Corro lo más rápido que puedo y salto sobre el sillón de la sala. No tengo idea de cómo empezó todo este lío, pero ahora tengo a Candy y Félix persiguiéndome por toda la casa para que les hable.
-Agnes, por favor, no sos una nena, vamos a hablar como gente buena e inteligente. - dice Candy. En serio ella se considera alguien "buena" y encima "inteligente". Ni ella misma se lo cree.
La ignoro y sigo corriendo, paso por la entrada de la cocina doy una vuelta a la isla-mesa que está en el centro y Candy se pone en el lado contrario, nos miramos fijamente esperando el próximo movimiento de la contraria. Entonces me doy cuenta de algo, algo grave, hace rato no veo a Félix.
En el mismo momento que lo pienso alguien me envuelve en brazos de forma que no pueda escapar y me levanta del suelo. Grito y pateo por todos lados haciendo movimientos bruscos con la esperanza de que a Félix se le afloje el agarre. Él empieza a dirigirme a la sala y me tira en el sillón más grande, cuando intento levantarme y volver a correr, Candy se me tira encima. Tiene todo el cabello en la cara y respira rápidamente al igual que yo. Félix no está mejor, tiene el cabello todo alborotado, las mejillas sonrosadas por el esfuerzo y la camiseta empapada de jugo, que yo le tiré antes, y sudor.
Luego de un momento de silenciosas respiraciones Candy habla:
-¿Se puede saber porque nos has estado ignorando todo este tiempo, Agnes?
Me quedo callada.
-Hermana, di algo. No sé que hice esta vez pero lo siento, ya deja de ignorarnos, o al menos dinos por que estas enojada, no somos adivinos.
Sigo callada
-AGNES, YA, HABLA DE UNA PUTA VEZ. ¡¿NO VES QUE NOS ESTAS MATANDO?! NO SEAS ESTUPIDA, MADURA, HABLEMOS COMO LOS ADULTOS QUE SUPONEMOS SER.- Aun no digo nada.- Bien, entonces, tú te lo buscaste.
Candy sale de encima de mí y sale corriendo a las escaleras, supongo que va a mi habitación. Félix y yo nos miramos un segundo y salimos corriendo en la misma dirección. No puedo evitar sentir miedo por lo que Candy vaya a hacer, si hay algo peor que yo enojada es Candy enojada.
Hace 15 días que estoy ignorando a mi hermano y mi amiga, en todo ese tiempo tampoco he sabido nada de Noah, ellos intentan hablar conmigo cada vez que pueden, pero yo no les hago casa y finjo que no existen. Hoy como que se cansaron después de que fingí que Félix no estaba delante mío hablando y le tire jugo encima. Juro que fue si querer. Luego de eso empezaron a presionarme para que hable con ellos y por consecuencia, empezó la persecución.
Llegamos a mi habitación y abro mucho los ojos al ver lo que tiene Candy en sus manos. Mi pequeño Corsa gris de mi colección de autitos de juguete. Amo ese autito y ella lo sabe. Lo está sosteniendo en dirección a la ventana para hacerlo volar.
-No, Candy. Nunca te lo voy a perdonar si lo tiras.- digo seria.
- Entonces dinos porque estas enojada con nosotras - dice dándose vuelta para enfrentar con lagrimas en los ojos- ¿Tienes idea de lo terrible que se siente hablar a tu mejor amiga y que te ignore?
-¿Tenés idea de lo que duele enterarse que tu mejor amiga y tu hermano siguen participando en carreras clandestinas, que son las mismas carreras clandestinas que te prohibieron a ti? ¿Lo sabes? Porque, además de que duele mucho, te abre los ojos.
-¿De qué estás hablando?-pregunta Félix junto a mí.-Nosotros no seguimos con las carreras clandestina y yo nunca te prohibí nada.
-¡Félix! ¿En serio vas a ser tan hipócrita?- No puedo creer que lo niegue- Me prohibiste que vaya, indirectamente, pero lo hiciste. Cada vez que te decía que iba allá me recordabas a mamá y papá, sino me decías "es tu decisión" pero me recordabas que fue mi culpa lo que pasó. Eso, desde mi punto de vista, es prohibir indirectamente.
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¿Y si te digo que si? {EDITANDO}
Teen FictionAgnes es una adolescente aparentemente normal, vive con su hermano, las personas no la ignoran. Digamos que no todos tenemos una vida perfecta y resuelta. Ni tomamos las mejores decisiones. Pero lo que cuenta es ser feliz y tener con quienes serlo...