Capítulo 9

1.9K 209 63
                                    

«Piensa antes de actuar»

Una frase que he escuchado en mi vida tantas veces que he perdido el significado. Al momento en que lo pienso, ya actué y tan solo debo de aceptar las consecuencias de no haberlo pensado antes. Las imperfecciones en las personas, nos hacen únicos. Tan solo que en mí, me hace un ser irracional. Sé exactamente lo que mis ojos vieron, y por un momento temí perderme.

Con la mirada por el retrovisor no veo autos que nos sigan, tan solo personas que deambulan por las playas mientras están ebrios u drogados. O tan solo disfrutando de una noche agradable. Pero la sensación en mi pecho solo me hace querer volver de nuevo y comprobar por mí misma que no era más que un sueño.

Mi mente va hecha un desastre, procesando lo que acaba de pasar sin saber si fue real. Veo por el retrovisor como nos alejamos más y más, solo deseo volver de nuevo y saber si es real o no. El tacto de dedos sobre mi pierna me saca del trance para ver la mano de Franco haciendo masajes. Doy un solo manotazo que lo hace gritar para verme con algo de enojo.

― ¡Qué diablos!

― ¡Qué diablos! No me toques, te lo he dicho cientos de veces ―lo señalo ― Regresa, necesito volver.

― Acaso estás loca o en tus días ―suelta con el ceño fruncido tan solo acelerando ― Aparte de que vas tarde, Raissa nos matara. No sé porque no contestas el puto celular.

― Cuida ese vocabulario Franco, que no soy una de tus amiguitas. No quieres conocerme enojada ―amenazo con un tono de voz bajo ― Ahora acelera, que me asfixia este maldito auto.

No replica, tan solo aprieta la mandíbula sin decir una palabra. El enojo por él solo regresa, y trato enserio de no explotar, mantener la calma es algo que hago bien. Pero Franco tan solo se esmera segundo a segundo a probar cuando tiempo puedo tener paciencia. Aunque se su respuesta, sé que debo dejarle las cosas claras de nuevo. Tamborileo en el asiento distrayendo mi mente, no queriendo volver a lo que creí ver en la cabaña.

No hace más que repetirse como un maldito cortometraje sin la opción de terminar. Se hace presente el hotel, ni bien estaciona el auto y ya estoy fuera. La inquietud tan solo sigue avivándose, es como si fuera una hoguera la cual siguen tirando ramas secas, y el viento es como la incertidumbre que lo hace crecer. Al entrar Raissa corre abrazandome.

Ni siquiera le pongo atención cuando mi mirada se dirige a todos lados buscando a Jared. Pero no está por ningún lado, cuando estoy dispuesta a sacar el celular me doy cuenta que no está por ningún lado. Mierda. Lo olvide en la cabaña. Joder, la suerte no está de mi lado. Franco entra con las manos en los bolsillo, y muestra una cara de arrepentido que no es más que una máscara que usa.

― Bueno, pasemos a probar las comidas.

El entusiasmo de Raissa ni siquiera puede contagiarme. Veo una mesa larga con algunos puestos. Entonces detallo que solo esta Raissa, sus padres, su prometido y los padres del mismo. Franco toma asiento feliz al lado de su madre, y tan solo espero que los demás lleguen. Pero no lo hacen.

― ¿Y los demás? ―susurro a Raissa.

― Nikisha le salió consulta, Sandy se fue con Anton.

― ¿Jared? ―se rasca la ceja señalando hacia la mesa.

La imagen que veo me da un no sé qué. Franco no es más que un hijo de mami, viendo como ella frota una pomada en un golpe que ni siquiera se mira en el pómulo de su hijo. Su padre tan solo niega pasando el brazo por su yerno mientras hablan de negocios.

― Bueno si Jared no es bienvenido aquí, seré esta noche tan solo la chef a cargo de los menús esta noche.

― Mar... ―levanto la mano.

The Stars Guide Me To You  | +18 | L2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora