T R E I N T A Y S I E T E

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"Siempre decimos todo pasa por algo,Pero en el fondo queremos que sea diferente".

"Siempre decimos todo pasa por algo,Pero en el fondo queremos que sea diferente"

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Kathe estaba nerviosa pues había mentido. Ella en ningún momento había atentado contra Cat, de hecho, ahora parecía que se le había unido, pues había dicho esa farsa para que Brian saliera más confiado con la clara intención de que el felino lo matara al encontrarlo distraído.

Para su buena suerte, el chico regresó después de un día y no venía solo, pues esta vez todos llegaron a la vez. A diferencia del otro año, las risas no les acompañaban y nadie se quitó la máscara o cualquier cosa que cubriera su rostro. Eso obligó a Kathe a tomar su máscara y tapar su rostro, severamente nerviosa. Cuando Nemesis se acercó al castaño que seguía en la cama sudando y moviéndose de un lado a otro, algo inquieto a pesar de tener los ojos cerrados, Kathe se levantó dejándole el camino libre a la otra mujer.

¿Tiene mejoras? — preguntó mientras quitaba la cobija que cubría al castaño. Este había sido despojado de su ropa, al menos del pantalón y sudadera para dejar así su cuerpo más libre.

Nemesis había dejado el cuerpo del castaño a la vista, claro que la ropa interior cubría lo necesario, pero eso no significaba que si Tobías estuviera consciente se sentiría avergonzado de tener tantas miradas recorriendo su cuerpo, aunque la gran mayoría eran sin morbo. Los ojos delineaban la figura del castaño y se detenían en cada herida ya cicatrizada. La atención se enfocó en la herida de su abdomen que, a pesar de estar rodeada por una venda, seguían filtrándose pequeñas gotas de sangre. Ya habían retirado la bala; solo era cuestión de que el muchacho se recuperara.

Sí, anoche despertó. Tuvo un poco de temperatura y se desmayó. Supongo que su cuerpo no está listo para sentir dolor. La herida le hará sentir por un tiempo hasta que cicatrice — habló Masky, dejando expectante a Kathe. Así que este era el poder de intentar matarse entre ellos.

Sabía bien que posiblemente era la marca quien hacía que Tobías sintiera. A pesar de lo que Masky dijo, Nemesis necesitaba confirmar esta teoría, así que sin mucho tacto presionó la herida lo suficiente para hacer que el castaño despertara jadeando y gritando del dolor, dejando a todos algo abrumados por la manera agotadora en que el chico se quejaba. Posiblemente ellos ya habían pasado por una herida de bala, pero seguía siendo un misterio el tipo de dolor que sentirían si se disparaban entre ellos.

Ahora, Tobías jamás había sentido dolor, así que pensaban que ahora experimentarlo era agotador para él. Nemesis quitó la mano al ver cómo Masky tomó su muñeca, despegándola del cuerpo del menor. Este parecía no ser capaz de controlar su cuerpo, pues retar a la líder no era una idea muy inteligente, menos cuando había un traidor, lo cual siempre significaba que posiblemente habría más. Nemesis lo miró un momento y de repente los ojos ya no estaban sobre Tobías. Masky sintió alivio de que al menos todos dejaran de observar al chico, le molestaba.

—  Déjalo descansar — habló soltando a la mujer, quien seguía observándolo, aunque no podría atinar bien si había dejado de verlo, la inclinación de la máscara le dejaba en claro que seguía escaneándolo.

Masky, qué sorpresa. Siempre has tenido espíritu de líder. Ahora que Cat abrió esta estúpida rebelión, ¿no estás pensando en unirte? — insinuó poniendo aún más nervioso al mayor, pues no esperaba realmente esta respuesta. Sabía que tenía que cuidar sus palabras, pues seguramente este simple comentario "inocente" estaba lleno de insinuación.

Apostaría que ninguno faltó en captarla y que ahora el gusano de la duda estaba devorando sus cabezas. Kathe no hablaba y permanecía observando a Tobías. No tenía planeado salvar a Masky; más bien, de esta manera se salvaba ella, pues Nemesis tenía razón. Cuando había un traidor, siempre hay más. Al no matar al felino, se convertía en una traidora también, pero no le molestaba.

Tranquila, jamás me atrevería a desafiar al operador. Estamos en esto juntos — la respuesta pareció ser la indicada, pues la presión sobre él desapareció y nuevamente la atención cayó en el muchacho recostado.

Este estaba despierto, pero sus ojos seguían cerrados, posiblemente por debilidad. En otro momento u herida no hubiera sido problema para continuar caminando y haciendo actividades normales, pero en esta situación era diferente, totalmente diferente.

De acuerdo, entonces ya saben. Dejemos que Cat se divierta. Cuando lo encuentren, espero que la cena esté lista — soltó un suspiro y salió de la habitación. Ella tomaría ese día para dormir.

Al despertar esperaba ver el cuerpo del traidor tendido en la acera. Esta orden fue bien recibida por todos, menos por dos personas que no pudieron evitar mirarse con el mismo sentimiento de negación. Rouge por primera vez dudaba en obedecer. No era porque quisiera traicionar como Kathe, simplemente no podía matar a Cat. Le quería como amigo y realmente se negaba a hacerle daño a pesar de ser un traidor ahora.

Cuando ambas chicas se dieron cuenta de que sus ojos habían chocado, desviaron la mirada temiendo que la otra descubriera lo que sentían en ese momento, sin saber que tenían una similitud. Escucharon las risas en la cocina y los comentarios denigrantes hacia el felino.

Ambas permanecieron en la habitación sin darse cuenta de que el castaño estaba consciente y también se deleitaba con las pláticas repugnantes de los demás, algo demasiado hipócrita. Antes parecían adorar a Cat y ahora hablaban mal de él. Pudo ver nuevamente a lo que Kathe se refería.

Siempre lo dije, ese estúpido huérfano. Debimos matarlo cuando era un mocoso — murmuró Kagekao, quien fue bien correspondido por los miles de comentarios hacia el hombre de máscara felina.

Hipócritas.

Rouge seguía indecisa, no sabía realmente qué debería hacer e intentó buscar consuelo en el castaño, quien había abierto los ojos. La mujer lo observó y en su mirada pudo ver tantas cosas menos odio. Estaba a punto de hablar, pero alguien interrumpió.

¿Rouge? Creí haber dado una orden. Vamos — la nombrada cerró los ojos mientras las palabras de su líder entraban en su cabeza, obligada a obedecer aun cuando su cabeza pedía no hacerlo.

Mataré al traidor — habló mientras salía de la habitación. Kathe la miraba apretando los labios bajo su máscara. Intentaba morderse la lengua, en verdad intentaba que su mano no avanzara hacia el arma que reposaba en su cintura. No podía, no debía.

Pero si ellos encontraban a Cat, su única oportunidad de liberarlos a todos se escaparía de sus manos. Pobre tonta.

 Pobre tonta

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