𝘵𝘶_𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 # 𝖱𝖮𝖣𝖱𝖨𝖵𝖠𝖭

𝐴𝑟𝑟𝑒𝑝𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜

   El día de La Velada llegó, y entonces, los nervios se apoderaron de él apenas despertó.

Su mano lastimada seguía en un grave estado, pero claramente no iba a bajarse de la pelea por eso, llevaba entrenando tanto tiempo y había puesto tanto esfuerzo y concentración que estaba dispuesto a empeorar la herida si era necesario.

Un mar de nervios recorrió su cuerpo al recordar, una vez más, que se presentaría delante de muchísimas personas. Teniendo en cuenta que el Estadio Bernabeu es grandísimo y el evento es uno de los más reconocidos de Twitch.

No sólo debería lidiar con la presencia de tanta gente, sino también con la de su familia y amigos, quienes eran lo más importante que tenía en su vida, además de sus fans.

Temía decepcionarlos, saber que esa herida que aún seguía intacta podía jugarle en contra cuando menos se lo esperaba era a lo que le tenía miedo. Darse una idea de que podía salir del ring por tener la mano llena de sangre y un dolor exagerado era su mayor pesadilla ahora.

Sus amigos sabían por lo que estaba pasando, sabían su temor y por eso, se encargaron de demostrarle su apoyo yendo a despertarlo con una buena energía.

Y ahí fue cuando Carrera se dio cuenta nuevamente que tenía un hermoso círculo social.

Gracias a esa escena, Rodrigo pudo levantarse de buen ánimo y siendo la imagen de él levantando el cinturón lo único que habitaba en su mente.

Claro que no se quería ilusionar, pero era eso o darse malas ideas y terminar abandonando el evento ese mismo día a último momento.

Rodrigo se caracterizaba por ser un chico seguro, alguien que sabe cómo, donde y cuando quiere las cosas. Sin embargo, este día fue uno de los pocos en los que el castaño comenzaba a dudar más de una vez lo que quería.

Era su salud o ganar y estar orgulloso de si mismo.

Además, no era sólo su herida lo que podía ser la razón por la cual dejar el deporte, sino también su cardio y el calor de Madrid, que lo estaba por derretir.

Existían muchas razones para dejar la pelea y estas comenzaron a tomar protagonismo cuando llegó a los vestuarios del Bernabéu.

En esta ocasión, no tenía la presencia de su mejor amigo Tomás, quien era el que mejor trataba sus nervios en estas ocasiones. Lastimosamente, estaba haciendo su Tour y era imposible que se diera un tiempo para animarlo.

Pero, para su sorpresa y suerte, tenía a su pareja, quien tomaría el lugar de Robleis y podría reemplazarlo bastante bien.

Mientras el castaño se estresaba y sentía como su corazón latía a mil por hora dificultando su respiración, el pelinegro pensaba en las palabras correctas para acercarse y darle ánimos.

—No sé si pueda, me da cagaso. — Confesó observando a su novio.

—¿Querés que vaya yo? — Intervino la peliazul.

—No Angie, él lo tiene que hacer. — Insistió Abril, mejor conocida como AriGameplays o simplemente Ari.

—¿Por qué yo?

—¿Quieres que lo diga?

Asintió.

—Bueno, te recuerdo de que en el stream anterior la estuvo pasando mal y no estuviste ahí para él, esta mañana ni siquiera te acercaste a decirle algo, lo estuviste ignorando y unas cosas más. — Explicó Ari enfadada en cierto punto.— Eres su mejor amigo... Si en verdad lo quieres, debes al menos ir a consolarlo ahora.

—Si no queres voy yo, no puedo verlo así. — Avisó Unicornio.

—¿Y si la cago?

—Al menos va a saber que lo intentaste, Carre es de fijarse en eso... A él le importa que lo intentes, si no hacés nada entonces es como que no lo querés, y no creo que sea así.

—Andale Spreen, ¿qué pierdes con intentar? — Habló Rivers sonriente, dándole un codazo al susodicho.

El azabache suspiro hondo y se adentró al espacio personal de el que decía ser su mejor amigo.

Le hizo una seña a los demás de se que vayan, todos obedecieron apenas entendieron.

—Amor... ¿Pasó algo? — Preguntó inclinando su rostro cerca del suyo, intentado ver si tenía alguna expresión.

Despegó sus manos de la pared y alzó la cabeza, volteó a ver al pelinegro.

—No sé qué me pasa... Estoy como que nervioso, ansioso, estresado y más cosas al mismo tiempo. — Suspiro haciendo inocentemente y sin darse cuenta un puchero con sus labios.— No quiero ir.

Las palabras de Rodrigo alteraron a Iván, ¿en serio iba a dejar todo a último segundo?

Claramente, este no era el Carrera que conoció, por esta razón lo agarró de los hombros y lo obligó a hacer contacto visual con él.

—¿Por qué no querés ir?

—Iván... — Jadeo caprichoso inclinando su cabeza y sosteniendo las muñecas del nombrado.

—Rodri, estuviste entrenando tanto tiempo y estuviste poniéndole tantas ganas ¿para qué sueltes la toalla a último momento? Yo creo que no, creo que hiciste todo este trayecto para hoy, ir y pararte ahí adelante de más de tres millones de personas y demostrarles lo duró que estuviste trabajando y que no sos cualquier streamer sacado de Argentina. — Dijo recto, haciéndole a Rodrigo entender con seriedad las cosas.— Vos, hoy, vas a salir, con esa mano lastimada y vas a poner a la bandera de Argentina en alto, y no importa si no ganas, porque lo más importante ahora es que no te diste por vencido y lo diste todo a pesar de estar con miles de problemas encima... Yo sé que podes Rodri, que no te ganen los malos pensamientos. Estamos todos para apoyarte, ya sea ganes o no.

Le dio un vistazo rápido al reloj que estaba en la pared.

12:45 P.M

Volvió su mirada a Carre y este lo miraba nervioso.

—¿Lo vas a hacer?

—Sí.

Envolvió el cuerpo de su novio en sus brazos, dándole más apoyo aún.

—Si estas nervioso es normal, es mejor sentir nervios que miedo.

Sintió que el ojiverde afirmó con su cabeza y se separaron, dejó un beso rápido en sus labios, como un pico, y entrelazaron sus manos.

—Perdón por estar tan distante estos días... Ni yo sé lo que me pasa, pero te prometo que para apoyarte voy a estar siempre y también para arreglar las cosas en las que me equivoqué con vos.

—Gracias Ivi.

Esta vez, fue Rodrigo el que unió sus labios, aun que ahora era un beso largo, tierno, suave y lento, demostrando su agradecimiento de otra manera, de una manera muy característica de ellos.

Juntaron sus frentes luego de separar los labios.

Iván estaba con sus manos en cada lado de la cara de Rodrigo, mientras que este último tenía sus brazos estirados encima de los hombros del primero.

Una escena típica de una película de romance. Hasta ellos mismos pensaban eso, aun así, prefirieron aguantarse las risas y apreciar el silencio junto a las sensaciones que invadían el cuerpo de cada uno.