20. Ayuda.

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Corro lo más rápido que puedo y salto sobre el sillón de la sala. No tengo idea de cómo empezó todo este lío, pero ahora tengo a Candy y Félix persiguiéndome por toda la casa para que les hable.

-Agnes, por favor, no sos una nena, vamos a hablar como gente buena e inteligente. - dice Candy. En serio ella se considera alguien "buena" y encima "inteligente". Ni ella misma se lo cree.

La ignoro y sigo corriendo, paso por la entrada de la cocina doy una vuelta a la isla-mesa que está en el centro y Candy se pone en el lado contrario, nos miramos fijamente esperando el próximo movimiento de la contraria. Entonces me doy cuenta de algo, algo grave, hace rato no veo a Félix.

En el mismo momento que lo pienso alguien me envuelve en brazos de forma que no pueda escapar y me levanta del suelo. Grito y pateo por todos lados haciendo movimientos bruscos con la esperanza de que a Félix se le afloje el agarre. Él empieza a dirigirme a la sala y me tira en el sillón más grande, cuando intento levantarme y volver a correr, Candy se me tira encima. Tiene todo el cabello en la cara y respira rápidamente al igual que yo. Félix no está mejor, tiene el cabello todo alborotado, las mejillas sonrosadas por el esfuerzo y la camiseta empapada de jugo, que yo le tiré antes, y sudor.

Luego de un momento de silenciosas respiraciones Candy habla:

-¿Se puede saber porque nos has estado ignorando todo este tiempo, Agnes?

Me quedo callada.

-Hermana, di algo. No sé que hice esta vez pero lo siento, ya deja de ignorarnos, o al menos dinos por que estas enojada, no somos adivinos.

Sigo callada

-AGNES, YA, HABLA DE UNA PUTA VEZ. ¡¿NO VES QUE NOS ESTAS MATANDO?! NO SEAS ESTUPIDA, MADURA, HABLEMOS COMO LOS ADULTOS QUE SUPONEMOS SER.- Aun no digo nada.- Bien, entonces, tú te lo buscaste.

Candy sale de encima de mí y sale corriendo a las escaleras, supongo que va a mi habitación. Félix y yo nos miramos un segundo y salimos corriendo en la misma dirección. No puedo evitar sentir miedo por lo que Candy vaya a hacer, si hay algo peor que yo enojada es Candy enojada.

Hace 15 días que estoy ignorando a mi hermano y mi amiga, en todo ese tiempo tampoco he sabido nada de Noah, ellos intentan hablar conmigo cada vez que pueden, pero yo no les hago casa y finjo que no existen. Hoy como que se cansaron después de que fingí que Félix no estaba delante mío hablando y le tire jugo encima. Juro que fue si querer. Luego de eso empezaron a presionarme para que hable con ellos y por consecuencia, empezó la persecución.

Llegamos a mi habitación y abro mucho los ojos al ver lo que tiene Candy en sus manos. Mi pequeño Corsa gris de mi colección de autitos de juguete. Amo ese autito y ella lo sabe. Lo está sosteniendo en dirección a la ventana para hacerlo volar.

-No, Candy. Nunca te lo voy a perdonar si lo tiras.- digo seria.

- Entonces dinos porque estas enojada con nosotras - dice dándose vuelta para enfrentar con lagrimas en los ojos- ¿Tienes idea de lo terrible que se siente hablar a tu mejor amiga y que te ignore?

-¿Tenés idea de lo que duele enterarse que tu mejor amiga y tu hermano siguen participando en carreras clandestinas, que son las mismas carreras clandestinas que te prohibieron a ti? ¿Lo sabes? Porque, además de que duele mucho, te abre los ojos.

-¿De qué estás hablando?-pregunta Félix junto a mí.-Nosotros no seguimos con las carreras clandestina y yo nunca te prohibí nada.

-¡Félix! ¿En serio vas a ser tan hipócrita?- No puedo creer que lo niegue- Me prohibiste que vaya, indirectamente, pero lo hiciste. Cada vez que te decía que iba allá me recordabas a mamá y papá, sino me decías "es tu decisión" pero me recordabas que fue mi culpa lo que pasó. Eso, desde mi punto de vista, es prohibir indirectamente.

¿Y si te digo que si? {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora