Entre mundos: amor y guerra

Linaje y libertad: sangre real

Max 14 años, Bradley 16 años:

El duque miraba con rencor al joven alfa. Frente a ellos, Horace Horsecollar, el capataz de los esclavos, sostenía su sombrero en las manos con nerviosismo. —Señor Duque, como bien sabe, nuestro muchacho Max ha descubierto su segundo género, como es debido. Queremos hacer una presentación a la comunidad. Dado que los alfas son muy raros en nuestra etnia y que Max es un alfa, esto podría ser beneficioso para usted. Los otros nobles querrán que sus esclavos engendren con Max, ya que es un espécimen fuerte —explicó Horace, tratando de ocultar su ansiedad.

El duque analizó la información dada, a pesar de su evidente repudio hacia el joven esclavo. Comprendía que tener un alfa dominante como esclavo elevaría su estatus social significativamente, algo que ningún otro noble en la región podía presumir--Tienen mi permiso —dijo el duque con frialdad. Max, a pesar de los recientes acontecimientos y del odio que sentía hacia el duque, estaba feliz porque era una tradición de su pueblo. Sin embargo, lo que no le agradaba en absoluto era ser vendido como semental.

Ambos salieron del opulento despacho del duque y caminaron por los largos y fríos pasillos hasta llegar a la puerta trasera de la mansión. Max se sentía extraño; era la primera vez en más de nueve años que salía de los terrenos de la mansión. El aire fresco le resultaba desconocido y desconcertante. Horace se acercó al chico con una sonrisa tímida y comenzó a ponerle grilletes en los brazos y piernas, impidiendo que escapara. Luego le colocó un bozal, apretándolo lo suficiente para que no pudiera morderlo.—Lo siento, Max, pero son protocolos —dijo Horace con un tono de disculpa.Max frunció el ceño al ser encadenado y respondió con mordacidad: --Solo eres un perro más-- Sus palabras hirieron el orgullo del capataz, quien colocó un collar en el cuello del joven y respondió con firmeza:--Nací aquí y llevo sesenta años ahorrando para mi libertad. Sin embargo, dado mi avanzada edad, mi hijo podrá ser libre. No me juzgues, Max... Solo quiero sobrevivir. No todos somos esclavos con beneficios como tú: tienes educación, comida tres veces al día y bases sólidas de combate, todo solo para ser el juguete de un blanco. Todos los esclavos saben que el heredero los protege.--Mientras Horace hablaba, ambos continuaron caminando, sus pasos resonando en el suelo de piedra. Los grilletes de Max sonaban al golpear el suelo. El capataz añadió con un suspiro:--Mira mis pies, no tengo zapatos, en cambio, tú vistes como un hombre libre-- Max observó los pies descalzos y endurecidos de Horace y, aunque seguía enojado, comenzó a comprender un poco más la difícil situación del capataz. No dijo nada más.Caminaron durante otras seis horas enteras en silencio hasta llegar al poblado compuesto por diferentes etnias del Nuevo Mundo. Max se sintió un poco extraño al ver a su pueblo caminar y hablar en su lengua nativa. Murmuró para sí mismo:--Yo no entiendo nada--El capataz lo vio con tristeza y lo guió hasta una pequeña casa de barro y paja que contaba con dos habitaciones pequeñas. Un dormitorio compartido para la familia compuesta por cuatro personas. ---Esta es mi casa , mi esposa está en el pueblo vecino con nuestra hija menor, pero aquí está mi sobrino, Bobby-- Max vio a un chico pelirrojo beta. Horace quitó el bozal a Max y dejó los grilletes, pero le puso dos bolas de acero en los pies. Encogiéndose de hombros, dijo:--Solo por si acaso. Estamos aquí para bañarte y ponerte ropajes clásicos de tu región.-- Max se sentía humillado y no dijo nada. Bobby sirvió la cena, compuesta por una sopa de algas y cabeza de pescados. Los tres hombres se sentaron en el suelo, mientras Bobby y Horace empezaron a rezar. Max no era religioso, de hecho, odiaba de alguna manera la religión del hombre blanco impuesta a su pueblo .A la mañana siguiente, Max fue despertado al amanecer. Horace le quitó los grilletes, pero le advirtió: --Escúchame, Max, si escapas, la responsabilidad recae en mis hombros, nos asesinarán ambos  --Max no habla , es guiado a un río cercano, Bobby se quita su ropa al igual que Max ambos se bañan compartiendo anécdotas Max descubrió que Bobby no era un mestizo o un esclavo, era  polaco  estaba en un seminario católico para ser padre y tenía 17 años .