𝘵𝘶_𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 # 𝖱𝖮𝖣𝖱𝖨𝖵𝖠𝖭

𝐼𝑛𝑠𝑖𝑠𝑡𝑖𝑟.

  El tiempo seguía transcurriendo y la idea de dejar de insistir no estaba en la mente de Iván aún.

Desde aquella confesión, Buhajeruk no pudo evitar tirar indirectas respecto a su amor por Rodrigo, además, no dejó de insistirle en cada oportunidad que le diera una oportunidad.

Cada día era un mensaje o una indirecta distinta, solo que siempre se trataba del mismo tema.

El castaño lo soportaba, podía tomarlo como otro de sus jodidos fans, aun que claramente con Spreen tenía más dudas. No podía ignorarlo como un fan, porque sabía y siempre recordaba que él no era eso, era su ex mejor amigo, una persona que llegó a ser su humano favorito por mucho tiempo.

Sin embargo, seguía rígido ante su respuesta, tampoco tenía en sus planes estar en una relación.

Era claro que esto iba a ser tema de conversación con sus compañeros de trabajo, que sobre todo, eran también sus amigos.

Tomás, Germán y Angie, quienes eran los únicos que evitaban tener contacto con el pelinegro, ya que entendían la razón por la que Rodrigo se había alejado de él.

Ellos tres fueron los únicos que se propusieron hacer eso, más que nada por demostrarle apoyo al ojiverde.

—Exponelo. — Propuso Germán encogiendose de hombros, como si no fuera la gran cosa.— Déjalo mal parado, ya fue.

—No, Ger.

—¿Y si le das una oportunidad? — Sugirió la peliazul, recibiendo miradas de los otros por la peor idea.— Digo... ¿Qué te puede salir mal? Ni que le haya sido infiel a Sara... No te hizo nada del otro mundo tampoco, Rodri.

—Es que, es extraño, tipo que venga y me confiese eso y que además, me insista en ser su pareja. — Expresó.— Algo está planeando.

—Hace poco termino con Sara y que se meta con vos... Es bastante sospechoso. — Dijo Tomás.

—Ya sé, pero si te pones en pareja con él, capaz termines averiguando que quiere hacer. — Planteó la chica.— Si Sara se enoja, bueno, de última lo mantienen en secreto, que sé yo... Spreen no es mal pibe.

—Que te lo diga una lesbiana es porque es así. — Agregó bromeando el de lentes.

—Y tiene razón. — Afirmó Arbillaga.— ¿Qué puede hacer Sara?

—Puff, muchísimas cosas. — Alzó las cejas al recordar unas cuentas de las polémicas en las que logró meter a sus víctimas.— Siempre logra poner a todos en su lado cuando hace una polémica.

—Es raro, ¿trabajara para el Gobierno?

Todos rieron.

—¿Entonces? — Soltó Rodrigo luego de reír, necesitaba ideas.

—Yo opinó que le des una oportunidad.

—Yo también.

Los presentes miraron a Tomás, quien era el mejor amigo del castaño, por lo que su respuesta valía millones para el más bajo.

Luego de un silencio tenso, decidió hablar.

—No sé. — Largó.— No quiero que te lastimen, pero tampoco está mal intentar. Después de todo, llegaste a gustar de Iván y tenía cualidades buenas, según vos.

—Pero tenía más cosas malas.

—Pero ahora Iván tiene veinticuatro, Rodri, es obvio que no es el mismo.

Aquellas palabras rondaron en su cabeza por un par de días. Nunca se detuvo a pensar aquello.

Era de las típicas personas que creían en que las palabras nunca llegaban a cambiar, pero gracias a oración, Rodrigo pudo percatarse de varias cosas.