Hoy era 29 de Junio y Jude, acababa de cumplir 21 años, hoy era su cumpleaños.
Tú, Amelia, su pareja, dos años mayor que él, habías planeado una escapada especial a París para celebrar su cumpleaños. Aunque al principio pensaste que era un poco egoísta irte solo con él por separarlo de su familia, toda su familia accedió porque sabían que este viaje haría muy feliz a Jude.
Un mes antes del cumpleaños de Jude, le habías sorprendido con la noticia de su viaje a París. Jude, perdidamente enamorado de ti, aceptó la idea sin dudarlo. Además, ya tenía un plan en mente que haría que ese cumpleaños fuese algo aún más especial.
Días antes de partir, Jude se reunió con su compañero de equipo, Rodrygo. Juntos recorrieron varias joyerías en busca del anillo perfecto para ti. Después de mucho buscar, encontraron uno de plata con diamantes, sabiendo que te encantaba la plata.
— Rodry, creo que este le va a encantar — dijo Jude, mientras veía el anillo —
— ¡Es perfecto para ella, Jude! — afirmó Rodrygo —
— Sí, además a ella le encanta la plata — habló mientras te pensaba todas esas veces que habías llevado plata puesta —
Jude compró el anillo y lo guardó celosamente, esperando el momento perfecto para sorprenderte, para sorprender a su amada.
Finalmente, el día del cumpleaños de Jude llegó. Habíais pasado una semana inolvidable en París, explorando la ciudad del amor y disfrutando de vuestra mutua compañía. Para culminar la celebración, decidieron pasar el día en Disneyland París, un lugar mágico que Jude sabía que haría que su propuesta fuera aún más especial.
Al atardecer, cuando el castillo de Disney estaba iluminado, el momento perfecto llegó. Jude había planeado todo con precisión. Mientras caminaban por el parque, una pareja joven se te acercó y te pidió que les tomases una foto. Tú, siempre amable, aceptaste sin sospechar nada.
— Perdona, ¿podrías tomarnos una foto nuestra, por favor? — te preguntó una joven, entregandote su móvil —
— ¡Claro, con mucho gusto! —respondistes, sonriendo mientras tomabas el teléfono —
Mientras te preparabas para tomar la foto, Jude aprovechó la oportunidad para colocarse detrás de ti, fuera de tu vista, y arrodillarse con el anillo en la mano. La gente alrededor comenzó a notar lo que estaba sucediendo y, uno a uno, sacaron sus teléfonos móviles, listos para capturar el momento. Vistes como la pareja a la que les estabas tomando la foto sonreían y se sorprendían con ternura, no le distes importancia.
Tú, ajena a lo que estaba pasando a tus espaldas, te diste cuenta de la atención creciente de la multitud. Pensaste que era por la majestuosidad del castillo iluminado, entregaste el móvil a la pareja y te diste la vuelta quedándote emocionada mientras te llevabas una mano a tu boca por la sorpresa.
En ese instante, viste a Jude arrodillado ante ti, sosteniendo una caja que contenía el anillo de plata con diamantes. Las lágrimas comenzaron a caer de tus ojos por la emoción.
— Amelia —dijo Jude, mirándote. con profunda ternura — eres la única mujer con la que quiero pasar el resto de mis días. ¿Te quieres casar conmigo?
Tú, con el corazón a punto de estallar de felicidad, apenas pudiste contenerte mientras asentías vigorosamente, tus lágrimas fluyendo libremente.
— ¡Sí, Jude! Sí, quiero casarme contigo, mi amor —exclamaste, tu voz temblando de emoción.
Jude se levantó y te abrazó con fuerza, elevándote del suelo mientras la gente a vuestro alrededor aplaudía y vitoreaba. Los dos os fundisteis en un beso cargado de emociones, conscientes de que vuestro amor mutuo era infinito.
— Este es el mejor regalo de cumpleaños que podría existir —susurró Jude contra tus labios — Te amo, Amelia.
— Y yo a ti, Jude — respondiste, aún entre lágrimas— Más de lo que jamás podrías imaginar
Con el anillo en tu dedo y vuestros corazones latiendo al unísono, Jude y tú sabíais que este momento en Disneyland París marcaría el inicio de una nueva etapa en vuestras vidas, una etapa llena de amor, aventuras y sueños compartidos.