Lenguaje del amor Freenbecky

Cambiando las reglas del juego para poder ganar

Maratón 1/3

Capitulo 38

Becky salió de su casa casi corriendo pegando con algo de violencia la mochila a su espalda, ni siquiera terminó por abotonarse su camisa favorita ni mucho menos notó que una de sus zapatillas llevaba los cordones desatados. Tampoco le importó el pinchazo al arrancar una rosa del jardín de su padre ni el ladrido de Toby, el perro guardián de su vecina que cada vez que tenía oportunidad la molestaba y sonrió cuando cruzó la calle y una bicicleta rozó su cuerpo porque no se detuvo. Estaba feliz y nada de lo que le pasara antes de llegar al instituto cambiaría ese estado.

Saltó de manera infantil los charcos de agua que estaban en la vereda, entró con rapidez a un pequeño puesto de dulces y salió con la misma velocidad y finalmente llegó al instituto.

En la entrada, se mordió el labio y dio un pequeño salto en el lugar al observar el estacionamiento. Se aferró a la tira de su mochila y corrió hacia la puerta principal. El pasillo le pareció por primera vez eterno y cuando logró pasarlo a pasos apresurados inevitablemente llegó a su salón: se detuvo con tanta brusquedad bajo el marco de la puerta que la mirada de sus compañeros se fueron directo a ella.

Sin importarle la situación e intentando controlar la emoción, dejó la rosa sobre el primer banco y se agachó sonrojada a armar el nudo de su cordón; cuando se levantó y se acomodó la camisa descubrió a Rose con la flor entre sus manos y a Kirk con las cejas juntas por la confusión. Se aclaró la garganta y le arrebató a Rosé lo que le pertenecía y se escondió tras su banco. Fue Nop quién se puso de pie y llegó hasta ella para preguntar lo que todos querían saber:

-¿Quién te dio eso?

-Nadie...- respondió ella rápidamente y quiso golpearse. Ahora seguramente le preguntarían entonces a quién iba a regalársela.

-¿Y de dónde la sacaste?- insistió Nop intentando tomarla pero ella la alejó y lo fulminó con la mirada.

-Ya, Nop,- dijo Kirk desde la otra punta del salón en su defensa- siéntate y deja de molestar.- terminó con las palabras dirigidas al chico pero una rara mirada para ella. Becky tragó con dificultad y por primera vez se sintió cohibida por su mejor amigo. Agitó la cabeza mientras escuchaba los pasos de Nop alejarse.

-Becky está enamorada.- canturreó Jisso cuál niña un banco más atrás que Kirk. Becky alzó la vista al instante y su sonrojo aumentó.

-Cierra la boca.- la cortó Becky poniéndose de pie.

-Está enamorada.- se burló el resto mientras se tocaban el pecho, hacían movimientos lentos con sus hombros y ensanchaban unas sonrisa en sus caras.

-Idiotas...- murmuró caminando de espalda a la puerta mientras los observaba con mala cara y continuaba susurrándoles palabras poco agradables.

-Eh, Armstrong ¿ya te vas?- quiso girar al instante cuando la voz de Freen tras ella la sorprendió pero la mano de la profesora en su cadera deteniéndole el paso no la dejó. Freen apretó ligeramente por encima de su ropa y se pegó a ella disimuladamente unos segundos. Una última caricia por parte de la profesora y la sintió alejarse hasta su escritorio- Buenos días, chicos.- saludó Freen con su habitual sonrisa y Becky se quedó mirándola; no recordaba que se hubiese ido tan hermosa y hubiese regresado aún más.

-Buenos días.- escuchó a coro el saludo de sus compañeros pero su boca no se movió. Freen giró a verla y apretó sus labios seguramente para no reír, se sonrojó más de lo que ya estaba y bajó rápidamente la vista al piso.