Capítulo 16

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La sala a la que soy convocada se encuentra silenciosa y llena de una tensión para nada disimulada. Ninguno de los cinco superiores que yacen sentados alrededor de la larga mesa me quita la vista de encima, como si estuvieran juzgando hasta mi forma de caminar.

Me doy cuenta que entre ellos se encuentra el Capitán Price, así que hago todo lo posible por no mirarlo en ningún momento. Lo más probable es que se encuentre aquí para explicar la situación de König con alguna pequeña mentira, o en el mejor de los casos, para ayudarme a salir de este lío. Vine preparada para cualquier cosa: desde un castigo extremo, hasta la baja total. No me gusta pensar que pueden retirarme de mi puesto pero nunca deja de ser una opción.

—Tome asiento, soldado.

Hago lo que me ordenan, al mismo tiempo que oculto mis manos temblorosas debajo de la mesa para no verme tan vulnerable, aunque estoy segura que mi rostro pálido dice más de lo que me gustaría.

El Coronel Jones me observa sentado justo al lado del Capitán. Estoy segura que intenta leer mi rostro, o tal vez se está riendo de mí estado en lo más profundo de su mente. Quise odiarlo por acusarme pero él tiene todo su derecho como superior en darme una represalia por mi terrible movimiento impulsivo. Soy un soldado y nunca debemos actuar erróneamente, se sabe que eso pude costarnos la vida o la de nuestros compañeros en una misión.

—Me sorprende verla de nuevo, Ottys. —el hombre que habla es el más viejo de todos, así que estoy segura que debe de tener un rango mucho mayor que todos aquí—. Aunque de seguro no me recuerda, ¿O si?

Niego con una pizca de vergüenza. No conocer a los superiores más importantes en una base militar es casi un insulto para ellos.

—Quite ese rostro fúnebre, parece que va a desmayarse en cualquier momento.

Es obvio que eso fue una clase de broma que no causó ni una pizca de gracias pues nadie de la sala se ríe. Para mi sorpresa, el anciano parece aburrido cuando se da cuenta que no hubo reacciones antes sus palabras y se endereza en su asiento.

—Bien, vamos al grano entonces. —carraspea antes de continuar—, el Coronel ha decidido no exigir castigos u observaciones en tu historial, parece que ha comprendido que solo intentabas proteger la identidad de tu paciente.

Casi instantáneamente observo a Axel, quien parece más entretenido con unos documentos frente a él que con la conversación. Estoy casi en shock por saber que ha decidido perdonarme pese a que no tenía motivos para hacerlo. Estoy casi segura que de no ser porque corro peligro de ofenderlo y de volver a lastimarme las heridas de la espalda, me lanzaría a sus brazos mientras le doy las gracias mil veces.

Sin munición [König x Tu] (#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora