𝐻𝑎𝑡𝑒

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    Los siguientes días fueron una completa tortura para Rodrigo, se la pasaba recibiendo amenazas a su md, en twitter no dejaba de ser tendencia, su whatsapp estaba lleno de personas preguntándole que tan cierta era la noticia, entre otras cosas más.

Era la primera vez que Carrera experimentaba una ola de hate tan grande como esta, y claramente sabia que podía ser una razón por la cual aislarse del stream.

Sin embargo, por más buena que se viera esta opción, él era un chico que enfrentaba sus problemas y miedos, así que haría lo posible para salir de esta.

Digamos que tampoco era la primera vez que recibía amenazas o comentarios de ese tipo, pues su característico humor lo llevó a entender el porque las personas solían mirarlo mal en los eventos o juntadas.

Aun así, como cualquier famoso, pudo adaptarse al mundo del entretenimiento y a saber que cosas estaban mal y cuáles bien, pero a lo que nunca se pudo adentrar fue al tema de los romances siendo reconocido.

Era una etapa de famoso que decidió saltearse, una de las razones era porque no estaba interesado en nadie y la segunda era por la aceptación, querer que sus fans aceptaran el amor que sentía por otra persona lo sentía y veía innecesario.

Pero claro, tuvo que experimentar los rumores de que este con alguien.

Recuerda perfectamente como se lo tomó su comunidad; con broma y felicidad, pero también recuerda el como lo llevó el fandom de la chica; con enojo.

La verdad era que si estaba con ella, pero se terminaron separando porque se dieron cuenta que lo que querían era bastante distinto y que el amor, en estos casos, no puede hacer más que sentirse.

Aun que, volviendo al tema, nunca experimentó tanto hate como el de ahora.

Por eso, cuando llegó al aeropuerto de Argentina, fue recibido de una manera que logró romper el corazón de Carrera.

Llegó acompañado de los demás integrantes de La Casa Madrid, quienes aun seguían manteniendo dialogo con él, y con Germán, quien pidió ir con el castaño por cuestión de seguridad.

El tema fue que había una gran multitud de fans, los cuales sólo estuvieron dispuestos a llamar por los nombres de los otros streamers, menos el de Rodrigo.

Ser ignorado por los que en algún momento fueron sus fans, se sentía como si un cuchillo le hubiera atravesado sin piedad la garganta.

Claramente, las lágrimas no tardaron en venir, y estas se pudieron lucir cuando unas cuentas personas comenzaron a decirle comentarios desagradables.

Aun que eso no fue lo que más le lastimó, sino fue como todos apoyaban a Spreen mientras él, bueno, estaba en un rincón esperando con muchas ansias entrar al vehículo.

Se veía impaciente, miraba para todos lados queriendo despejar su mente, pero cuando los comentarios empezaron a escucharse más fuerte y más claros, optó por entrar al auto y cerrar la puerta.

—¿Pasó algo? — Preguntó Nicolás.

—¿No los escuchas?

—Sí, obvio, pero pensé que era por otra cosa.

—Nico, yo no sé si voy a poder con esto...

—Carre sos un pibe muy fuerte, vas a poder salir de esta.

—Es que “esta” es distinta, o sea me están tachando de cosas estúpidas y me viven amenazando. — Explicó alterado.— No sería sorpresa de que cuando este volviendo a casa me amenacen con un cuchillo en el cuello.

—Rodrigo, no creo que sea para tanto.

—¡Es que no lo es! ¡El tema es una pelotudez! ¡Pero, claro! Las personas boludas exageran temas pelotudos.

Decidió guardar silencio cuando sus amigos entraron al auto, siendo Germán el primero en sentarse a su lado.

—¿Estás bien? — Preguntó frotando su mano en el hombro del ojiverde.

Suspiro antes de contestar, le resultaba la pregunta más estúpida que le dijeron en todo el mes.

—Sí. — Contestó entre dientes.

—Perdón por no entrar antes.

—No pasa nada, ni siquiera deberias preocuparte por mí. — Concluyó seco consigo mismo.

—Rodri vos sabes que no puedo no preocuparme por vos.

Una vez más, suspiro, quería gritarle pero reconocía que no era lo correcto.

—Ya sé... — Afirmó en el suspiro.— Solo que tampoco hace falta que estes encima de mí, yo puedo solo.

—Bueno.

El viaje en vehículo fue silencioso, lo único que resonaba en las paredes era la música de la radio, canciones que no lo ayudaban en lo mínimo.

Sollozo un par de veces, sin atraer la atención de nadie y esto fue lo que lo irritó, ya que todo demostraba que ninguno estaba interesado en preocuparse por él.

Y no tenía tanto problema en esto, él mismo había dicho claro y fuerte que podía solo, pero uno muchas veces no piensa antes de hablar, ¿no?

Le agradeció a todos los dioses cuando llegaron al final del recorrido, Carrera fue el primero en salir del auto, buscar sus cosas y desviarse del camino.

Sin embargo, su soledad no duraría tanto al llegar a la segunda cuadra.

—¡Carre!

Encontrarse con los ojos cafés que menos quería ver, lo tranquiloso.

—¿Qué querés? — Preguntó siguiendo caminando una vez que Iván lo alcanzó.

—Te quiero acompañar.

—Tu casa queda para el otro lado.

—Pero quiero asegurarme de que no te pase nada.

Su paciencia estaba a nada de rozar el límite.

—Yo me voy a ir para un hotel, si queres...

—Te podes quedar en mi casa. — Interrumpió, sin descifrar si lo que había dicho era más una suplica o una sugerencia.

—¿Vos querés que aumenten mis amenazas? ¿El odio que recibo sin nisiquiera haber confirmado? — Se detuvo en seco para hablar.

—No, obvio que no, pero prefiero a que te quedes en mi casa a que gastes dinero en un hotel. — Pidió.— Además, va a ser el último día que te voy a ver antes de que te vayas a Bahía, y no quiero que la última vez que nos veamos sea de esta forma.

Tenía razón, él tampoco quería que ese día terminara así, por lo que terminó aceptando.

El transcurso de ida fue movido y alegre, los intentos de hacerlo reír estaban dando frutos y Buhajeruk se sentía satisfecho consigo mismo por ello.

El pelinegro evitó que el castaño no entrará a ninguna red social, como Twitter, en toda la noche. Quería que ese día fuera como un momento de descanso para su novio.

Deseaba que se despejará y volviera a sonreír como ayer, detestaba verlo decaído y con los ojos rojos por las tantas lágrimas que soltó.

Estaba dispuesto a acompañar al bonaerense más que nunca, porque a pesar de que a él no le este pasando o le haya pasado, puede sentir el sufrimiento que le está sucediendo.

Además, reconoce que es su culpa, sus fans son los que más lo acusan de diferentes cosas, así que decide hacerse cargo y ayudarlo.

Pero todos sabemos exactamente que Spreen no tiene la culpa de nada, él lo único que ha hecho fue amarlo con su corazón, que las personas piensen lo contrario será su problema, no el de él.

𝘵𝘶_𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 # 𝖱𝖮𝖣𝖱𝖨𝖵𝖠𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora