Capítulo 21

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•Cuarto recuerdo:
Pasado de König

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Yo soy muy consciente del privilegio que tengo de estar aquí, pero eso no quita el hecho de que toda esta situación es incómoda. La Monja Mayor no ha dejado de enviarme miradas extrañas desde su asiento justo al lado del mío. La oficina del director del orfanato es casi tan desabrida como cualquier otro lugar de este edificio, con la diferencia de aquí solo puedes ingresar cuando te suceden dos situaciones muy diferentes:

La primera es cuando una pareja de padres infertiles o recién casados te manda a llamar para darte la noticia de que has sido adoptado. Este hecho solo le ocurren a los recién nacidos, a los niños más carismáticos y por supuesto, no a los adolescentes a tan solo un día de cumplir la mayoría de edad como yo.

La segunda situación es cuando el mismísimo director te manda a llamar para darte la noticia de que una vez cumplida la edad legal, ya no tienes nada que hacer en sus instalaciones. Te da una aburrida charla de que camino tomar de ahora en adelante y como a todos los hombres, trata de convencerlos de unirse al despiadado mundo militar.

—Sé que todo será difícil de ahora en adelante pero nunca olvides que los mejores soldados obtienen buenos beneficios y reconocimiento.

No digo nada, no me muevo y no trato de decirle que su patético intento de propaganda a la milicia no es más que el discurso de un hombre estúpido que no sabe tratar con niños y jóvenes.

—¿No cree que el ejército es demasiado? —la Monja Mayor, una mujer de mediana edad a la que nunca le conocí el nombre y susurra como si yo no tuviera buenos oídos, termina de decir:—, Es el joven más flaco y tímido que he conocido alguna vez, estoy muy segura que no sobrevivirá ni un solo día entre las tropas.

—Acepto. —ambos me miran con sorpresa, quizás pensaban que no elegiría el mundo militar ni en un millón de años.

Pienso en la cicatriz que bordea mi cara, en el hombre que no titubeó ni un segundo en masacrar mi rostro con ese cuchillo de carnicero. Pienso en el hecho de que fue un Coronel importante en sus tiempos, pienso en que aprovechó tantos años de entrenamiento y aprendizaje solo para someter a un niño de doce años hasta casi matarlo. Aquel hombre que se hacia llamar mi abuelo también había elegido ese mundo, con la diferencia de que yo nunca sería como él.

Me imagino a mí mismo como soldado, deseando no ser más pequeño o débil nunca más. Me permito disfrutar de la imagen de un yo mucho mayor sosteniendo un arma y portando un uniforme. Quiero ser el más grande, quiero ser el más fuerte y quiero someter a todos los que se atrevan a meterse con gente inocente.

Sin munición [König x Tu] (#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora