Cuando una primera vez se vuelve eternidad

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Maratón 2/3

Capitulo 42

Y todo ya estaba listo.

Becky fue segura, audaz y delicada al momento de ordenarle a Freen que dejara su propia casa unas horas solo para ella.

La profesora no protestó ni intervino con reproche alguno. Solo cuando estaba del otro lado de la puerta y Becky intentaba cerrar que intentó persuadirla por solo una hora afuera o apenas unos 45 minutos.

-No me hagas esperar tanto.- murmuró inclinándose para dejarle un tentador beso en los labios y Becky reaccionara como ella deseaba. Pero la castaña solo negó juguetonamente con la cabeza y se mordió el labio. Freen sabía lo que eso significa, conocía los gestos de su novia y sabía cuando algunos implicaban cariño y ese amor que todo el tiempo le demostraba. Pero sabía también cuales eran aquellos cargados de picardía y que solo iban a hacerla sufrir después. Sufrir placenteramente

-Ten cuidado con quién te detienes a conversar.- la señaló Becky con su dedo índice en una advertencia y ella alzó una ceja sin entender. Se acercó a su novia y la abrazó por la cintura susurrándole contra su oído a qué se refería- No quiero enterarme que has hablado con otra alumna o algo así.- respondió Becky sin importarle como sonara una escena de celos a las 10 de la mañana o cómo la misma Freen la podía tomar.

-¿Eh?- se separó Freen con diversión pero Becky la retuvo por el cuello de su suéter y la regresó contra ella para besarla y alejarla luego finalmente unos pasos.

-Estás advertida, solo das vueltas en el auto y ante mi llamada regresas.- ordenó Becky apuntándola otra vez y luego cerrando la puerta, Freen sonrió y agitó la cabeza aún más.

Quitó las llaves de su mini Cooper de su pantalón y caminó hacia él. Sea cuantas sean las vueltas que diera, iban a ser eternas hasta que Becky la dejara regresar. Becky se apoyó contra la puerta y recostó la cabeza hacia atrás intentando que su pecho dejara de subir tan fuerte y bajara con la misma intensidad. Bien, tal vez solo ahora se trataba de esperar por un poco de organización mental y luego corporal. Inhaló y suspiró tan lento como pudo y observó el reloj: 10: 13 a.m.

Tiró nuevamente su cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Aún faltaban unos minutos por lo que hacer algo en su espera solo la volvería más eterna. Cuando golpearon con fuerza la puerta y dio un salto del susto descubrió que finalmente eran las 10: 32. Sonrió, se aclaró la garganta y volvió la seriedad a su rostro para voltear y abrir:

-Ésta no era la hora, Kirk.- le reclamó a su mejor amigo mientras él ingresaba cargado de bolsas y una canasta.

-No, tienes razón,- respondió Kirk con dificultad arrojando todo sobre el sillón- era a las 10: 30.- ironizó antes de acercarse a ella y dejarle un beso en la mejilla- Hola ¿no?

-Mmm, hola.- dijo ella saltándole en un abrazo y corriendo luego hasta los paquetes- ¿Está todo?

-Todo o al menos lo que pude conseguir. Por cierto, me quedé con el vuelto y compré una cerveza en el camino.

-Está bien ¿Emily preguntó por mí?- preguntó i mientras abría las bolsas y comenzaba a ver lo que tenían adentro.

-Tranquila, tengo todo eso controlado. Solo cuando regreses avísame antes ¿está bien?

-Claro espero estés cuidando mi casa, Kirk.

-La heladera ya está vacía, tu ropa interior hurgada, asi que sí, la estoy cuidando.

Lenguaje del amor Freenbecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora