Epílogo

194 23 5
                                    

El tiempo pasaba y aún no habían noticias de Tanjiro. Retomé los negocios de Sanemi y después de luchar un poco con los jueces logré tener una orden para reconstruir la mansión de Sanemi.

Genya se había vuelto mi mayor aliado, y tenerlo estos meses a mi lado me fue de mucha ayuda, no solo con temas de trabajo. Se había llevado muy bien con Ichigo y me ayudaba mucho a cuidarlo.

Aunque ahora mismo lo más parecido a una figura paternal que tenía era él, Ichigo sabía perfectamente quién era su padre, me encargué de que lo supiera.

- Dada - Decía el pequeño sentado en mis piernas mientras veía la foto enmarcada de su padre.

Era la foto que había tirado en la boda de Mitsuri, la había puesto en un cuadro junto a mi cama y cada día antes de dormir le daba un beso.

- T/n, tienes que venir... alguien quiere verte. - Genya entró a la habitación dónde estaba y yo asentí.

Lo seguí hasta mi despacho y me sorprendí al encontrarme a Inosuke y Zenitsu.

Por lo que supe, ambos habían tomado el control de todos los hombres, propiedades y trabajos de Tanjiro.

- vaya... a quienes tengo el placer de encontrar en mi humilde casa - Dije en un tono hipócrito y me senté frente a ellos sobre el escritorio.

Ya sabía porque estaban aquí, Genya me lo había contado de camino.

- Así que quieren trabajar para mi - Sonreí de lado - ¿Que me asegura que no son como el estúpido de su jefe? - Los miré con una sonrisa siniestra.

- Vamos T/n, somos personas de confianza, estuvimos trabajando para- - Interrumpí al rubio.

- Hay mi querido Zenitsu, estuviste trabajando para un traidor. No confío ni en mi sombra, ¿que me asegura que no saldrán como a su estúpido jefe?

- Maldita sea, T/n venimos aquí porque queríamos unir fuerzas contigo para derrotarlo.

- ¿Tú? ¿derrotarlo? Tuviste la oportunidad de hacerlo Inosuke, y no lo hiciste ¿por qué?

- Es que estaba confundido, todo pasó muy rápido, el era mi amigo y que de la nada tuviera que matarlo. - El ojiverde me miraba intentando explicarse. - Podemos cortar nuestro dedo en señal de lealtad.

El rubio inmediatamente se tenso

- eso no era parte del plan...

- Un dedo no será suficiente - entrecerre los ojos

- La mano entera - Volvió a decir el pelinegro y Zenitu soltó un grito.

- Eso seria suficiente - Sonreí de forma siniestra - Genya, trae un cuchillo, el más filoso - pude ver como el ojiverde se tensaba un poco pero aún así se mantenía fiel a su palabra.

Genya volvió con el cuchillo y algo nervioso se lo entregó al Hashibira.

- ¿Y bien?

Éste se quedó pensándolo un poco pero después levantó la mano con el cuchillo para coger impulso, justo cuando iba a bajarla mi sonrisa se amplió.

- Bien, suficiente - sujeté su mano cuando el cuchillo estaba apunto de tocar su piel - Te necesito con dos manos para pelear - Dije y salí del despacho.

Suspiré un poco y mi teléfono sonó indicando un mensaje.

número desconocido

estuviste genial, tenshi.

Fin

Es solo... venganza //Sanemi Shinazugawa x lectora\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora