O9.

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Parecía que incluso cuando su amistad con Gyuvin volvía a una tranquilidad y normalidad, Gunwook aún estaría atormentado por sus emociones. Como un juego retorcido de la mente de Gunwook, la pregunta que se repetía en su mente era incómoda: "¿Era posible que le gustara su mejor amigo?".

Le daba miedo profundizar en esa cuestión, así que intentó empujar ese pensamiento a un rincón oscuro y distante de su mente. Gunwook quiso alejarse de Gyuvin, no por desdén, sino por temor a lo que esos sentimientos pudieran convertirse.

La posibilidad de que algo más que amistad estuviera floreciendo entre ellos lo aterraba. Imaginaba los problemas que podrían surgir si esos pensamientos y emociones avanzaban, e incluso se preguntaba si sus amigos se darían cuenta de lo que estaba ocurriendo en la mente de Gunwook, la idea de que alguien pudiera descubrirlo lo llenaba de terror.

Con la vista puesta en el futuro y un sentimiento de incertidumbre que le nublaba la mente, Gunwook se prometió a sí mismo hacer todo lo posible por recuperar la relación que tenía con Gyuvin antes de que estos sentimientos confusos lo envolvieran por completo. Estaba decidido a enfrentar esta situación y encontrar una forma de volver a la normalidad en su amistad, aunque no tenía idea de cómo lograrlo.

Gunwook se comprometió consigo mismo a enfocarse más en sus estudios como una forma de distraerse y dejar de lado sus crecientes sentimientos por Gyuvin. Al día siguiente, llegó a la escuela y se sumergió en sus libros, evitando mirar a su mejor amigo y apenas correspondiendo a su saludo cuando Gyuvin llegó.

Durante la clase, mantuvo su determinación y se esforzó por no prestarle mucha atención a Gyuvin, aunque era una tarea más difícil de lo que había imaginado. Al finalizar la lección, cuando Gyuvin se acercó y le habló como solía hacerlo, Gunwook tomó una respiración profunda. — Gyuvin, quiero enfocarme más en estudiar por un tiempo. Espero que lo entiendas. — Dijo, esforzándose por sonar tranquilo y no herir a su amigo.

Gyuvin asintió lento pero comprensivo, dispuesto a respetar la decisión de Gunwook. Decidió sentarse en el puesto de adelante, junto a su amigo Junhyeon, dejando a Gunwook sentado solo. Durante la clase sintió tristeza al darse cuenta de cuánto extrañaba la presencia de Gyuvin y lo feliz que le hacía verlo sonreír.

Cada risa y sonrisa de Gyuvin parecían iluminar la habitación y llenarla de energía positiva. Para Gunwook, Gyuvin era como un rayo de sol en días nublados. Pero, lamentablemente, él mismo era como una nube gris, oscurecido por sus propias inseguridades y miedos.

Gunwook sabía que no merecía a un amigo tan increíble como Gyuvin, quien siempre estaba dispuesto a hacerlo reír y animarlo, pero ahora era incapaz de encontrar una solución que no lastimara a ninguno de los dos.

Gunwook se sintió tan desanimado que no logró concentrarse en las clases, la razón que le dijo a Gyuvin para que lo dejara solo. Ansiaba el día en que pudiera recuperar la normalidad en su amistad con Gyuvin y sentirse merecedor de su amistad y cariño.

El día había sido largo y agotador para Gunwook, al final de las clases, mientras recogía sus cosas con brusquedad, Gyuvin se acercó, como siempre, con una sonrisa y una actitud despreocupada.

— Gunwook, deberías tomar un descanso ya, no levantaste tu cabeza de tus cuadernos hoy.

Gunwook, abrumado por sus propios sentimientos, no pudo contenerse.

—Ya te dije que necesito enfocarme, Gyuvin. Déjame tranquilo —dijo con una voz más dura de lo que pretendía.

La expresión en el rostro de Gyuvin cambió al instante. Sus ojos, normalmente llenos de alegría, mostraron sorpresa y tristeza. Trató de mantener la compostura y sonrió débilmente.

—Está bien, Gunwook. Si necesitas tiempo... —Gyuvin tragó saliva, manteniendo una cara impasible —. Me iré solo a casa. Nos vemos mañana. — Aun así, mostró una sonrisa forzada y se despidió con un movimiento de manos.

Antes de que Gunwook pudiera responder, Gyuvin se dio la vuelta y salió del salón, su figura desvaneciéndose por el pasillo.

Cuando Gunwook se quedó solo, el peso en su pecho se volvió insoportable. La imagen de la mirada herida de Gyuvin no lo dejó en paz. Se dejó caer en su asiento, pasando las manos por su rostro en un intento de calmarse, pero solo logró sentirse peor. Gyuvin no merecía ese trato, especialmente cuando lo único que intentaba era ayudar.

—Soy un idiota —murmuró para sí mismo, sintiendo cómo la culpa se acumulaba en su interior.

A pesar del dolor, Gunwook se convenció de que esa mirada de decepción que Gyuvin le había dirigido era la única que merecía. Se había dejado llevar por sus emociones negativas y había lastimado a quien menos quería herir.

El resto de la tarde y la noche transcurrieron, y Gunwook no envió un mensaje a Gyuvin, ni siquiera una disculpa. Con resignación, se repitió a sí mismo: "Es lo que tengo que hacer para arreglar todo, para arreglarme".

Esa noche, antes de dormir, se convenció de que sus acciones eran necesarias para preservar la amistad. Recordar la expresión sorprendida y triste en el rostro de Gyuvin lo hacía sentir terrible, pero pensar en la mirada que le daría Gyuvin si se enterara de la clase de sentimientos que tiene por él, lo hacía sentir peor. Por eso Gunwook se aferró a su decisión de mantener la distancia, era lo necesario para poner límites y controlar sus sentimientos.

"No quiero arruinarlo todo", se repetía mentalmente, intentando justificar su actitud. "Es lo que tengo que hacer para controlar todo y ponerme límites. No merezco nada mejor si solo causo problemas".

A pesar de todo, algo en su interior sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentar la verdad y afrontar las consecuencias de sus acciones. Pero por el momento, se aferraba a su decisión con la esperanza de que algún día todo se resolvería de la mejor manera posible.


ᓚᘏᗢ


ya estamos en lo malo ahora viene lo peor :D

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