Confesiones

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—Te pasaste de verga Todoroki—le dijo Momo a un muy asustado bicolor mientras este salía de los dormitorios.

Shoto cayó de espaldas al piso y miro a Momo con horror, ¿ella había visto lo que hizo?, por lo que le dijo y la sonrisa burlona con la que lo veía, suponía que si, —y así era— así que se sonrojo fuertemente mientras apartaba la mirada. Aunque fuera su mejor amiga, ¡No tuvo por qué haber visto eso!.

—¿Q-que? —pregunto incrédulo.

—¡Le comiste la boca a Bakugo en plena siesta! —replicó la chica mientras hacia una pose indignada—Se que eres capaz de hacer más, por eso no me sorprende, ¡pero si te pasaste pendejo!, ¿¡que tal si se ahogaba!? —se quejó la azabache con intenciones de molestar más al bicolor, quien ya estaba derritiendo el piso de la vergüenza que sentía.

—P-pare antes de que eso pasará—susurro el bicolor, aunque si fue audible para la femenina quien le dio una mirada pícara y de falsa desaprobación.

—Igual eso no se hace—volvió a decir para luego gritar—¡pero fue tu primer beso!, ¡quien diría que lo tendrías con la única persona que te ha gustado!,—exclamo la chica—No, no, no, no, !Correccion!, te gusta, ¡lo amas demasiado!—se auto-corrigió la de ojos negros—!Y para colmo dormido!—se burló, pues, en secundaria, muchas le chicas habían enviado confesiones y cartas al bicolor—que este ignoraba—y algunas pedían que fueran a ciertos puntos de la escuela para así poder confesarse en persona, Momo tenía que acompañar a Todoroki y esconderse mientras escuchaba las cursilerías de las chicas, para al final el inminente rechazo que recibirían. El problema, era que algunas chicas insistían de más e incluso llegaron a querer besar al bicolor a la fuerza usando sus quirks u otros métodos, y ahí era donde tenía que intervenir Momo para que su pobre e ingenuo mejor amigo no perdiera su primer beso con una mocosa estúpida o congelará a la misma—¡Y ni siquiera fue un beso inocente!, ¡casi te lo comes vivo! —se río, mientras veía al bicolor avergonzarse aún más.

—¿Y-y, y tu que hacías ahí? —pregunto a duras penas.

—¡Los seguí!, ¡Y no me arrepiento de nada! —admitió sin remordimientos—Bueno todomenso, parate y ya vamos al salón, a no ser que quieras darle otro beso a Bakugo—río la chica para después hecharse a correr siendo perseguida por un muy avergonzado Shoto.

Momo llegó a su habitación, 2 horas después de que el bicolor dejó a Katsuki en su cama, quien estaba dormido

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Momo llegó a su habitación, 2 horas después de que el bicolor dejó a Katsuki en su cama, quien estaba dormido.

—Bakugo—lo llamó la chica—Bakugo, despierta—le sacudió con cuidado la cara viendo como el cenizo empezaba a fruncir el ceño, lo que indicaba que estaba despertando—Tenemos que hacer el trabajo.

Katsuki frotó su naricita blanca y finita, y soltó un bostezo suave y profundo, para depués voltear a ver a Momo con el seño fruncido y un poco sonrojado.

Se levantó y salió de la habitación en dirección a la de la azabache, quien le seguía de cerca mientras hablaba.

—¡Ah, si, ya casi tengo listos tus zapatos Bakugo! —comentó la chica en lo que abrían la puerta de su habitación y se sentaban en los almohadones rojos frente a la mesita de madera negra.

¡Yo te ayudare todoidiota! [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora