Si no fuera por Germán claramente no estaría ahí afrontando su mayor miedo, socializar.
Gracias a su ex, ahora tenía miedo a la mayoría de cosas que antes eran algo que lo identificaba, como era lo de ser sociable.
La fiesta estaba buena, debía admitirlo, pero el hecho de que Iván se encontrará en el mismo lugar que él sin haber pasado una semana de su ruptura, lo inquietaba.
Aun que tanbien, en esa misma fiesta se encontraba Mauro, uno de sus tantos amigos al cuál se volvió más unido por ser uno de los cuantos que se quedó a su lado luego del incidente en Madrid.
Lit Killah era alguien que lo hacía reír muchisimo, se podía decir que desde que lo acompaño en su entrada del Bernabéu le agarro mucho más cariño.
Ambos se conocían hace mucho tiempo atrás, desde que Mauro empezaba a participar en las clásicas batallas de freestyle para ser exactos.
Habían establecido una gran amistad desde ese entonces, Rodrigo mantenía el sueño de ser streamer y el rubio el de ser un reconocido cantante o freestyler.
Los dos se hicieron compañia desde ese entonces, era por eso que todavía Rodrigo no podía apartar las lágrimas de su rostro tras recibir tal noticia.
—Los escuche hablar y... Bueno, no pensé que era él pero después me di cuenta que sí, él le había pasado las fotos a la cuenta.
—¿Por qué? — Fue lo único que alcanzó a formular.
—No sé, Carre.
Estaba llorando en un lugar con gente y se desesperaba cada vez más en lograr calmarse, temia de que los demás lo vieran en ese estado.
—¿Qué onda con Spreen? Los vi muy separados.
—Nada, solo me di cuenta que es demasiado tarado como para seguir juntándose conmigo.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué hizo?
—Una ridiculez.
Salió del baño y se tomó el primer vaso con alcohol que vio.
—Fua, para.
—Tengo muchos problemas como para no estar tomando.
—Solo no te pases.
—Mmg.
Ahí se dio cuenta de que el humo de su vape y el vodka era la mejor combinación que pudo haber probado a estas alturas.
En dos horas ya estuvo hecho; estaba borracho, no podía ni pararse correctamente, todo indicaba que debía descansar.
Sin embargo, sus amigos decidieron jugar al ping-pong con alcohol, un gran riesgo para el castaño.
Era bueno incluso estando ebrio, por lo que no tuvo que tomar tanto, pero de todas maneras, el alcohol en su cuerpo ahora le impidia algunas cosas como lo debilitaba en otras.
—Ehm, Rodri. — Llamó Germán acercándose a él.— Vení, tengo que decirte algo.
Podía estar tomado, pero podía identificar el tono de desagrado y preocupación que tenía su amigo, cosa que lo preocupo más de lo pensado.
—Ouh, ¿qué hice?
—¿Vos y Spreen son novios?
Y de repente, sintió como su vista por fin era correcta y su mente reaccionaba.
—¿Qué?
—¿Fuiste novio de Spreen?
—¿Por qué preguntas?
Le mostró la pantalla de su celular, el cual mostraba un mensaje de un número desconocido. El mensaje era ni más ni menos que una foto de él y su ex besándose en el After de La Velada.
Recordó el momento como si lo hubiera vivido ayer, y entonces en su rostro se dibujo una mueca, quería negarlo pero era imposible, se veía muy bien como para que dijera que no era él.
—Puta madre. — Susurra captando la atención de Unicornio.— Sí, ¿y?
—¿“¿y?”?
—¿Qué tiene?
—¿No te acordas cuantas putas veces tuve que ir a la casa de Sara a consolarla como para que vos me digas eso? ¡Yo te crei Rodrigo! ¡Pensé que era joda lo que pasó en Madrid!
A Carrera se le fue la voz, ni él se había percatado de su respuesta.
—Nunca te dije que era mentira.
—¿Solo eso me vas a decir? Andate a la mierda.
Su corazón se detuvo al ver como uno de sus mejores amigos se alejaba.
Esto no tardó en pasar con Tomás, Goncho, Duki, Nicki Nicole, Angie... Y muchas personas más.
No entendía porqué el mundo era tan cruel con él, simplemente había amado a alguien y no podía hacer nada para retroceder el tiempo y evitar enamorarse de Iván.
Ahora todo el mundo estaba en su contra.
«Supongo que esto sucede cuando te enamoras» Decía todos los días Rodrigo.
Capaz el amor no era lo suyo y debía dedicarse a otra cosa. A lo mejor enamorarse y ser feliz de esa manera no estaba en sus planes. Tal vez tenía que dejar el mundo del streaming y ser una persona más del montón.
“Capaz”, “A lo mejor”, “Tal vez”... Solo son ideas que uno se dan, pero que de alguna forma terminan ayudándolo mucho.
Y entonces, así termina la dramática vida amorosa de Rodrigo Carrera, con un corazón roto y sin amigos... Y posiblemente sin trabajo.
Entendió que el amor no sirve si sos una figura del Internet.
Ahora, viviría con el temor de volver a enamorarse y con el recuerdo de esa noche en la que se la paso llorando en un hotel, el día de San Valentín, porque había terminado con su pareja.
—Iván Buhajeruk, un pelotudo más que agregar a la lista.
𝑓𝑖𝑛
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𝘵𝘶_𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 # 𝖱𝖮𝖣𝖱𝖨𝖵𝖠𝖭
Teen Fiction𝘜𝘯𝘢 𝘳𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘳𝘰𝘵𝘢. 𝘋𝘰𝘴 𝘴𝘵𝘳𝘦𝘢𝘮𝘦𝘳𝘴 𝘺 𝘶𝘯𝘢 𝘢𝘳𝘵𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘰. · se usa el lunfardo · capítulos cortos