“Te pertenezco tanto como tú me perteneces, ambos somos uno solo”
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cita veinte: Felix.
—¿A dónde me llevas, pequeño?— Preguntó mi amado esposo, yo me gire hacia él y le dí un sonoro beso, está vez seré yo quien lo llevé a una cita él.
—Espera y verás— Lo tomé de la mano y lo guíe hasta nuestro auto, abrí la puerta del copiloto para él.
—¡Oh! Gracias cariño— Me dió un beso en la mejilla antes de subirse, lo ayude a ponerse el cinturón y luego yo me subí al lado del pilo y puse el carro en marcha.
—¿En serio no me dirás a dónde vamos?— Volvió a preguntar, sentí su mano apretar mi muslo y mierda, solo un toque de las manos de Hyunjin hacen que me ponga duro o quizá sea el azúcar de los brownies que desayunamos.
—No desesperes, amor— Le lance un beso al aire, él sonrió mordiendo su labio inferior, ¿Por qué tiene que ser tan sexy.
—Sabes que soy muy impaciente y me estás pidiendo mucho— Volvió a apretar mi muslo y yo me siento como un jodido adolescente con las hormonas alborotadas.
—Maldita sea Hwang, si sigues haciendo eso, nuestra cita será en el puto auto— Me queje mordiendo el interior de mi mejilla.
—Entonces tengamos nuestra cita en el puto auto— Hyunjin Murmuró deslizando su mano hasta mi entrepierna y maldita sea, tuvimos sexo anoche pero aún lo deseo como cuando eramos novios y me robo la virginidad.
Dentengo el auto en un semáforo y Jinnie aprovecha para quitarse el cinturón de seguridad, se acerca a mí, me da una sonrisa perversa y desabotona mi pantalón haciéndome soltar un gemido.
Unos cuantos segundos son suficientes para sentir su lengua lamiendo mi falo, cierro los ojos dejándome llevar por lo delicioso que se siente.
Creo que el azúcar del brownie que comimos en ese lugar de dudosa procedencia, no era azúcar.
Salgo de mi nube excitante cuando los autos atrás, empiezan a bocinar.
—Ya voy— Les grité antes de poner en marcha el auto —Dios, ya ni disfrutar una buena mamada lo dejan a uno— Me queje bajito bajito y escuché a Hyunjin reír mientras sacaba mi pene de su boca.
—Por dios, Jinnie, deja de hacer eso— Me queje, evitando cerrar los ojos por todo el placer que la boca de Hyunjin me estaba dando.
Un orgasmo después, me estaba estacionando en el garaje de la casa de verano de mi padre, no era lo que tenía planeado pero creo que ese maldito brownie tenía algún tipo de droga para la excitación o al menos que Hyunjin sea un hombre lobo y este en temporada de celo.
Ni siquiera me dí cuenta de cuando Hyunjin bajo del auto pero ahora me encuentro en sus brazos, le dió una fuerte patada a la puerta y al parecer ya estaba podrida porque está se abrió de parte en par.
—Ya necesitaba ser reemplazada— Murmuró contra mis labios.
Siento como mi cuerpo es dejado caer sobre la cama y me alegra saber que mi padre aún sigue pagando para que la limpien de vez en cuando.
Las manos de Hyunjin se deslizan por todo mi cuerpo provocando que una corriente de excitación me golpee.
Las manos habiles de Jinnie, me desnudan, luego el se quita toda su ropa bajo mi atenta mirada y ambos estamos tan necesitados que ni siquiera hay preparación previa antes de penetrarme.
Jinnie me embiste con fuerza, siento como su pene golpea mi pene en cada estocada.
Unas cuantas embestidas más son suficientes para que ambos lleguemos al orgasmo y al parecer el efecto del brownie también salió con nuestra eyaculación, la calentura paso pero nos quedamos en la cama por un largo rato más, mañana si llevaré a Jinnie al lugar que habia planeado antes.
