Entre la guerra y el amor:destellos del alma

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Al finalizar la reunión, Colette y los hermanos se adelantaron mientras el capitán se quedaba con su esposo, dejando solos a Bradley y Max. Bradley miró a Max con una pequeña sonrisa cariñosa: —Max, debo irme —dijo Bradley.

El Alfa lo abrazó, dándole pequeños besos en el cuello, sin importarle las miradas indiscretas de los transeúntes. El sol de la tarde bañaba la calle con una luz dorada, y algunas personas se detenían brevemente al ver la escena. Bradley se separó de Max, diciendo en un tono avergonzado:—Max, la gente nos está viendo. No es decoroso este tipo de afectos, ni siquiera estamos casados--

Max respondió en un tono serio, tomando la mano del omega y mirándolo directamente a los ojos:—Conozco a un cura. Podemos casarnos por lo civil en unos minutos -- Bradley sintió un vuelco en el corazón. La propuesta era tentadora, pero Andrés se acercó rápidamente, tomando a Bradley con cuidado y comenzando a hablar en lenguaje de señas que Max no entendía. Andrés movía las manos con firmeza, sus ojos mostrando una mezcla de preocupación y determinación—Andrés dice que no dejará que nos casemos hasta seguir el procedimiento de cortejo primero y después la boda, a no ser que... —Bradley se puso rojo, queriendo no seguir con la traducción. Los amigos siguieron en una discusión en señas, sus gestos rápidos y apasionados.

¡Dile que la única manera de saltarse el cortejo es si quedas embarazado! —dijo Andrés, queriendo asegurar el futuro de su amigo. Cabe aclarar que mientras ellos discutían, Max no entendía nada. Miraba la interacción con una mezcla de confusión y curiosidad.

Estás loco. ¡No quiero embarazarme, somos muy jóvenes! —Bradley contraatacó, sus manos moviéndose con rapidez mientras hablaba en señas.

Entonces lo harán a la manera antigua: cortejo y luego se casarán por la iglesia —respondió Andrés dándole una mirada desafiante a Bradley.

¡Soy un adulto, puedo hacer lo que quiera! —Bradley dijo, rojo de la rabia mientras maldecía a su amigo, casi un hermano mayor.

—¡Me da igual! —Andrés dijo y luego agregó de último momento haciendo hincapié en las palabras  —: Eres un omega, no me vengas con la libertad y experimentaciones. Serás ante la sociedad un omega respetable. Además, debes casarte en tres meses-- Algo hizo clic en la mente de Bradley. Mirando a Colette y a Tank, ya un poco más calmado, preguntó: —¿Una apuesta nuevamente? ¿Cuándo la hicieron?--

Andrés lo miró y respondió: Cuando hicieron la escena y se marcharon por treinta minutos, discutimos su historia. Apostamos que se casarían. Tank apostó que hoy se casarían, Colette apuesta dentro de dos semanas, el capitán apenas salgamos de la cafetería y yo dentro de tres meses. La apuesta es de nueve monedas de oro cada uno en total--

Quiero la mitad de las ganancias y una disculpa cuando todo esto acabe  —dijo Bradley mientras Andrés aceptaba. Max seguía sin entender qué pasaba, su expresión cambiando de la confusión a la diversión al ver la determinación de Bradley.

Bradley  dándole un beso suave en la mejilla al alfa  respondió:—No nos apresuremos. Quiero volver a conocerte, Max.-- Bradley se acercó al Alfa coquetamenteinvadiendo su espacio personal su mirada  estaba llena de cariño y una pizca de travesura, mientras Max se ponía nervioso. La ternura en los ojos del Alfa hizo que Bradley sonriera con más calidez —Nos vemos después, Vizconde-- Mientras Bradley se alejaba, Max miraba al cuarteto irse olvidando la extraña conversación muda .

Mientras el cuarteto se marchaba hacia el barco, Max se dirigió hacia la taberna El Dorado. Al llegar, fue recibido por la familia de Horace, quienes atendían a los clientes. Max abrazó al viejo hombre, Horace, impresionándolo —Max, ¿estás bien? —preguntó Horace, sintiendo el abrazo del Alfa.

Entre mundos: amor y guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora