CAPÍTULO 25

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Capítulo 25
Nunca había visto a Death dormir tanto en el tiempo que llevaba con los hermanos. De hecho, nunca lo había visto hacerlo realmente. La mayoría de las noches el permanecía en el sofá observándome dormir y cuando despertaba, él ya se encontraba haciendo algo en algún lado de la casa.
Pero, después de aquella noche en la que nos entregamos el uno al otro, él había permanecido en mi cama. Se levantaba lo justo para ducharse, comer algo y regresar a dormir sobre mis mantas. Durante las noches lo acompañaba, pero durante el día lo observaba tal y como él hacía conmigo.
Y de alguna manera entendí su extraña fascinación por ello. Era revelador ver a alguien dormir, pues podías apreciarlo en su faceta más vulnerable. En dónde no tenía una máscara levantada que te prohibía observar sus verdaderas facciones.
En ocasiones creía que se levantaría con alguna pesadilla al notar que su ceño se fruncía y su cuerpo se sacudía, pero luego parecía calmarse y continuar con su profundo sueño.
Dann había dicho que él dormía solo lo justo, pues tenía pesadillas constantes que lo impulsaban a despertarse y no querer regresar a dormir. Death dormía solo cuando estaba tan cansado que su cuerpo pedía a gritos que se tumbara.
Pero ahora, mientras yo paseaba mis dedos por su rostro suavemente con un rastrojo de barba sin afeitar, me di cuenta de que él había necesitado callar su mente más de lo que yo había necesitado callar la mía.
Death ansiaba esa liberación tanto como yo y sonreí al saber que podía darle eso que necesitaba.
Había firmado el pacto y aunque quisiera, ninguno podría dejar al otro, los tenía, había aceptado sus lados más oscuros y los había hecho míos, había superado mis propias barreras para cruzar hacia su lado y no me arrepentía en lo absoluto. Más bien agradecía haber aparecido en su mira.
Dando un último beso en la mandíbula de Death, me levanté de la cama y lo dejé dormir. Era su cuarto día en cama y aunque yo no estaba del todo recuperada, ciertamente mis heridas estaban mucho mejor.
No dolían, solo molestaban y muchas de ellas comenzaban a sanar.
Al bajar las escaleras me encontré con Dann y Kren. Ambos se habían estado ocupando de todo cuanto podían en el exterior. Pero había cosas que Death debía hacer y que no podía por estar de cierta forma hibernando.
Pero ninguno de los tres nos quejábamos al respecto. Death necesitaba descansar.
—Esta mañana Desth nos dijo algo que le revelaste aquel día cuando regresaron del bosque.
Mi mirada se levantó hacia Kren y todos mis vellos se pusieron de punta ante la posible situación que se desarrollaría frente a mí justo ahora.
—¿Qué? —cuestioné sintiéndome lívida por unos instantes.
—Que el hombre que intentó cruzar nuestras fronteras es tu padre.
De forma nerviosa llevé mis manos hacia el frente de mi regazo para retorcerlas con algo de fuerza.
No quería tener que enfrentarme a esto, no cuando Death estaba en una cama dormido sin poder darme consuelo si llegaba a necesitarlo. Aunque si eso llegaba a suceder, estaba segura de que me inclinaría hacia el toque de Dann.
Kren podría azotarme por ocultar algo así y tener a alguien que sostuviera mis manos mientras él lo hacía era algo que necesitaría.
—Yo... —pero las palabras no salieron.
—Te permitimos guardar tu historia para ti por la única razón de que eso era algo tuyo y solo tu decidirías cuando y cómo compartirlo. Pero si tu futuro afecta tu presente, no es algo que podamos ignorar.
Asentí severamente y mis ojos se encontraron con los de él.
No parecía molesto, de hecho, la calidez en sus ojos me hizo sentir los suficientemente cómoda como para decir las cosas más importantes de lo que ellos necesitaban saber.
—Él me crio, me vio nacer. Pero no soy su hija, mi mamá le fue infiel y quedó embarazada. Ella le mintió diciéndole que yo era su hija, pero él era estéril y nunca se lo dijo a mamá. Así que era obvio que él se daría cuenta de lo que ella había hecho.
Mis dedos temblorosos se elevaron hacia mi rostro y desplacé los mechones lejos de él.
—Crecí en condiciones muy malas. Mi mamá era constantemente abusada por él y luego de un tiempo, cuando cumplí los trece años y había crecido lo suficiente, también fui abusada por él en muchas formas. Básicamente me volví un reemplazo de mamá mucho más joven. Hasta que pude escapar para sobrevivir en las calles.
No pude decir más. Simplemente no podía. Era demasiado para mí recordar todas esas cosas cuando sabía que él aun vagaba por las calles, libre. Tal vez solo después de su muerte lograría superarlo.
Y eso me hizo mirar a los dos hombres frente a mí de una manera más intensa.
—¿El hombre que te hizo tanto daño sigue vivo y no nos lo habías dicho?
Solo pude encogerme de hombros ante el cuestionamiento de Dann y en dos zancadas estuvo delante de mí.
—Años sin verlo me hicieron olvidar que existía, solo hasta que lo volví a ver recordé que aún seguía vagando libre por las calles.
—¿Dónde lo encuentro? —negué lentamente.
—Solo podrías encontrarlo si yo te llevo directamente a él, nunca podrías llegar.
—¿Estás consciente de que ahora vamos a matarlo?
No dije nada por largos minutos y me cuestioné cómo me sentía al respecto.
Ciertamente no había amor en mí por ese hombre, nada más que un odio intenso y miedo, mucho miedo cada vez que recordaba las cosas que me obligó a hacer. Pero no le deseaba la muerte.
—No quiero que lo mates —dije en un susurro.
—¿No? —el desconcierto bañó los rasgos de Dann y no pude evitar darle una pequeña sonrisa.
—Quiero encadenarlo y abandonarlo en un lugar donde nadie pueda ayudarlo. En un lugar donde la luz sea escasa y lo único que pueda escuchar sea su respiración. Quiero que pase hambre, frío y sed y luego muera de inanición, pero antes cortarle el pene y cauterizar la herida para que no se vaya a desangrar.
El silencio se extendió suavemente alrededor de nosotros, hasta que la sonrisa de Dann salió a jugar junto con la de Kren. Este último se acercó a mí y envolvió uno de sus brazos en mi cintura antes de llevar sus labios a los míos y darme un suave beso que me hizo estremecer de anticipación.
—Despertaré a Death, iremos en la tarde.
Tras un último beso se alejó con una sonrisa y me dejó sola con Dann.
—Apreciaría saber un poco más de tu vida, pero creo estar seguro de que no me dirás nada más.
—Tal vez cuando me vea de cara con mi pasado pueda soltarlo todo.
Y con esa promesa flotando en el aire me alejé para ir hacia la habitación y tratar de mentalizarme lo que pasaría esta tarde.

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