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Regresar a Corea de una vez por todas para retomar los preparativos del comeback hacía que Doori se sintiera por fin en su elemento, pero también que la seriedad con la que se tomaba su trabajo aflorase de nuevo. Con el cuidado de todo su sistema, la líder de B!XXEN procuraba no alertarse y ponerse a la defensiva en total, pero de todos modos su carácter ansioso amanecía y causaba que nuevos conflictos entre ella y los productores del disco estuvieran a la orden del día. Era tan usual que entre los dos bandos hubiera una discusión que el día en que todo estuviera bien, la verdad era que se trataba de un día con una sensación entraña. Durante esas ocasiones, algo faltaba.
─── No es que no necesite lo que tú dices, pero es que la cantidad de reverb que le quieres poner a la voz va a terminar opacando el track en sí. ─── insistía uno de los productores sentados en el estudio de Pdogg, el que simplemente permanecía sentado de brazos cruzados sin expresión en el rostro. Sólo pensativo, acariciándose la barba que apenas podía mantener. Doori puso los ojos en blanco por un momento, luego suspirando.
─── Holly nim, de verdad que no dañamos nada del proceso si es que probamos con subir el reverb; siempre podemos poner Ctrl + Z y seguir con el día.
─── Es una pérdida de tiempo, niña, por Dios.
─── La discusión es una pérdida de tiempo, chicos. ─── habló por fin Pdogg, intentando usar un tono autoritario pero fallando, sólo dando la impresión de querer sobreponerse ante los dos productores. Doori fue la primera en levantarse, agarrar sus cosas y retirarse del estudio, llamando a un receso de una hora para calmar y apaciguar las aguas.
Caminando entre los pasillos de HYBE INSIGHT, escribiendo ideas en su móvil y batallando contra el impulso de ir donde su novia para besuquearla y darle caricias de amor puro y lésbico (muy apetecible la oferta), Doori se dio cuenta de lo estresada que estaba últimamente, con tantas emociones metidas en su físico. Tenía el corazón a la altura de su garganta, todo apretado, y las lágrimas amenazaban con salir de sus orbes a cada segundo posible, no porque tuviera pena o estuviera enojada, si no que frustrada consigo misma. Con su desempeño laboral, con las cosas que tuvo que dejar de lado forzosamente gracias al viaje tan extenso. Volver a la rutina por tres días antes de retomar sus vacaciones impromptu no la hizo sentir mucho mejor, fue una solución de un solo segundo. Y eso le rallaba la cabeza de una mala manera. De una pésima manera, la verdad.
Era tan, tan penoso estar arrastrando los pies por HYBE, esperando no encontrarse con algún sunbaenim por lo deplorable que se veía, poco presentable en un ambiente de trabajo, pero justo eso tuvo que pasar, sí. La mejor idea del mundo era que no se le cruzara nadie por el camino, pero de repente en su periferia estaba Soobin, el mismísimo cara de conejo que tanto detestaba y admiraba al mismo tiempo. Estaba codo contra codo con Yeonjun, yendo casi tan acelerados como la misma Doori, y detuvo su paso para extender el brazo y detener a la muchacha con una expresión muy preocupada en el rostro.
