𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑠𝑎𝑙𝑒 𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧

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   Lo único que rondaba en su mente era cómo iba a hacer para informarle a Sara sobre su relación con Iván, obvio que esto no era necesario, pero prefería que se entere por él que por otra persona o por un rumor.

Forján era complicada a veces, tenía un humor que a Rodrigo en varias ocasiones le llegó a molestar o herir. Era la típica persona que no se daba cuenta de sus malos tratos hasta meses más tarde.

El castaño nunca fue capaz de hablar con ella sobre el tema porque temía de lo que le fuera a decir, ya que esta era capaz de gritarle y hacer lo posible por tener la razón, la cual era que ella no actuaba así, como una loca desesperada.

Sin embargo, a pesar de las consecuencias que podían suceder a futuro, él se negaba a quedarse de brazos cruzados esperando el momento indicado para ir y decirle esto. Por lo que apenas dejó de pensar en ello, agarro sus cosas y se preparó para luego salir camino a la casa de su amiga.

Estaba bastante decidido con lo que iba a hacer, cualquier cosa que se interpusiera en su camino era incapaz de frenarlo. Sabía que si se dejaba llevar por sus malos pensamientos, dejaría que el tiempo pase y que los susurros lleguen a Sara, y obviamente no dejaría que eso sucediera.

Así que, al llegar al hogar de la castaña con mechas rubias, abrió la puerta con la réplica de llaves y pudo apreciar como la chica que estaba buscando estaba tirada en su sofá mirando la televisión, representando perfectamente la palabra vagez.

—¿Rodri? ¿Qué pasó? — Interrogó preocupada levantándose rápidamente para dirigirse al chico.

—Necesito hablar con vos.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Es algo malo?

Lucía preocupada, intentando que su amigo largara esas palabras que estaba esperando ansiosamente soltar al aire, pero simplemente no podía, tener a Forján al frente suyo, agarrandolo de los dos hombros con sus dos manos mientras lo observaba preocupada era algo que le impedía hablar.

Estuvo así unos minutos, tratando hablar, pensando en qué decir, como explicarle que se había puesto de novio con su ex pareja, quien la había hecho llorar un día entero y la dejo destrozada.

Recordar esos escenarios en los que Sara apoyaba su cabeza en su hombro y le agradecía a Rodrigo por acompañarla en un momento tan difícil para ella.

No, no podía hacerlo.

Traicionarla de esa manera era como clavarle un cuchillo, simplemente no podía.

—¡Carre! ¡Habla!

Separó sus labios, estaba dispuesto a hacerlo, pero su cuerpo le decía que no, su mente lo atacaba en su contra.

—Yo...

Aquello salió en un suspiro, parecía agitado.

Ni siquiera se dio cuenta y ya estaba completamente pálido, con las manos sudando y con una sensación desconocida que recorría su cuerpo.

¿Sentía culpa?

—Dale Rodri, decime. — Suplicó.— Así te ayudo, Carre... — Siguió.

Ese llamado le había erizado la piel, el tono con el que lo soltó había sido la razón. La preocupación y desesperación de la joven se podría notar a simple vista, y eso Rodrigo lo odiaba.

Fue sacudido una vez más por su amiga, hasta que ella se rindió y soltó su agarre, demostrando ahora frustración.

—¿Es algo que me va a molestar?

Dirigió su vista directo a los ojos contrarios, diciéndole de alguna manera que era verdad.

Sara bufo, desvío su rostro junto a su mirada y se desacomodo el cabello.

—¿Estás con Iván?

Rodrigo lamio sus labios discretamente, estaba más nervioso que nunca.

—Carre.

Ahora se le dificultaba ver, levantaba y baja su pie, mordía su labio inferior, tenía sus manos en su cadera y mira para otro lado.

Suspiro y detuvo su pie, volteo a mirar a la castaña una vez más.

—Sí.

Los ojos claros de su amiga se abrieron de golpe, su postura se enderezaba mientras mantenía una expresión de completa sorpresa y enojo en su rostro.

Todo indicaba que la había cagado, y muy feo.

—¡¿Vos sos pelotudo, Rodrigo?! ¡¿Vos pensas antes de hacer las cosas?! — Grito indignada la chica.

Golpeo el hombro del más bajo, haciendo que este retrocediera en lo que ella se iba acercando enojada.

—¿¡Cómo te vas a meter con mi ex!?

El ojiverde guardo silencio, lamentándose de sus acciones.

—¡Contestame Rodrigo!

Se mantuvo el silencio antes de que decidiera hablar.

—Iván te terminó y nos empezamos a ver de casualidad, y bueno... Después nos invitaban a eventos... — Explicó.— La verdad es que no sé como poronga querés que no me enamoré de él, ¿¡Te olvidaste de la mierda que hiciste!? ¿¡Ahora vos sola sos la culpable!?

Obtuvo una mirada de confusión.

—¡¿Qué?! ¿¡Acaso no te acordas cuando te dije que me parecía atractivo y a los días te fuiste con él!? ¡¿Eso no te acordas?! — Agregó exaltado.

Ahora la que prefería mantener silencio era Sara. Se acordaba a la perfección de ese suceso, solo que no quería darle la razón.

—¡Sí me acuerdo! Pero...

—¿¡Pero qué Sara!? ¿¡Ahora me vas a decir que no tengo derecho a estar con él porque es tu ex!? No me rompas las pelotas.

Decidió mandar todo a la mierda y se fue de su casa estrellando la puerta con fuerza, dando a entender lo enojado e irritado que estaba.

Y esa era la verdad, le daba bronca ver como su supuesta amiga se hacía la culpable cuando ella claramente había empezado este juego. Rodrigo no se identificaba como eso, como un roba novios, pero había quedado como uno y eso ya no le importaba en ese instante, ya que él no lo era.

Él no había ido y a los días se había puesto de pareja con Iván, pasaron meses y en esos meses pasaron cosas para que logrará enamorarse, él no estuvo fijándose en el novio de su amiga, nunca lo haría.

Hasta Sara sabia que Rodrigo era incapaz de eso, pero al querer ella siempre tener la razón, tuvo que inventarse algo para escapar de esa.

Además, Carrera nunca sería conocido por “roba novios” porque él había experimentado la situación; estar con alguien y que al terminar, a las semanas esa persona ya estuviera de pareja con otro/a. Entendía el dolor y se prometió nunca hacerle experimentar ese sentimiento a alguien más.

Aun que, jamás se dio cuenta lo que estaba causando en Forján dicha noticia.

Ella claramente estaba destrozada.

Por más de que haya hecho un lío “al pedo”, ella tenía sus razones para hacer ese lío.

El sufrimiento que Carrera había dicho que no le haría experimentar a otra persona lo estaba sintiendo Sara, esa sensación de que siempre hubo alguien mejor que vos por un tiempo era lo que sentía.

Sentir y pensar que siempre fuiste la segunda opción era una pesadilla que, por ahora, solo Forján entendía a la perfección.

Esta situación solo la había dejado con el corazón en la mano, y ella se retenía a toda costa quedar adolorida sin que esa persona que la lastimó sintiera ese mismo dolor, por lo que, muchos pensamientos se hicieron presentes en su mente.

Muchas ideas que la ayudarían a destrozar la vida de Iván Buhajeruk. Aun que, bueno, podía llegar a lastimar a un segundo en el procedimiento.

𝘵𝘶_𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 # 𝖱𝖮𝖣𝖱𝖨𝖵𝖠𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora