—Él me vio desnuda —Kren suspiró suavemente y me hizo detenerme a medio pasillo.
—Nada de lo que te hizo Desth fue con un sentido sexual, por más que esté demente, cuando estuvo contigo esta tarde no era precisamente su parte adulta quien te estaba ayudando.
—¿Su parte adulta? —cuestioné con el ceño fruncido.
Él restregó su rostro cuestionándose si decirme o no.
—No tiene mucho sentido —declaró —pero hay veces en las que actúa como un niño, pero realmente lo es, por más que veas a un hombre adulto, solo es un niño con el que estás tratando. Quien te duchó e hizo todo eso contigo, fue un niño, no un hombre.
—¿Death y Desth? —esta vez el sonrió.
—No sabemos si es un trastorno de la personalidad a ciencia cierta, porque él puede recordar lo que hace casi siempre. Antes era extraño para él cuando pasaban esos episodios y pensaba como un adulto. Pero se han vuelto uno de alguna forma.
—Vaya —eso fue lo único que pude decir.
Que me dijera esto era una clara señal de que no dejaría esa casa, pero que me lo confesara también aliviaba mi miedo hacia Death y el sentimiento de haber sido desnudada y limpiada mientras estaba inconsciente ya no era tan amargo.
—Solo quiso ayudarte, recuerda eso cuando cruce por tu mente lo que sucedió.
Y luego de eso comenzó a caminar nuevamente hasta que me dejó fuera de la habitación en la que había estado cuando desperté.
Empujé la puerta que se encontraba entreabierta y me adentré en ella mientras escuchaba a Kren alejarse.
No me permití ver en cual habitación entraba, solo cerré la puerta una vez entré y me acerqué a la cama para lanzarme en ella agradecida de poder dormir en una mientras me cubría con calientitas sábanas.
Había olvidado lo que se sentía y las lágrimas descendieron por mis mejillas a causa del sentimiento que avasalló cada célula de mi cuerpo.
Aunque había rehuido de quedarme en este lugar, estaba agradeciendo que me hicieran permanecer en el.
***
Había pasado tanto tiempo en las calles que mi sueño era muy liviano. Debía estar alerta a cualquier movimiento a mi alrededor y estar consciente de todo lo que me rodeaba para saber cuando se movían en mi dirección.
Pero esa noche dormí profundamente en cuanto concilié el sueño sobre aquellas sábanas suaves con un techo sobre mi cabeza.
Por la única razón por la que desperté, fue por haber tenido una pesadilla. Una en dónde el pasado regresaba a mí y no podía hacer nada para detenerlo.
No grité, no me removí desesperada en la cama. Solo alteró mi sueño y tuve que abrir los ojos con la respiración agitada y algo alterada.
Al pestañear un par de veces dándome cuenta de en dónde me encontraba, me incorporé y restregué mis ojos para alejar el sueño.
—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —mi voz fue suave y somnolienta.
Pero lo suficientemente clara como para que él me entendiera.
—No lo sé —su voz era suave, tranquila y me cuestioné si estaba hablando con el mismo hombre que había estado hablando mientras estuve en la cocina.
—No es algo grato despertarse con alguien observándote.
Lentamente me arrastré por la cama hasta que estuve sentada cerca de la orilla con las sábanas envueltas a mi alrededor. Él se puso de pie y caminó hacia mí dejando que la poca luz de luna que se colaba por la ventana lo iluminara tenuemente.

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BELTZA
General FictionSer huérfana en el lugar del que provenía nunca era algo bueno. En primer lugar, porque las casas de acogida eran una mierda y más un centro de reclutamiento que de ayuda. Aunque para muchos ser reclutados era una bendición y algo muy bueno, para...