EL PASADO TE PERSIGUE

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Taehyung miraba la pantalla que tenia delante. Escobar tecleaba rápidamente en el monitor, mientras Dmitry también buscaba alguna señal.

—Taehyung. Ya buscamos en todos lados, no hay ninguna señal del chico. —Hablo Escobar, mientras se levantaba y frotaba los ojos.

—No me descansare, si Soobin estuvo aquí. Él debe saber donde esta Jungkook. —Decía el chico mientras apretaba fuertemente sus puños.

Jimin entro a la oficina que antes era de Yoo y que ahora utilizaban sus hijos y los demás miembros. Jimin noto la forma de actuar de las manos de Taehyung y con cuidado se acerco a él.

—Taehyung. ¿Cuándo fue la ultima vez que tomaste tus pastillas? —Jimin sobo levemente la mano de su hijo. El chico lo miro con ojos dilatados, y respiración desigual. El pelirrosa abrió los ojos y lo tomo por los brazos. —Okey, ya fue suficiente. Entiendo que cada minuto es importante pero el dejar de tomar tus medicamentos no ayudara en nada.

Taehyung se oponía hacia los movimientos de su padre, pero al final Chan y Hyunjin cargaron al pelirrojo a la fuerza. Se retorcía y movía en contra, hasta que Yoongi salió de la habitación de Yoo, todos se detuvieron ante los ojos del mayor, el cual los miraba con una ceja alzada.

—¿Qué sucede? —pregunto el pelinegro.

—Taehyung no ha tomado su medicamento, y queremos que descanse un poco. —Dijo Chan hacia el hombre, el cual suspiro.

—Diganle a Win que le ponga un sedante. Y que duerma. —Sus hijos asintieron y subieron al cuarto del pelirrojo. Mientras Win corría con una aguja.

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Jungkook miraba las escaleras de piedra la cual llevaba hacía unos calabozos antiguos, el hombre lo jalaba de unas cuerdas rasposas que amarraban sus muñecas.

Se giro un momento para ver hacia atrás y ver a los tres bultos inconscientes siendo cargados por otros tres tipos. El pelinegro sintió el tirón en sus muñecas y apresuro el paso.

El sonido de la puerta pesada de metal, lo hizo poner los pelos de punta. El rechinido de ella, lo ponía nervioso. Y lo único que parecía dar luz en aquel lugar eran antorchas antiguas. El sujeto desato las muñecas de Jungkook y lo avento junto con Seungmin. Mientras que el calabozo continuo también fue abierto, escuchando el caer de los otros dos bultos.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué tienen que ver con Yuna? —Dijo el pelinegro mientras se asomaba por una pequeña rendija del calabozo. Un suspiro fue lo que se escuchó.

—Mira niño, somos gente mala, es lo único que debes saber. Y creo que es obvio que todo esto es una venganza de tu madre. Pensaría bien en que preguntare con los demás hombres, no todos son amables para decirte algo. —El hombre suspiro y chasqueo los dedos, para que subieran. Llevándose una de las antorchas.

Seungmin se hizo bolita en una esquina, en la cual llegaba un poco de luz. Jungkook miro alrededor de él, pero no había nada. Solo oscuridad y paredes de piedra. Hasta que vio una rendija, con cuidado se asomó por ahí y miro los dos bultos se movían en el piso.

—Ptss...—Susurro el pelinegro, los dos chicos se giraron para mirarlo. Jungkook abrió los ojos y se acerco aun mas a agujero. —Jeongin y J-Hope.

—Jungkook, ¿Quiénes son esas personas? ¿conoces a esas personas? —Dijo el castaño hacia el chico.

—Son personas malas. Y si conozco a la que parece ser la líder. —Dijo el pelinegro con un suspiro pesado. El castaño asintió. —¿Cómo llegaron a esto?

ENTRE LAS CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora