CAPITULO 11

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CAPITULO 11 - EL ORIGEN DEL LINAJE

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CAPITULO 11 - EL ORIGEN DEL LINAJE

Isabella después de terminar de arrullar a los bebés del hogar para que puedan dormir plácidamente se acomodó en su escritorio y verificó la documentación nueva que había recibido, tomó un abrecartas para deslizarlo sobre la superficie del sobre. Sacó los papeles y los leyó detenidamente verificando cada pequeño detalle.

Si, al final resulta que tenía razón...en muchas cosas al parecer.

Sonrió satisfecha y se recostó en su silla suspirando, se sintió mejor consigo misma, porque al menos no era la única persona muerta en vida del hogar. Miró su reloj de bolsillo y vió un punto acercarse en la pantalla que notificaba su posición, estaba afuera de su oficina.

De pronto, una hoja de papel doblada se deslizó debajo la puerta y la sombra de afuera se perdió en silencio.

Su cabeza giró hasta la hoja de papel y la observó unos segundos, pero aún así permaneció en su silla, dejó los documentos sobre el escritorio y apoyó sus codos en el, entrecruzando sus dedos y bajando la cabeza.

No sentía remordimiento, ya estaba acostumbrada a la sensación de superioridad con la persona incorrecta, no es que ella lo haya hecho a propósito, la situación era tan profunda que no había vuelta atrás y de alguna forma se sintió obligada a aceptar el trato.

Se lo debía.

Se levantó de la silla y tomó el pedazo de papel, desdobló la hoja con una sonrisa y...

—Bien, la soga está en la cama de Norman.

Se apoyó en el gran estante de libros de su oficina y cruzó los brazos, esto también le recoradaba lo sucedido horas antes, el asunto de Nat.

Rodó los ojos recordando la terquedad del niño, desde que tenía memoria el pequeño pelirrojo había tenido una gran atracción a la música, pero particularmente al piano, no había tenido hermanos interesados a gran escala en el área que pudieran enseñarle, y cuando ella se ofreció Nat rechazó su ayuda.

Otra cualidad del niño era su orgullo, también era narcisista, pero podía trabajar con eso.

Una risa melancólica, y un pensamiento fugaz cruzó su mente.

"Él habría podido enseñarle"

Después de todo él también le enseño a sentir la música, no solo memorizarla...porque siempre quiso compartir su pasión a los demás.

"Es que yo...no sirvo para nada en absoluto"

—Mentiroso. —Las palabras que Isabella pronunció tenían irá y rencor contenido.

THE GARDEN OF DANDELIONS | TPNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora