—No, Riley, espera a que la inseguridad te llevé a tener un Ataque de pánico por pensar Que la persona que tanto amas Ha dejado de quererte.—
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—Hyunjin—
Es exactamente la una de la mañana y los pensamientos no me dejan dormir tranquilo, siento algo en el pecho, ¿Un presentimiento? No lo sé pero nunca había visto a Felix dormir tan rápido, mamá también se dormía así de rápido y luego murió de un tumor cerebral.
regresamos de nuestra cita, nos dimos una ducha juntos y luego él se acostó y como si le hubieran dado un golpe fuerte en la cabeza, se quedó profundamente dormido, él nunca hace eso, siempre tarda en dormir, la noche anterior también paso lo mismo y luego están sus palabras, ya se que las personas en cualquier momento podemos morir pero por qué él sono tan seguro al momento de decirlo ¿Va a morir? ¿Es eso? ¿Por eso toma tantas pastillas?.
No, no, no y no, estoy sobre pensando las cosas pero mierda ¿Cómo no hacerlo si todo apunta a que me dejará? ¿Por qué dijo que quería 365 citas y luego desaparecería de mi vida?.
—¿Jinnie?— Limpié la humedad en mis mejillas por las lágrimas, ni siquiera se en que momento empecé a llorar pero ahora me arden los ojos.
—Lo-lo siento ¿Te desperté? Yo-yo no— Tengo tanto miedo de perderlo que ni siquiera puedo hablar sin que la voz se me corte por el llanto, sentí sus brazos rodearme, me di la media vuelta y me acurruque en su pecho, su perfume huele a chocolate, me hace recordar a la primera navidad juntos.
—¿Por qué estás llorando, nunca te había escuchado llorar, ¿Te duele algo? Puedo ir por el botiquín— Como le explico que me duele el corazón por pensar que me va a dejar y no quiero que lo haga.
—Cuando terminen las 365 citas... ¿Te quedarás conmigo Verdad?— Sus dedos acariciaron mi cabello y con su otra mano acarició mi espalda, sentí el calor de sus labios sobre mi frente, me aferré a su delgado cuerpo, no quiero dormir, tengo miedo que al despertar él ya no esté conmigo, se que he sido un tonto durante estos dos años Pero lo amo.
—No puedo prometer nada pero lo intentaré— ¿Cómo que lo intentará?.
—Me vas a dejar ¿Cierto? ¿Dejaste de amarme? Si es así ¿Puedes volver a amarme? Te prometo que nunca más me volveré a alejar de tí y nunca te haré pensar que he dejado de amarte, te compraré todo lo que desees, llevaré a los lugares que quieras, haré todo lo que me pidas, se que es muy egoísta de mi parte pedirte que te quedes a mi lado Pero... —Sus labios sobre los míos me impidieron continuar, ese beso fué como el detonante de la bomba, lloré más fuerte, soy un bebé llorón cuando de Felix se trata, siempre ha sido así.
—No te dejaré por qué he dejado de amarte, mierda Jinnie, te amo como no tienes idea, Pero... —Se quedó callado y escuché sus sollozos, joder acabo de hacer llorar a mi lindo ángel, solo sirvo para hacerlo sufrir.
—No llores por favor, lo siento yo no quiero que llores, soy un tonto suelo ser tan inseguro y a veces siento que no soy suficiente para tí y es que la verdad es que no te merezco, quizá deba dejarte ir, quiza debería dejar de ser egoísta y aceptar que a mí lado ya no eres feliz, te he hecho sufrir tanto que yo merezco sufrir cien veces más por hacer llorar a un ángel como tú— El dejo de abrazarme y se sentó, la pequeña lámpara alumbra su rostro, sus ojos están llenos de lágrimas y su nariz está roja, sus cejas están fruncidas, está enojado.
—Escucuchame bien lo que voy a decirte Hwang— Ahora tengo mucho más miedo, siempre que me llama por mi apellido es por qué me va a regañar, deja de ser mi trierno Felix y se convierte en Yongbok.
—Nunca digas que no eres suficiente, por qué eres más que suficiente y si te voy a dejar no es por qué ya no te amé o que por qué crea que no me mereces, te dejaré por que... Mierda— llevo sus manos hasta su boca, una bala en mi pecho hubiera dolido menos, ahora me he convertido en un saco de lagrimas sin fondo.
—¿Entonces si vas a dejarme?— Me levanté de la cama y corrí a encerrarme al baño, se que me estoy comportando como un niño pero... ¿de que otra forma puedo reaccionar cuando mi único amor acaba de decir que me dejará? tengo el corazón partido en miles de pedazos y lo merezco, es lo justo ya que yo lo hice sufrir antes.
—Jinnie, abre la puerta— No puedo hacer eso, no quiero arrodillarme y suplicarle que se quedé, él merece lo mejor, siempre lo he dicho y alguien como yo no es lo mejor para él, yo solo sirvo para hacerlo sufrir, Jeongin tenía razón, el merece alguien que le baje la luna y las estrellas.
—Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento— Algo que está roto no puede arreglarse con unas simples palabras Pero es lo único que ahora se decir.
—Hyunjin, abre la maldita puerta y deja de disculparte, no has hecho nada, tienes que salir del maldito baño para que te dé una explicación— Sus palabras se escuchan tan lejanas, entonces sucede; los malditos ataques de pánico, los tengo desde que mi madre murió y gracias a Felix habían desaparecido ¿Por qué vuelven ahora?.
Mi cuerpo tiembla, el aire no llega a mis pulmones, siento que voy a morir, me dejó caer en el frío y húmedo piso, todo da vueltas, ya no escucho su voz, la puerta está con llave, él no entrará y es mejor así, quizá si muero el pueda ser feliz, dejaré de ser un estorbo, Jeongin podrá conquistarlo y le dará todo lo que yo no puedo darle.
Todo ha dejado de girar y ahora se ha vuelto oscuro, se que no me he desmayado, aún estoy consciente, de repente todos los momentos felices al lado de Felix se apoderan de mi mente, me olvidó que estoy teniendo un ataque de pánico y me concentro en esos recuerdos.
Recuerdo la primera vez que lo ví, él tenía 15 y yo 18, me regañe mentalmente por enamorarme de un menor, Pero no me importo ser un asalta cunas, hice de todo para convertirme en su amigo, cuando él cumplió los 16 me dijo que yo le gustaba, me emocioné tanto que ni siquiera puede moverme del lugar donde estaba parado, no podía creer que ese bello angel gustará de mí, nos hicimos novios y mantuvimos nuestra relación en secreto hasta que él fue mayor de edad, cuando él cumplió los 18 decidimos que les contaríamos a nuestros padres pero ellos se adelantaron y dijeron que nos habían comprometido, que debíamos casarnos lo más pronto posible, ambos estábamos enamorados así que no fue ningún problema aceptar, fuimos felices durante un tiempo hasta que ví que en mi bolsillo no tenía el suficiente dinero como para comprarle un detalle a mi esposo, decidí que trabajaría hasta tener lo suficiente para cumplir cada uno de sus caprichos ojalá no lo hubiera hecho, eramos felices como estábamos y yo me dí cuenta ahora que él quiere dejarme.
