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Como último intento, Gunwook se aferró a su rutina. Al llegar al salón, la ansiedad lo invadió, pero no encontró a Gyuvin, lo que le dio alivio y preocupación al mismo tiempo.

Pasó el día emocionalmente adormecido, sentado en la parte de atrás, ignorando a todos, como si estuviera en un letargo. No habló y apenas se movió, ni siquiera para el almuerzo. Estaba presente físicamente, pero su mente estaba perdida, luchando por prestar atención a las clases y evitando pensar en la ausencia de Gyuvin.

En la última clase, Gunwook se distrajo por sus compañeros susurrando. Intentó ignorarlo, pero un nudo en su estómago le indicaba que los susurros iban dirigidos a él. Con un esfuerzo por concentrarse, captó fragmentos de susurros.

"Algo debe haber pasado entre ellos", "Fue un escándalo ayer", "El presidente parecía un desastre, gritó tan fuerte ayer".

El corazón de Gunwook latía descontroladamente, y su respiración se volvía agitada. Empezó a mover frenéticamente su pie, sintiendo que le faltaba el aire. La inquietud lo dominó y se mantuvo distraído durante el resto de la clase. Cuando terminó, salió corriendo del salón, sintiendo que todo estaba cayendo a pedazos.

El día siguiente fue una repetición del día anterior, como un ciclo desgarrador. Gyuvin no apareció en el salón nuevamente, dejando a Gunwook con una sensación vacía y repetitiva. Las clases transcurrieron en la misma monotonía, Gunwook permaneció en su asiento, con una mirada apática clavada en el pizarrón mientras el profesor daba la lección.

Al terminar la clase, Gunwook se quedó en el salón, acompañado por algunos compañeros que optaron por evitar la cafetería durante el almuerzo. Los susurros comenzaron de nuevo, y aunque intentó no sentirse tan mal como el día anterior, aún se sintió juzgado.

Estaba claro que Gunwook tenía la habilidad para defenderse si hablaban mal de él, pero en ese momento, su ánimo estaba tan bajo que no tenía la energía ni el motivo para hacerlo. Empezó a ceder a la idea de que tal vez merecía esas miradas de desaprobación.

De repente, escuchó el nombre de Gyuvin y todo se detuvo. Intentó enfocarse para entender lo que decían. Las risas lo preocuparon, pensando que podrían estar burlándose de Gyuvin. Se quedó tenso en silencio, tratando de captar los cuchicheos.

— Yo pienso que el presidente se cansó de tener a Gyuvin pegado a él, probablemente se dio cuenta de que está enamorado de él y le dio asco", comentó más alto uno de sus compañeros.

El mundo de Gunwook giró, sintió una mezcla de asco y enojo. Antes de darse cuenta, se levantó de su asiento, atrayendo las miradas de los pocos estudiantes presentes en el salón.

Se acercó al compañero que había hablado burlonamente sobre Gyuvin. — Vuelve a decir eso—, le dijo con enojo.

— ¿Que el parásito finalmente te cansó? ¿No es eso cierto? —, respondió su compañero como si genuinamente estuviese confundido.

Por primera vez en la vida de Gunwook, su puño se movió más rápido que su racionalidad, estrellándose contra la mejilla del compañero, provocando un quejido en él y sonidos de sorpresa en toda la sala.

Su compañero, tambaleándose por el golpe, no tardó en responder, y la pelea comenzó.


ᓚᘏᗢ


ah no chamo, de gyuvin no vas a estar hablando

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