Capitulo 6

2.3K 244 87
                                    

«Sé tú misma»

Degusto el trago con una lentitud con la que deseo revivir algo dentro de mí. El sabor de la fresa camuflajea de una manera tan equilibrado el toque cítrico del trago. El picor del alcohol calienta todo mi cuerpo sintiendo ese leve calor en mi vientre. Por un momento, en que mis ojos se cierran la veo a ella. Y más que verla, la siento junto a mí.

Pero el abrir mis ojos me topo con la realidad de los cambios en mi vida, de lo lejano que es todo. De los cambios que ha habido, y el trago justo en ese preciso instante toma un sabor diferente, dejando un toque de amargura al desear algo que no puedo revivir. Queriendo algo de lo nunca creí, porque se vive el momento. Vivo solo el ahora, tratando de dejar los traumas del pasado y sin tener expectativas de un futuro incierto.

Y antes de pensar en si es buena o mala idea, tomo de la mano a Julieta al reconocer una de las tantas canciones que amo. A simple vista somos como dos polos opuestos, que aunque se evite hay atracción como dos maldito imanes. La voz de The Weeknd suena en toda la discoteca y me siento libre. Es como si volviera a Valencia en mis tiempos donde conocí demasidas discotecas con Devora.

― Loira, tem certeza? (Rubia, ¿Estás segura?) ―es como si intuyera en lo que todo puede terminar.

Tem certeza? ―tan solo me sonríe.

Aquele que brinca com o fogo... (El que juega con fuego)

Ele queima (Arde) ―susurro acercando mi boca a la suya sin hacer el amago de besarla ― Eu adoro queimar (Y me encanta arder)

«Sin ataduras»

Empiezo a mover mi cuerpo de una manera en la que robaré miradas tanto de hombres como de mujeres. La curiosidad brilla en la mirada de Julieta que sonríe, pongo mis manos en su cintura acercándola a mi cuerpo. Y el que lleve tacones, le confiere la altura suficiente para poder verla a los ojos sin la necesidad de bajar mi rostro.

El calor dentro de mi cuerpo, solo crece segundo a segundo. Y algo me dice que no hay nada que ella pueda hacer para aminorarlo. El frio de sus dedos eriza la piel de mi nuca al sentir su tacto. Observarla, y detallarla es como ver el reflejo de lo que tal vez hubiera sido. Cierro mis ojos queriendo perderme en el momento, pero el hacerlo es ver una mirada oscura de deseo.

Al abrirlos me topo con una mirada de deseo, pero no es la misma que se cuela entre mis recuerdos, esos que son más vividos que nunca. Las personas a nuestro alrededor son como siluetas en movimiento, perdidas en ese mundo al que todos deseamos escapar al bailar. Estiro mi cuelo sintiendo su boca en ese punto que me hace jadear. Si una quiere jugar, porque no hacer lo mismo.

«Joder»

Quiero tanto que alguien me haga experimentar eso que solo con esa chica de mirada oscura sentí. Querer arder tanto de deseo, al punto en que me consuma y soltar esas ataduras. Experimentar que es perder el control por completo ignorando las advertencias de perderse a uno mismo. Mientras el tiempo pasaba sentía sus manos en mi cuerpo, más nunca traspaso la línea y era lo que la hacía correcta.

Yo deseo descontrol, que no haya cordura y todo sentido de sensatez se esfume. La imprudencia me hizo vivir malos momentos, pero nunca he negado que también me hizo sentirme viva. La música sigue dominando el ambiente, de tenernos drogados hasta el punto en que no duelen los pies, y nos hace más ligeros casi como si fuéramos nubes. Había olvidado por un momento que se sentía perderse tanto en el baile, que fue tan extraño y a la vez algo que quería que perdurara.

Cuando el calor es demasiado nos acercamos a la barra para pedir un trago que en cuestión de segundos es ingerido. El vodka hace sentir mareado a mi cuerpo, tanto que las chicas logran atraparme cuando quiero volver de nuevo a la pista, pero no sin antes tomar algo. La mirada de la psicóloga me escrudiña, la curiosidad de si en verdad es esto lo que quiero.

The Stars Guide Me To You  | +18 | L2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora