La azabache iba en dirección a su dormitorio.
Habían terminado las clases e iba a reunirse con Bakugo nuevamente para continuar con su plan.—y el trabajo obviamente—
Había metido en la cápsula con hielo, 2 botellas grandes de leche, pues no quería tener que levantarse cada madrugada a buscarla al refrigerador después de comer la comida picante, favorita del cenizo.
Entró a su habitación y se cambió el uniforme por una playera blanca manga corta y unos shorts azul marino.
Los apuntes y su trabajo ya estaban acomodados en la mesita de madera, nada más quedaba esperar a que el de quirk explosivo llegará.
Mientras, se puso a pensar en el Festival Cultural.
Lo del Made café estaba casi asegurado, pues a las chicas les gustaría la idea y a los chicos les daría igual si podían comer.
Pero en ese momento se le ocurrió algo divertido.
¿Por que no invertían los generos en sus actividades del Festival Cultural?
No era mala idea.
El problema sería convencer a los chicos.
Por parte de la mujeres, ellas no tendrían problemas con usar trajes de meseros y vestirse como hombres, usar pantalones era algo normal.
El problema sería convencer a los chicos de ponerse faldas y escotes.
Claro que no todos los hombres se vestirían así y algunas chicas—si querían—se pondrían vestidos, solo los chicos con rasgos ligeramente afeminados serían obligados a usarlos.
Estaba tan metida en sus planes juraba se harían realidad, que no se dio cuenta cuando el cenizo entró como dueño del cuarto y se sentó frente a ella en el mullido almohadon.
Un fuerte golpe en la mesa la hizo volver a la realidad.
—Oh, perdoname Bakugo—se disculpó apenada—es que estaba pensando.
—¿En que mierda pensabas?—pregunto bruscamente.
—Oh, en lo que les comente sobre el Festival Cultural—dijo ella dirigiendo su vista hacia Bakugo.
Por un momento, dejó de ver sus bellos ojos rojos y empezó a evaluar sus facciones.
Sus ojos eran grandes pero estaban ligeramente rasgados, lo que le daba un delineado natural, sus pestañas eran muy largas y al igual que su sedoso y rebelde cabello eran rubias, su nariz era respingada y fina con un ligero color durazno, del mismo color pintaban los bordes de sus ojos, sus carnosos y al mismo tiempo finos labios que se notaba recibían cuidados, sus artículaciones como lo eran sus codos, hombros, rodillas, pies, tobillos, clavículas, también un poco en su delicada y definida barbilla.
Su piel era increíblemente suave de un pálido color blanco, más no enfermizo, sin ni un solo vello o imperfección.
Traía una apretada playera color negro de manga larga, por lo tanto, su cuerpo se marcaba de forma exagerada y se apreciaban muy bien sus curvas:
Pezones grandes y firmes que creía ella eran de color rosado, un abdomen plano y marcado, músculos grandes y notorios, pero bien proporcionados y nada exagerados, cuello delicado y largo, clavículas marcadas de una forma sutil pero notoria, una cintura pequeña, fina y verdaderamente envidiable que ni ella ni ninguna chica podría igual, caderas anchas y muslos grandes, un trasero grande, redondo y muy bien marcado que, al igual que su cintura, nadie sin cirugía podría igualar, piernas largas y fuertes, marcadas pero no de una forma exagerada, manos suaves y finas con dedos largos y uñas cuidadas a pesar de sus explosiones.
ESTÁS LEYENDO
¡Yo te ayudare todoidiota! [TodoBaku]
Fanfiction-¿Es una broma Todoroki? -Yaoyorozu, vine aquí por respuestas, ¡no por más preguntas! Todoroki fue en busca de Momo, su mejor amiga, para tratar de entender lo que sentía por aquel hermoso rubio explosivo de ojos rojos y mal carácter. Yaoyorozu e...