Maratón 1/3
Capitulo 32
Becky suspiró; ya había dicho lo que su madre preguntó y solo estaba esperando una reacción de su parte. Frunció los labios, jugó con un mechón de pelo y terminó por sentarse en el segundo escalón esperando aún más.
Jesse alzó la vista con los ojos entrecerrados y su cara lo decía todo: estaba totalmente confundida.
Becky se aclaró la garganta nerviosa y finalmente su madre habló.
-¿Una broma?
-Mmm... Si
-Pues no te creo.
-Pero es la verdad.- dijo ella tratando de sonar convincente.
-¿O sea que tú "Sí, es una chica" solo era una broma para ver mi reacción? Ja.- soltó la mujer con molestia e ironía mientras se ponía de pie- No te creo ni creo que no estés enamorada como acabas de negarlo. Pero si te hace sentir mejor, te doy la libertad para que vivas o cometas errores o lo que sea que me estés ocultando... Oh, pero Becky.- giro ella antes de ingresar a la cocina y darle una última mirada a su hija- Recuerda que aún vives bajo mi techo y eso implica que te comportes como debes. Ten cuidado con lo que haces.
-Mierda...- susurró ella antes de apoyarse contra la pared para observar a su madre. Le pareció raro ocultarle algo a Jesse, más allá de su madre siempre la había visto como la persona con la que podía hablar cualquier cosa y en cualquier momento. Pero el decir la verdad esta vez iba a alejarla de lo que la hacía feliz: Y aún no estaba lista para dejar de ver ni mucho menos sentir a Freen.
Debía seguir mintiéndole a otras personas para esconder la felicidad que una sola le proporcionaba.
Suspiró. Si ocultó la verdad justo en el momento que podía decirla y a la persona que más confianza le tenía qué iba a pasar el día que realmente ya no pueda contar las cosas como desee.
Agitó la cabeza y se puso de pie. Pisar escalón por escalón y llegar a su cuarto nunca fue tan agotador como esa vez.
Freen cerró su notebook de un solo golpe cuando tocaron la puerta de su nueva casa. Se asustó, nadie del pueblo sabía que era ella la nueva inquilina y, la única persona que sí lo hacía, aumentó su temor: supuestamente Becky no iría a visitarla hasta que ambas sintieran la seguridad correcta para no sentirse expuestas.
Se levantó del sillón con lentitud y se acercó a la puerta, observó por la mirilla, colocó ambas manos sobre la antigua madera y suspiró, se trataba de un simple cartero.
-Buenos días, señorita,- la saludó el joven alegremente- mi nombre es Hank y soy el encargado de entregar sobres en Fang.
-Cartero.- murmuró ella. La presentación del chico le había parecido graciosa.
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Lenguaje del amor Freenbecky
RomantizmFreen Sarocha es la nueva profesora del instituto, Rebecca Armstrong su alumna menos aplicada. Está historia es una adaptación todos los créditos a su autora original a Mrs Michele