𝐷𝑜𝑛𝑎𝑐𝑖ó𝑛

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   Hace no mucho habían vuelto de Santo Tomé, donde pasaron tres cortas pero divertidas semanas junto a la familia de Iván.

Debían volver por claras razones; Spreen tenía que seguir con los streams y organizando sus próximas actividades, mientras que Carrera necesitaba pasar tiempo con su familia en Bahía Blanca. Por esto, estuvieron cinco meses sin verse, incluyendo Navidad y Año nuevo.

Se estuvieron acompañando a la distancia, pero esto no era lo que Rodrigo estaba pensando cuando le confesó a Spreen que quería dar un paso más que la amistad.

Estar lejos es algo que preocupa al castaño, no tiene buenos recuerdos de las relaciones a distancia, por lo que apenas tuvo la oportunidad y las ganas de ir a Buenos Aires, se sacó un vuelo y se dirigió allí.

Al estar inactivo en el mundo del entrenamiento, pudo tomarse un tiempo del mal que lo acechaba el año pasado, así que ahora volvía a pisar la cuidad donde todo comenzó.

No sentía miedo de que lo reconocieran, de hecho se encontraba muy feliz de volver, ahora estaba disfrutando la vida como nunca antes y podía apreciar mejor lo que tenía.

Había vuelto por dos cosas, la primera y principal, por su pareja, y la segunda por el cumpleaños de uno de sus amigos, Khea.

No hace mucho lo había conocido, pues fue por La Casa Madrid en la que pudieron tener más contacto, aun así, el poco dialogo que tenían no era excusa para que no fuera invitado.

Además, era buena excusa -por más que no necesitara una- para pasear por las calles de la capital más conocida.

Por otro lado, esta era la sorpresa que tanto le estaba diciendo a Iván, por lo que él no tenía ni idea de que él se encontraba ahí.

Entrar al hogar del pelinegro fue lo que  más le preocupara que saliera mal, pero se calmo al ver al portero, ya que lo conocía y lo dejó pasar.

Ahora lo que le preocupaba era otra cosa, el hecho de que Spreen podría estar en directo le daba nervios, ¿qué pensaría la gente si lo ve pasar así nomás?

Para el completar su desgracia, la cámara apuntaba directamente a la puerta de entrada al lugar, por lo que sí o sí lo verían entrar, al menos que su pareja colabore y arruine la sorpresa cambiando de escena porque lo descubrió.

Al llegar al piso estimado, escuchó la voz de su novio y se percató de que estaba en stream.

Se encargó de respirar ondo antes de tocar la puerta.

La ruidosa voz se calló, haciendo que en todo el cuerpo de Rodrigo sintiera una clase de escalofrío.

—... Ya vengo gente, voy a abrir.

La puerta se abrió, dejando ver a un chico alto de pelos negros revoltosos y con una expresión de cansancio.

Ni siquiera lo saludo y ya sintio como su cuerpo era rodeado por los brazos del contrario.

—Te extrañe una bocha... ¿Qué hacés acá?

—Vine a visitarte. — Sonrió.— No sabía que estabas en stream.

—No importa, si queres pasa, cambie de escena por las dudas de que sea alguien que la gente no debía ver.

—¿Como quién?

—Vos.

Le sonrió algo dudoso para después pasar a la sala.

—Quédate en mi pieza con Micha, no quiero que empiecen a joder los del chat.

—Bueno.

—En un rato corto directo.

Agarro a dicha gatita en brazos y se la llevo al cuarto, esta no paraba de ronronear ante los mimos que le hacía el ojiverde.

𝘵𝘶_𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 # 𝖱𝖮𝖣𝖱𝖨𝖵𝖠𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora