2025, Febrero 10
«Epifanía»
La sensación que se manifestó como una sirena de una ambulancia, como un avistamiento de que debía de haber un cambio. ¿Me había perdido tanto? Cada vez que recorría los cielos perdida entre las nubes, recorriendo el mundo, conociendo a personas nuevas, nuevas tradiciones, nuevas comidas, nuevas costumbres. ¿Me estaba reencontrando? ¿Me estaba eligiendo?
«Me curaba.»
Vivir es la palabra con la que coexistimos. Aprendí a vivir segundo a segundo, a experimentar cosas nuevas. Cazando mis miedos de nuevo, y tal vez en el futuro serian mis amigos, aquellos a los cuales nunca más les temería. Cada día que ha pasado desde que abandone Valencia, desde que pise España es algo tan lejano, y cercano, es doloroso y melancólico. Y justo al terminar el día, me pregunto ¿He vivido lo que deseo? ¿Estoy viviendo lo suficiente?
Era como estar inmóvil en medio de un mar de sentimientos. Y la inmensidad de ellos me abrumo tanto, que por más que nadaba para encontrar tierra firme no lo lograba. Estar perdida en tu mente, en ese lugar al que siempre me lleva y al que por alguna razón era mi refugio. Era lo que necesitaba, y tal vez al que deseaba quedarme para siempre.
«Pero desperté.»
Cubro mi rostro con mi antebrazo ante la intensidad de los rayos del sol sorteando a las personas para llegar a mi destino. Era un mar de personas, del que ahora puedo huir sabiendo donde había tierra firme. Y mi tierra firme es eso que me devuelve la ilusión. De todo lo que he vivido, no ha habido algo que este superando esto, el entusiasmo, la alegría y exuberancia de las decoraciones, la energía que las personas de aquí transmiten enriquece mi alma.
Vivir una de las festividades que más añore al quedarme en este lugar, me enloquece y me llena de euforia. No soy fan del bullicio de las personas, eso es algo que nunca ha cambiado en mí. Pero la música siempre ha sido mi refugio, y puedo decir que aquí es lo que más abunda logrando encubrir la bulla. El sonido de un bocinazo inmoviliza a todas las personas para ver que a tan solo unos pasos un chico está en el suelo luego de que un grupo de chicos lo empujaran cargando una enorme cabeza de pájaro.
« ¡Joder! »
― Tudo bem? ―pregunta un moreno.
― Sim, tudo bem. ―contesta aceptando la mano sonriendo.
Lo veo ayudar al grupo de chicos para cruzar la avenida mientras todos nos reponemos y seguimos con nuestro camino. Ajusto los lentes al ver que pronto serán las tres de la tarde. Evado a las personas logrando llegar a la esquina para cruzar a la siguiente calle. Paso frente al hotel viendo la cantidad de turistas que entran. Al cruzar de nuevo la calle camino hacia el café de Sandy.
El empezar a aprender el idioma de este lugar, tiene sus pros y contra. Sus pros es que empiezo a entender algunas cosas, por lo que ya no es complicado pedir ayuda, y las cosas negativas es que entiendo otras cosas que dicen, y son cosas que decido ignorar. Las personas son más lanzadas respecto a pedir algo, y es algo que agradezco, pero al momento de decir "no" unos lo aceptan, y otros no, es ahí cuando tengo que tener cuidado.
Ahora soy más cuidadosa respecto a toda mi vida, ahora pongo en práctica lo de pensar y luego actuar. Hay veces en que vuelvo a ser la antigua Marley pero busco un equilibrio. Escucho un silbido que ignoro al reconocer de quien se trata, al entrar al café una morena de pelo castaño se me atraviesa chillando para abrazarme fuerte.
― Sandy, me asfixias ―susurro sintiendo como mi cuerpo cruje.
― Lo siento, pero amo que estés conmigo ―suelta viéndome con sus ojos color hazel ― ¿Lo harás hoy?
ESTÁS LEYENDO
The Stars Guide Me To You | +18 | L2
RomanceEl destino se encarga de reunir a personas, ya sea para estar con nosotros en cada paso que demos. O tan solo para enseñarnos que somos humanos y cometemos errores. En un mundo donde hay millones y millones de personas, donde las estadísticas dicen...