D Ø C E

67 12 5
                                    

"¿Te extraño o te olvidó?".

El silencio persistía aun cuando los minutos pasaban

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El silencio persistía aun cuando los minutos pasaban. El mayor no sabía qué decir. Cada vez que sus labios se despegaban para intentar pronunciar algo, su garganta se cerraba.

Nunca se había enamorado, no sabía qué decir. Tampoco era bueno consolando. Es más, ni siquiera sabía si debía consolarle.

Ah... chico — soltó. Fue lo único que pudo escupir y tan pronto lo hizo, se arrepintió.

No, no importa. Sabía que esto pasaría y, aun así, no me importó — habló. Ahora el amanecer traía consigo la luz del sol. El mayor pudo ver cómo su acompañante movía sus manos negando de manera exagerada — Tengo que cargar con esto. Me lo busqué — soltó.

Así que este es el verdadero dolor que provoca enamorarse de un recuerdo.

Pensó, mientras acomodaba el cigarro en sus labios y volvía a jalar de él para así llenar sus pulmones de humo negro. Ahora veía la situación desde otra perspectiva. No quería decirlo, pero seguramente Timothy hubiera reaccionado casi de la misma manera que Masky.

Pero son detalles que el castaño no tenía por qué saber. Cat conocía mejor a ambas personalidades. Si bien Masky era un desgraciado, Timothy no tenía tantas cosas diferentes. Es solo que Masky es tan malo que Tim se vuelve un pequeño cordero amigable a su lado.

Pero ambos vienen del mismo cristal.

Tienes razón. Bueno, después de todo, me equivoqué — se alzó de hombros mientras se agachaba levemente para así poder susurrarle — Aunque Timothy sigue siendo una muy mala opción. En lugar de lamentarte, deberías enfocarte en mejorar tu gusto. En verdad es terrible — dijo, mientras una risa escandalosa se escapaba de sus labios mientras negaba.

Pronto se escuchó ruido dentro de la cabaña, señal que el Neko estaba esperando para poder entrar y fingir demencia ante la situación. Tan pronto entró, pudo toparse con un Brian atontado, su cabello estaba revuelto, su cara gritaba que mataría a la primera persona que le dirigiera la palabra.

Por supuesto, que sería él.

Hey, Hoodie. Te ves tan vivo hoy — bromeó, pasando un brazo por el hombro de su compañero. Este le miró disgustado antes de maldecir. Por supuesto, él solo rió.

Quítate, apestas a cigarro — se quejó, quitando el brazo que lo atrapaba de manera brusca. Hubo un corto silencio antes de que ambos rieran.

Tobías ya había entrado a la cabaña también. Cuando lo hizo, Hoodie le extendió una taza de café negro. Cat miró con indignación la escena.

¿En serio? — la mayoría que estaba en el salón rodaron los ojos. Aquí iba de nuevo, con alguna escena dramática protagonizada por Cat.

No te daré nada, por cabrón. Pídele a Tobías — el mencionado sonrió amigable, separó la taza de sus labios y se la ofreció al de máscara. Este miró un segundo y cuando agachó su rostro para beber, no pudo evitar que un rubor apareciera.

Sentir la mirada intensa del menor sobre él le hacía sentir extraño. Cuando apenas pudo probar el café, se separó muy rápido, tomando por sorpresa a Tobías.

Hoodie ignoró a los otros y siguió preparándose cafés, que claro, cada vez que alguien nuevo pasaba por ahí, terminaba robando la taza de Brian, quien solo maldecía y volvía a empezar.

Me alegra que estén despiertos. Tú más, Brian. Así me gusta, despierto con la mejor actitud — dijo Némesis provocando una risa en todos los que escucharon — Ayer Rouge y yo fuimos a dar vigilancia al bosque. Así que hoy tendrá que ir otra pareja. Pueden ir ahora o más tarde, pero sin importar qué, tienen que ir dos veces al día — aseguró. La mayoría asintió y otros no tuvieron necesidad de hacerlo para mostrar que estaban de acuerdo.

En ese caso, Kagekao, te gustaría ir en una hora. Parece que vendrá una tormenta. No quiero tener que vigilar en la lluvia. Vayamos hoy — Domino era realmente bueno para leer el cielo.

Claro, déjame terminar mi café. Después iré por mis cosas e iremos — ante su respuesta, su compañero asintió.

Cat había escuchado su conversación. Esta vez ya había recibido una taza de café propia y mientras daba un pequeño sorbo, se coló en la plática.

¿Creen que la lluvia llegue mañana? — habló. Nuevamente la taza viajó a sus labios.

Sí, posiblemente. Tal vez llegue mañana en la madrugada, ¿por qué? ¿Quieres que votemos para mandar a Masky? — Kagekao hizo un ruido seco para después toser. El comentario de su amigo y gracias a su gran imaginación, había logrado ver cómo sería si eso se cumpliera.

Ahora ambos mayores miraban divertidos al felino. Si este aceptaba, serían los suficientes para poder convencer a todos de una votación. Estaban seguros de que la mayoría apoyaría su idea y lograrían lo que querían.

Aunque la idea era tentadora, tuvo que rechazarla. Quería hacer algo más. Buscaba que la lluvia le ayudara en esta situación.

No, tal vez la próxima. — Esta respuesta confundió a los otros dos. Era extraño que se negara — De hecho, quería decirles que si nadie pedía el turno, lo tomaré yo — ahora sí que estaban sorprendidos.

Ambos hombres le miraron un segundo, luego sus ojos viajaron a ellos mismos y por último regresaron al otro hombre. Después de unos segundos se encogieron de hombros.

Ninguno había dado una respuesta, hasta que Kagekao lo hizo.

No voy a negar que es extraño, pero bien. Aun así, ya es difícil que alguien te acompañe en un día perfecto, ¿quién irá contigo en la lluvia? — preguntó curioso. Él tenía razón. Muy apenas alguien aceptaría en un día bueno.

Créeme, sé quién lo hará — dicho esto, se retiró, no sin antes darle un sorbo más a su café. Dejó a ambos hombres curiosos, pero no lo suficiente para ponerlos a investigar.

Hey Tobías, nos toca ir juntos. ¿Te gusta la lluvia? Dicen que lloverá mañana y justo nos toca ese día — fingió el tono para que esto sonara como queja.

Bueno, no importa en realidad. He tenido misiones que tienen que ser cubiertas aun cuando hay lluvias. No tengo problema con ello — Cat le miró un momento antes de sonreír. Ahora estaba al lado del castaño.

Aun con la sonrisa en su rostro, dio un sorbo a su café. Había cosas de las cuales el castaño no tenía por qué tener conocimiento.

 Había cosas de las cuales el castaño no tenía por qué tener conocimiento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|• Ahora Todo cambio •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora