CAPITULO 15

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CAPITULO 15 - TU LUGAR

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CAPITULO 15 - TU LUGAR

Sherry observo a todos y cada uno de sus hermanos esperando alguna respuesta, su cabeza iba de un lado a otro como si viera un partido de tenis y acabó mareandose.

—¿Por qué no vas a la cama? —Norman se arrodilló a su altura con una sonrisa amable y acarició su mejilla.

—Si, lo haré, pero...—Sherry miró con tristeza a Norman, apartó su mano y caminó hacía Ray, como si su atención tuviera que estar con él— ¿Estarás bien?

Ray bajó hasta su altura y entrecerrando los ojos la miró extrañado, inclinando la cabeza ligeramente a un lado. —No seas tonta, no hables como si hubiera perdido la vista.

El labio de Sherry comenzó a temblar y lloro con amargo dolor. —Por favor, ya no peleen. —ella terminó de pronunciar su deseo y abrazó a Ray con fuerza entrelazando sus brazos en su cuello y escondiendo su rostro.

Eso era nuevo, normalmente ella abrazaba así a Norman.

Ray tenía los brazos extendidos a los lados, estaban tiesos y no sabía si corresponder a su abrazo, levantó la cabeza buscando la aprobación de Norman, él estaba sonriéndole con los ojos cerrados fuertemente.

Nada, eso no le dijo nada, era como si hubiera chocado con una pared.

Se sintió culpable, era horrible expresar como se sentía en un ataque de ira que solo hizo que perdiera energía, muchas de las cosas que había dicho habían salido sin pensar, impulsadas por la rabia de aquel momento, pero...después de todo el comenzó todo esto para salvar a su mejor amigo.

El reconocer la culpa lo hizo sentir más ligero, como si ya pudiera respirar.

Con miedo sus brazos envolvieron a Sherry en un abrazo inexperto, cerró los ojos y se quedó así por un momento, luego sintió la calidez de alguien más a su costado. Era Gilda, que se arrodilló a su lado y los abrazó con una sonrisa comprensiva, y luego Don se unió riendo y llorando al mismo tiempo en un "controlado" ataque de nervios.

La calidez del abrazo lo sacó de si mismo, estaba un poco inquieto, en otras circunstancias no permitiría que lo abrazaran en conjunto, ni siquiera en su cumpleaños, de hecho, él no acostumbraba dar abrazos o recibirlos. Esto lo hizo respirar un poco más rápido, no estaba seguro si estaba cómodo con esto, pero de alguna forma sentía que se los debía.

Y del otro lado, Norman aún permanecía en su lugar, no habia movido un dedo, no había mostrado interés en dar un paso hacía ellos, este era su momento.

Él no tenía nada que hacer ahí.

Se obligó a sonreír como si no fuera la gran cosa y miró a todos lados menos a ellos, como si esperara que alguien interrumpiera este momento familiar.

THE GARDEN OF DANDELIONS | TPNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora