«Serenidad»
La calma que transmite estando dormida, da una paz a mi alma. La dulzura y suavidad que representa, hace que sea tentador persuadirla de muchas formas. Me pregunto cómo es que logro sobrevivir en este país, y más que nada en esa cabaña que no posee nada de seguridad. Una puerta que con una simple patada seria derribada.
« ¿Cómo lo hace? »
Fue tan fácil escabullirse haciendo crecer un sentimiento desconocido en mi pecho. Si para mí fue tan fácil acceder a ese lugar. También lo seria para otros. Recorro su rostro, la inocencia ante lo que es en realidad el mundo es algo que perderá si se queda a mi lado. Pero el Diablo es testigo de las veces que evite buscarla, de todas las veces que hui encontra de mi sentido común.
Recorro su brazo cubierto con mi camisa y justo al ras logro ver la evidencia de unas de las cicatrices que su cuerpo posee. Aun eriza mi piel y con la mirada fija en ella, puedo recordar lo que fue verla en un charco de sangre. Tantas veces he visto esos mismos escenarios, pero ninguno de ellos logro hacerme perder el control como ese.
Mi celular vibra recibiendo la confirmación de la reunión esa misma noche. Me tenso porque aunque no desee, esa primera cita tendrá que ser pospuesta hasta arreglar las cosas con personas a las que les mostrare porque no deben de meterse en mí camino y mucho menos tratar si quiera de tocarla a ella.
Veo por los ventanales como aún falta para que amanezca y aunque desee unirme con ella a esa cama. Debo aún de arreglar demasiadas cosas que pospuse desde que la vi de nuevo. Le doy una última mirada y salgo de la habitación. Al bajar al primer nivel camino hacia la cocina donde están a quienes busco.
― Carlo porterai Angelo con te, sai cosa devi fare. (Carlo llevaras contigo a Angelo, ya sabes lo que tienes que hacer.)
― Si, Miss Black ―los veo de pies a cabeza y no pasaran desapercibidos.
― Solo usen otro tipo de vestimenta, aparenten ser turistas nada más.
Ambos asienten. Al salir de la cocina camino hacia el despacho mientras pienso como hacer espacio en mi agenda para las demás reuniones de los próximos días. Jane, quien es mi asistente personal camina a mi lado con Tablet en mano. Me saluda mientras empieza a leerme toda la agenda del día. Y aunque no he dormido, aún tengo muchas energías para lo que repara el resto del día.
― Miss Black, la stanno aspettando. (Miss Black, la esperan.) ―dice al llegar al despacho.
― Chiama Giovanna (Llama a Giovanna) ―asiente y desaparece.
Solo dos personas pueden arruinarme el día y solo una de ellas tiene el valor para adentrarse a mi casa como si fuera el dueño. Sin importarle lo que mis hombres puedan hacer, por el simple hecho de ser quien es, piensa que todos le deben respeto, algo que no es así. Ha pasado demasiado tiempo desde que lo tuve frente a mí.
La puerta se abre, mi mirada se dirige a la persona que bebe de mi whisky favorito. Y tan solo su presencia me pone de mal humor. Entro escuchando como la puerta se cierra detrás. Camino hacia el escritorio viendo los documentos que aún debo de checar, y justo el de abajo está fuera de lugar por unos milímetros.
― È maleducazione toccare cose che non ti riguardano. (Es de mala educación tocar cosas que no te conciernen.)
Su risa llena el lugar, cosa que no me causa para nada de gracia. Saco el celular para ver que tengo dos llamadas perdidas y un mensaje de él. Veo uno a uno los documentos con la atenta mirada de él sobre mí sin importarme, percibo que todo está como de debe de estar. Porque la desconfianza siempre está presente en su presencia.
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The Stars Guide Me To You | +18 | L2
RomanceEl destino se encarga de reunir a personas, ya sea para estar con nosotros en cada paso que demos. O tan solo para enseñarnos que somos humanos y cometemos errores. En un mundo donde hay millones y millones de personas, donde las estadísticas dicen...