Nuestra Historia...

Viejas caras, nuevas caras.

Arthur:

De vuelta me encontraba en el carro de Joan, entregándole un encargo que me había mandado en una carta hace poco. Su gato parecía soportarme mejor con el paso del tiempo, por alguna razón, decidí quedarme más tiempo con el esta vez y me encontraba sentado al lado de la fogata, con el frente a mi preparando una masa extraña que llamó bastante mi atención.

- ¿Qué preparas ahora? -

- Preparo flechas con Pasiflora incarnata, quiero hacer el experimento para saber si la planta es capaz de hacer que alguien pierda el conocimiento sin necesidad de ingerirla... esta planta es buena para ayudar con los problemas para dormir debido a sus componentes que trabajan como sedantes. Es excelente para disminuir el dolor en una herida, pero... - se quedo callado. De seguro sabiendo que ya me había perdido desde el nombre de la planta.

Aunque me causó mayor curiosidad la razón por la que un médico necesitaría eso. - Muy bien... pero... ¿Qué uso le dará? - el pareció sorprendido por mi pregunta, tardando un poco en responder.

- Atrapar... ani... males? - dijo cuidadosamente.

Lo vi con los ojos levemente cerrados, pero decidí no atormentarlo con más preguntas. El pareció agradecer eso.

Nos quedamos en silencio, escuchando el sonido del viento y del fuego, cuando Joan terminó de impregnar las flechas con su masa extraña, me percate de que ya llevaba demasiado tiempo aquí, supongo que solo estaba buscando evadir mis responsabilidades en el campamento. Me levante del suelo, estirandome un poco en el proceso y vi como Joan hacia lo mismo.

- Gracias por recibirme un tiempo - dije de forma inesperada.

Joan me sonrió y soltó un suspiro - Se agradece la compañía de vez en cuando. Será mejor que regrese a su casa o se le hará tarde. - podía ver una sincera preocupación en sus palabras.

- Creo que si llego a cruzarme con alguien, esa persona correría más peligro -

- En el hipotético caso de que eso fuera cierto, entonces Moca y yo ya estaríamos en graves problemas. No sea tan duro consigo mismo - Joan adoptó su típica pose de recargarse en una mesa con los brazos cruzados. - Sea bueno defendiéndose o no, no es bueno que ande por ahí tan tarde. Últimamente he visto muchas patrullas nocturnas y no creo que sean la clase de personas con las que quiera cruzarse -

Vi con sorpresa a Joan, ¿Cómo era que?

- ¿Patrullas nocturnas? - pregunte.

- En efecto, son grupos de agentes de la ley que andan buscando a unos delincuentes y cuando miran a una persona sola en medio de la noche, se ponen muy insistentes... aumentaron más desde hace una semana -

Las palabras de Joan me sorprendieron, con la ayuda que le preste a Águila Vuela, hice un poco, quizá mucho, escándalo en una de las fábricas de Cornwall... claro, también fui un idiota metiéndome en más problemas con ese sujeto. Pero o era una cosa o la otra y al parecer, ambos grupos estamos lo suficientemente jodidos y ayudarnos mutuamente no vendría mal.

Me despedí de Joan, no sin antes darle un poco de pescado a su gato. - Vaya con cuidado, Arthur. Espero verlo pronto -

- Lo mismo digo -

Y dicho eso, monte a mi yegua y comencé mi retorno al campamento.

John:

Arthur ha estado muy tenso desde la fiesta, al parecer por el comportamiento que tuvo Bronte con respecto a los demás invitados y por los robos que quieren hacer Dutch y Hosea...

Hoy decidí salir a investigar los alrededores, ya que no suelo tener mucho tiempo libre. Arthur fue a ver al doctor misterioso al que ayuda con las plantas para atender a sus pacientes, imagino que solo quería distraerse.