Capítulo 20

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Viernes de madrugada


El calor de su cuerpo tan solo incrementa el mío. Su cuerpo se relaja, y la tensión en el mío solo va cuesta arriba. Recorro la mirada por todo el lugar para ver a todas en la misma situación que la rubia. No pude contener lo que pasa en mí al verla bailando sobre otra. Su mirada me demostró eso que he visto tantas veces.

Pero un recuerdo taladra mi mente, como la sensación de no ser capaz de prever las cosas. Como una simple decisión hubiera marcada la vida de muchas personas. Ladeo su cabeza, observo su rostro y es como si fuera el maldito sol para ella. Niego porque tendremos una conversación. 

Una sola cosa puede hacerme perder los estribos en cuestión de segundos. Y el observar sus pupilas acaparando la mayor parte de su iris verde, contesta la interrogante. El enojo tan solo se dirige a la única persona que pudo hacerle eso a ella.

Una mirada café escanea nuestra situación, y no hace más que aumentar el enojo al reconocerla. El ardor en mi mirada, solo es síntoma de la falta de sueño de los últimos días. Pero mi buena memoria hace una recopilación de las pocas veces que estuve aquí, para distinguirla. La única responsable de que todas estén drogadas.

Soy empujada para ver cómo la rubia sale corriendo y no dudo en seguirla. La habilidad con la que se dirige a las gradas sin caerse, saltando las últimas 3 gradas me hace replantear que es más resistente que muchas. Empujo a las personas sin importarme nada a tiempo en que entra al baño. Sostengo su cabello cuando todo el contenido de su estómago queda en el inodoro.

Mientras ella sigue vomitando, muchas mujeres son sacadas por mi gente. No quiero a nadie en este lugar. Estira su brazo, y el agua se lleva todo. La ayudo a levantarse, y en ningún momento levanta el rostro. La llevo al lavamanos sosteniéndola de la cintura mientras lava su boca y su rostro. Repite el proceso hasta estar segura.

― No sé en qué momento paso ―suelta sosteniéndose de los lados.

Nuestras miradas se conectan, y el reflejo de ella, me hace tentar a hacer locuras. Pero nuestra primera vez fue de una forma similar, y por ende no deseo que se repita. Parpadea con rapidez viendo su reflejo, esta ebria pero también esta drogada. Ni siquiera con Taylor se encontraba de esa forma.

Pone una de sus manos bajo el chorro de agua unos segundos para luego acercarla a su nuca. Cierra sus ojos, soltando pequeños jadeos que me hacen ajustar el agarre sobre sus caderas. El sonido de la puerta me hace alejarme para escuchar como las mujeres gritan por querer entrar.

― Vienes conmigo, y no acepto un "No" como respuesta.

Camino hacia ella quitándome el saco pasándolo por sus hombros. Una de sus manos cae en el centro de mi pecho, donde mi corazón por primera vez late como loco porque no deseo más que matar a alguien. Evito su mirada, aun no deseo que sepa quién soy en realidad.

Y aunque no haya forma de decirlo, no hay forma de que lo sepa de manera correcta, siempre la respuesta es algo que pocos están preparados para escuchar. Cuando da un paso se tambalea, y la tomo de la cintura. Se ríe sosteniéndose de mi cuello. Maldigo en general. La tomo en brazos sintiendo el latigazo de dolor pero lo ignoro.

Camino hacia la puerta, doy un golpe con el pie y se abre. Mis hombres hacen un camino hacia la puerta trasera y veo a Giovanna junto a Carlo sosteniendo a las otras dos amigas de Kerianne. Al salir están esperándonos, las dos chicas suben en el tercer auto. Cuando la rubia está en su asiento se acurruca dormitando soltando pequeños sonidos con su boca.

― Portatela in albergo, non importa con quale mezzo. (Llévala al hotel, no importa por qué medio.)

― Come vuole lei, Miss Black (Lo que orden, Miss Black) ―dice Lorenzo.

The Stars Guide Me To You  | +18 | L2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora