemente firme como para ofrecer apoyo, pero no tanto como para causarle incomodidad.

Derek: ¿Cómo se siente? —preguntó, mirando a Mar con algo de preocupación mientras terminaba de asegurar la venda.

Mar se movió un poco, probando la tensión del vendaje, y asintió.

Mar: Está bien —respondió, tratando de sonar más segura de lo que se sentía.

Derek sacó una pastilla para el dolor y se la pasó junto con un vaso de agua. Mar la tomó sin protestar, acostumbrada ya a esta rutina antes de cada partido.

Derek: Recuerda —dijo con seriedad—, si te duele mucho, pide salir unos minutos para descansar.

Mar lo miró a los ojos y sonrió débilmente.

Mar: Lo sé, pero es un partido importante —dijo—. Tenemos que sacarlo.

Derek suspiró, sabiendo lo terca y determinada que podía ser. Le acarició la mejilla.

Derek: Eres la mejor jugadora de PIO, amor, pero no eres la única y te aseguro que todas quieren lo mismo. Respáldate en tu equipo.

Mar: Bien...

Derek: Solo prométeme que no te forzarás demasiado —pidió—. Quiero verte bien, no solo en el campo, sino también después del partido.

Mar: Lo prometo —dijo, tomando su mano y apretándola suavemente.

Derek se inclinó y la besó en la frente, antes de ayudarla a levantarse. Ambos salieron de la casa, listos para dirigirse al estadio.

Cuando llegaron al Cupra Arena, la energía del lugar era intensa. Los gritos y cánticos de los pocos aficionados que estaban allí, resonaban en el estadio mientras Mar se dirigía al campo para calentar con PIO. Derek se quedó unos momentos observándola, cómo si fuera lo más perfecto que sus ojos han visto... Y es que lo es.

De camino a la grada, se encontró con Mario y Noe.

DJ: ¡Hey, Derek! —saludó Mario con una sonrisa.

Derek: Hola presi, hola Noe

Noe: Hola tú

DJ: Eh, te he visto muy cerquita con Mar últimamente. —dijo, intentando bromear con su jugador.

Derek rió, asintiendo.

Derek: Sí, un poco —respondió sin ocultar su orgullo.

Mario: No tengo problema con que apoyes a PIO femenil —dijo, dandole una palmada en la espalda—. Después de todo, no estaban en el mismo grupo que nosotros. Y mientras sigas metiendo golazos para Móstoles, todo está bien.

A Segunda Vista - Mar SerracantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora