ESCOBAR Y DMITRY

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—No puedo creerlo. Usted es Wookie. —Dijo Jungkook con cierto entusiasmo. El hombre abrió los ojos y dejo un rostro un poco desconcertado.

—Creo que me conoces, pero yo a ti no. —Dijo el pelinegro, con su seño fruncido. Su cabello era un poco largo y algunas canas se hacían notar. Pero un hombre muy apuesto.

—Mi nombre es Jungkook. Conozco al señor Min Yoo. —El hombre abrió los ojos y se giro dándole la espalda a Jungkook.

Jungkook no entendió la acción y miro a Seungmin el cual se encogió de hombros.

—¿Cómo conoces a Yoo? —Pregunto el hombre. Mientras seguía dándole la espalda al muchacho. Jeongin y J-Hope también se asomaron por la pequeña ventanilla de piedra que se hacia entre un calabozo a otro.

—Su nieto. Mas bien sus nietos son bueno algo así como parejas o eso espero. —Susurro Jungkook, mientras recordaba que no sabía si saldría de ese lugar.

—¿Nietos? Él ¿tuvo hijos con esa mujer horrenda? —Hablo el hombre mientras soltaba algunas palabras con cierto tono odioso.

—¿Qué? No, no él al parecer creyó que usted ya sabe...—Dijo Jungkook con cierta pena. El hombre se giro para mirar a Jungkook y sonrió de lado.

—Creyó que morí. Si eso era lo conveniente, esa mujer me dejo malherido en el bosque. La muy bruta creyó que morí y un amigo que trabajaba en la policía dio aviso a los medios del periódico que había muerto. Después me ayudo para alejarme de todo, empecé de cero. —Suspiro el hombre mientras algunas lagrimas bajaban por su cara. —Entre a una editorial de periódicos de la ciudad, y me toco poner la información sobre su gran parecido y sus millones que ganaba. Cuando supe donde trabajaba, corrí como idiota y me pare enfrente de su empresa, esperando verlo. Pero cuando lo vi salir con esa mujer, sabia que solo era un tonto romántico que creyó en palabras al viento.

Jungkook y Seungmin negaron rápidamente.

—No, Wook. Yoo lo ama aun lo ama, el jamás se perdono todo por lo que lo hizo pasar por culpa de su padre, el creyó que usted estaba muerto y cuando se entero de que la mujer con la que lo obligaron a casarse lo mato, bueno Yoo se encargo de ello. —Wook abrió los ojos ante las palabras de Jungkook.

—¿Él aun piensa en mi? —Susurro el hombre. —Después de todos estos años.

—Él me dijo, que le prometió que si no podían estar en esta vida, lo buscaría en la siguiente. Y yo le creí, le creí tanto que hizo el mismo sacrificio. —Contesto el pelinegro, con un suspiro.

—Háblenme más de Yoo, quiero saber como es ahora, quiero volver a verlo. —Dijo el hombre con una sonrisa, mostrando una hilera de dientes perfectos.

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Escobar y Dmitry tenían que hacer su vigilancia que tocaba cada jueves y sábado, debido a todos los sucesos. Habían pasado quince días de la desaparición de Jungkook y Seungmin. Y ambos hombre tenían que estar al pendiente de todo lo que pudiera ser una pista que diera con los chicos o con Soobin.

Escobar salió hacia el pateo trasero con un cigarro en la boca, mirándolo de manera asqueada, recordando que el tabaco de corea no era tan bueno como el colombiano. Y nagando hacia la cajetilla que había pedido ha uno de sus hombres.

El sonido de unas pisadas le hiciero desenfundar el arma que tenia aun lado y apuntar, mientras veía como el ruso alzaba las manos y sonreía de lado.

Hay marica, que me dio un susto. No lo hagas...—Dijo el hombre mientras fruncia el ceño.

Venga, que andas muy ajetreado. —Dijo el ruso con tono juguetón.

ENTRE LAS CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora