Cómo un diamante

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Maratón 3/3

Capitulo 28

Todo había pasado tan rápido que Becky no tuvo otro remedio más que continuar sonriendo: el día de la cita había llegado.

Aquel lunes que llegó a su casa y su padre le dio la noticia de su semana de vacaciones supo que era una señal para algo bueno. A la noche, Jesse preparó una parrillada con todos sus compañeros de trabajo, incluido el dueño y el gerente de la clínica, y fue ella misma la que se ofreció a acomodar el desorden que provocaría dicha reunión. Obteniendo así, además de una mirada dudosa de Maik, nada más y nada menos que 150 dólares.

Salto de emoción al momento de recibirlos e inmediatamente los guardó evitando perderlos porque sabía el destino que a esa suma significante le esperaba: darle la mejor impresión a Freen de sus propios actos. No se había puesto a pensar que implicaba aquello de limpiar voluntariamente pero se tiró de cabeza a su decisión porque por el momento no tenía otra donde aferrarse.

Hasta que Kirk, esa noche de la parrillada, comenzó a hacerle preguntas raras como "¿Qué pasó con la profesora después del abrazo? O "¿Por qué te quedaste con ella y no conmigo cómo lo haces siempre que te sientes mal?". Preguntas y acusaciones que ella excusó con celos pero que la hicieron temblar por miedo a ser descubierta. Debía entonces comenzar a cuidar más sus actos y no descuidar los compartidos con Kirk, el chico era demasiado inteligente a la hora de leerla y un simple silencio le diría a él toda la verdad.

-Entre la profesora y yo no pasó nada y... dudo que vaya a pasar.- agregó sin molestia porque Kirk al final de cuentas sabía de su gusto por la profesora. Pero nada más- Ella es... Me trata como al resto.- Le aseguró paro no decirle lo que sus deseos interiores le reclamaban a gritos expresar. Tenía que admitirlo, estaba viviendo demasiadas emociones que la hacían feliz y quería compartir con su mejor amigo, sin embargo, aún no podía. Freen se lo pidió y lo último que deseaba era molestarla o, aún peor, terminar con lo que acababan de comenzar.

Debía aguantar un poco más, o tal vez mucho, y cargar con esa felicidad sola hasta que las cosas se vieran estabilizadas o al menos con un rumbo fijo. Que contradictorio era eso del amor; se necesitaba a alguien para ser feliz pero a alguien más para que te aconseje.
Suspiró con desdén y movió la cabeza despegando esa única tristeza que la molestaba. Estaba segura que cuando Kirk supiera toda la verdad no solo se sorprendería sino que la apoyaría sin medir consecuencias e ignorando, a su modo amenazante, a los que dijeran algo.
Sí, definitivamente necesitaba el oído de su mejor amigo pero no se comparaba a la necesidad de lo que estaba por venir.

El miércoles, cuando su clase con el molesto profesor de matemática terminó, caminó de forma segura y ansiosa al salón donde Freen debía estar preparando su maletín para marcharse

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El miércoles, cuando su clase con el molesto profesor de matemática terminó, caminó de forma segura y ansiosa al salón donde Freen debía estar preparando su maletín para marcharse. Sonrió bajó el marco de la puerta y, al ver que la profesora estaba sola, se acercó después de cerrar la puerta y se aferró a su espalda de manera cariñosa. Freen respondió con un pequeño susto pero se aferró a sus manos sobre su abdomen y las acarició un momento.
Su corazón rebotó de alegría cuando le susurró algo contra su oído y la profesora contestó con un suspiro.

Lenguaje del amor Freenbecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora