Sin munición [König x Tu] (#3)

Capítulo 12

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El recorrido con Zara es más fácil de lo pensado, sobre todo porque no hay nadie que la haga guardar silencio. Es obvio que le gusta hablar de sí misma, cosa que agradezco porque no ha intentado hacerme ninguna pregunta que logre incomodarme.

Antes de empezar con la labor ella espera a que me cambie de ropa para después ayudarme a llevar varias cajas pese a que le digo que no es necesario. Me hace un pequeño paseo turístico por toda la torre, a la vez que vamos entregando los suministros a cada paciente que aparece en la lista. Me encargo de memorizar todo lo mejor que puedo para no tener que preguntar en donde quedan las salas importantes el resto de días que estaré por aquí.

—Bien, esta es la última. —sus nudillos tocan suavemente la puerta y nos quedamos en silencio mientras esperamos.

Alguien al otro lado nos permite pasar, así que no dudamos en abrir de par en par. Al principio me alegra un poco ver la melena rubia tan característica de (T/n)_______, a quien estoy a punto de saludar de no ser porque a su lado y sentado en la orilla de la camilla hay un soldado sin camisa.

—Hemos traído los suministros. —Zara decide hablar por mí cuando nota mi silencio y me quita la caja para dejarla en una mesita.

—Muchas gracias. —es la única respuesta que nos brinda la enfermera.

Espero por un breve momento a que alce la vista para saludarla pero no lo hace. Se encuentra sentada en un banquillo bajo, modificado para que su altura quede a la par con el pecho del hombre. Parece estár quitándole unos puntos o algo así, y es asombroso verla tan concentrada por primera vez en su tarea. Cuando fui su paciente hizo un trabajo excepcional, con la diferencia de que parecía muerta del miedo.

Esas parecen ser sus emociones principales casi todo el tiempo, es por eso que ver esta nueva imagen de ella me sorprende tanto. También y sin algún motivo, no me pasa para nada desapercibida la forma en la que su otra mano parece estirar y acariciar el pecho del soldado para revisar mejor la herida.

El hombre no parece dispuesto a quitarle los ojos de encima, incluso creo ver una pequeña sonrisa. No es hasta que se da cuenta que me he quedado plantado observándolos que levanta la cara para brindarme una evidente mueca de extrañeza. Ambos mantenemos el contacto visual por un momento, hasta que me doy cuenta que ese hombre no es más que un importante Coronel de la base.

—Soldados. —nos saluda creyendo que era eso lo que esperábamos, cosa que nos obliga a hacer el saludo militar correspondiente en señal de respeto por su alto rango.

(T/n)_______ por fin nos presta atención pero no como me gustaría, ya que no percibo nada positivo en su reacción. Primero me observa con sorpresa antes de apartar la vista de golpe para fijarse en Zara, a quien no duda en mostrarle seriedad, como si no quisiera tenerla aquí.