Capítulo 22

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La primera vez que asistí a una feria, fui arrastrada por los chicos hasta detenernos en un juego mecánico. Había tanto que el primero al que todos deseaban subir era el rascacielos. Busque a Isabella por todos lados, para ver que me había abandonado con los trogloditas. Jesús tan solo se había disculpado mientras era arrastrada al juego. Nunca en mi vida sentí tanta adrenalina como ese día. Bueno tal vez en ese tipo de situaciones.

Pero ver el helicóptero, y sentir al agarre de Anielle sobre mi cuerpo mientras nos acercamos es otro nivel. A este punto mi pelo tal vez era un desastre pero era lo de menos. La adrenalina se había disparado por los cielos, justo el mismo a donde iría y si todo salía mal, tal vez donde viviría. ¿Iría al cielo? Buena pregunta, y no tengo una respuesta. Pero ver la sonrisa radiante de ella me llenaba de alegría. Era ver a otra Anielle, y no a la de esa noche.

«Dios que me pasa.»

Era un helicóptero grande, tal vez lo más cerca que había estado de uno era por medio de una pantalla al ver alguna película. Pero nunca que me montaría a uno. Distingo dos puertas abiertas, y al querer dirigirme a la segunda, un brazo me detuvo negando. No emití una palabra mientras entre al asiento de la primera puerta.

― Necesito que te relajes ―susurra en mi oído mientras veo la cabina de mando frente a mí ― ¿Kerianne?

Se aleja, toma mi rostro entre sus manos y me centro en ella. Y cada una de las cosas deja de tener importancia, me escrudiña con la mirada. Mis miedos a algunas situaciones, tan solo los enfrento si voy contra ellos. Le tengo un poco de miedo a la altura, pero tan solo es el pensamiento de las cosas malas que pueden pasar.

― ¿Te da miedo? ―grita sobre el sonido de las hélices, niego y levanta una ceja.

― Un poco, pero al estar arriba se sustituye por adrenalina ―grito más alto de lo debido al ver al señor detrás de nosotras sonriendo.

― ¿Podemos tratar de movernos en auto? ―sugiere pero es imposible.

― Yo puedo ―musito.

No se sí me escucha, pero le sonrío. Estoy muriendo de nervios pero sé con certeza que el miedo se ira. He hecho demasiadas actividades con adrenalina, siempre teniendo miedo al inicio. Y luego, es pensar él porque lo evite hacer hace mucho tiempo. Me acerco dejando un casto beso en su boca, alejándome.

Me sonrojo, ella se asombra una milésima de segundo. Me dedica una sonrisa, muerde su labio inferior sacudiendo su cabeza. Ve hacia atrás, vuelve su atención a mí. Musita algo mientras ajusta el cinturón de seguridad, yo tan solo la observo. Con una agilidad me ata al asiento, muerdo mi labio inferior pensando en algo bonito. Y no en cosas que no debería de pensar en esta situación.

Al terminar ajusta lo demás, y mi atención solo está en ella. Veo la misma camisa, los mismos golpes y mi mente regresa de nuevo a las interrogantes. Al terminar solo nos observamos, al tenerla así de cerca me hace detallarla. Su cabello, sus cejas, sus pestañas, incluso el color de sus ojos. Sus dedos tocan mi mejilla unos segundos para apartarlos.

No es necesario una palabra, tan solo una mirada y una sonrisa de mi parte. La hace negar para cerrar mi puerta. La veo dar la vuelta mientras toma asiento a mi lado. La segunda puerta se cierra y por el rabillo del ojo veo a Lorenzo junto a Carlo, el señor que estaba al lado del avión toma asiento detrás de Anielle. Acerco mis manos al arnés.

«No toques nada.»

Su mirada brilla mientras comprueba cosas que son desconocidas en todo sentido. Tan solo observo pantallas demasiado lindas que están de su lado, y botones de colores, que evito oprimir. Así que me enfoco en el horizonte. Una mano toca mi brazo, hay preocupación en su rostro. Así que me relajo, me pone un casco y escucho su voz. Trato de relajarme.

The Stars Guide Me To You  | +18 | L2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora